Watzke: “El Real Madrid es favoritísimo y eso nos encanta”

A día de hoy, Hans-Joachim Watzke (Marsberg, 21 de junio de 1959) es la persona que manda en el fútbol alemán. Además de volver a colocar al Borussia Dortmund entre los grandes del continente, el CEO del rival del Real Madrid en la final de Wembley es miembro del comité ejecutivo de la UEFA y ocupa altos cargos tanto en la Federación Alemana como en la Bundesliga. Antes de poner rumbo a Londres en busca de la segunda Orejona negriamarilla, el gran mandamás borusser atiende a AS en su despacho con vistas al imponente Signal Iduna Park.

Gracias por volver a atender al Diario AS.

No lo tenía tan claro...

¿Y eso?

La última vez fue en 2014. Recuerdo que Florentino llegó con el periódico al almuerzo de directivas y agradeció algunas cosas que dije sobre él, pero luego perdimos. Por eso dudé.

Bueno, eso fue en cuartos. Antes de que perdiera el Borussia Dortmund la final en 2013 no hablamos.

Eso también es cierto.

¿Qué recuerdos le trae el 28 de mayo de 1997?

Muy buenos. Ganamos nuestra primera y última Champions en Múnich y yo estuve en el Olímpico. Fue el típico partido del Borussia Dortmund. Solemos crecernos cuando nos enfrentamos a los mejores, lo llevamos en el ADN. En aquel entonces, la Juve era lo que hoy es el Madrid. Tenían un equipazo. Tuvimos algo de suerte, pero forma parte del juego. Lo viví en la grada como un aficionado más, porque mi etapa en el club comenzó más adelante.

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Ha pasado más de un cuarto de siglo. ¿Qué ha hecho todo este tiempo con usted y con el Borussia Dortmund?

Mucho. Vivimos incontables altibajos, pero la principal diferencia con respecto a aquella final es que afrontaremos esta habiendo conseguido un equilibrio total entre el éxito deportivo y el económico. Aquí ya no hacemos castillos en el aire, todo está construido sobre una base muy sólida y, a pesar de nuestras limitaciones en lo financiero, volvemos a estar en una final de Champions. La UEFA acaba de comparar el dinero invertido por todos los clubes en la parcela deportiva y somos los que menos nos gastamos de aquellos que disputaron los cuartos de la Champions. Supone una gran satisfacción para nosotros.

En 2001 fue tesorero del club y a cuatro años después pasó a ser director general. ¿Con qué momento se queda en estas dos décadas al frente del Dortmund?

Uno de los más bonitos fue la conquista de la Bundesliga en 2011. Pero también hubo momentos muy complicados, tres en concreto. El primero cuando estuvimos al borde de la quiebra. Entramos en concurso de acreedores en 2005 y no salimos hasta septiembre de 2006. 17 meses en total. Fue una pesadilla. El segundo fue el atentado a nuestro autobús. Por cierto, hemos invitado a Marc (Bartra, resultó herido) porque nos hubiese encantado que nos acompañara a Londres, pero desafortunadamente no puede. Y, en tercer lugar, el COVID. Fue una etapa dura para todos.

Y ahora está a punto de enfrentarse al Real Madrid en una final de la Champions.

Cuando echas la vista atrás te das cuenta de lo grande que se ha tornado esto. Llegué a un club con 200 empleados y 100 millones de facturación. Hoy somos 1.000 trabajadores e ingresamos 500 millones más los fichajes. Es cierto que el Madrid también pasó por algún que otro bache en su historia, pero no cayó en un abismo como nosotros para luego levantarse y volver a escalar la montaña hasta volver a la cima.

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¿Cuál fue su estrategia cuando llegó?

Una muy simple. Sacar el mayor rédito con el dinero del que dispusimos al principio, que era muy poco. Sin generar ni un céntimo de deuda. Construir sobre una base económica ha sido y seguirá siendo esencial. También hay que tener en cuenta influencias externas e ir con los tiempos, algo que no siempre es fácil cuando eres, igual que el Real Madrid, un club de socios y no de dueños como en la Premier. Se trata de tener aspiraciones globales y, a la vez, mantener los pies en la tierra, algo fundamental en una zona como la Cuenca del Ruhr.

Hábleme de comprar barato y vender caro.

Comprar barato era lo único que podíamos hacer al principio. Después comenzamos a vender bien poco a poco, pero tampoco llegamos e instamos a los clubes a ofertar por nuestros futbolistas. Lo que ocurrió es que vinieron y se los llevaron sin que pudiéramos hacer nada. Pero no quisimos desprendernos ni de Lewandowski ni de Götze ni de Haaland ni de Bellingham. Por el otro lado, todas estas salidas son la prueba del gran trabajo que hemos hecho en lo deportivo todos estos años. Como en tantos casos, el dinero es la solución. De querer que este tipo de jugadores se quede, no te quedaría otra que cuatriplicarle el sueldo. ¿Pero qué ocurre? Que se lo tienes que elevar a todos considerablemente porque si no se lía en el vestuario. De ahí las ventas.

¿El Dortmund debe seguir siendo un (muy buen) club vendedor?

En el mejor de los casos, no. Si tienes la oportunidad de ingresar cantidades importantes de dinero siempre tendrás que planteártelo. Por el contrario, hubiésemos preferido quedarnos a alguien como Bellingham más tiempo. De haber sido posible, claro. Pero a lo mejor es posible el día de mañana.

¿Fueron negociaciones duras con el Madrid?

Para nada. Siempre le aconsejé a Jude que, de estar convencido de querer marcharse a otro club, considerara marcharse al Real Madrid. Y me hizo caso. Al final es el club más grande del mundo. Son muchos años y les conozco a todos. Florentino es el jefazo, pero también está José Ángel Sánchez, con el que me une una amistad. Solo por nombrar un ejemplo.

¿103 millones sirven de consuelo cuando ve a Bellingham poner en pie al Bernabéu?

De haber sido sólo 103 millones hubiésemos negociado mal. Pero no, no sirve de consuelo porque jugadores como Jude o Erling no solo dejaron una huella futbolística en Dortmund. Son dos chavales que apreciamos mucho aquí. No hay dinero que lo compense. Eso sí, ya que tienes que dejarles marchar, pues que sea por la mayor cantidad posible.

¿Entonces fueron más de 103 millones?

Bastante más.

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¿El Madrid también fue a por Haaland?

Si lo supiera no lo diría. Pero fue una situación muy distinta dado que Erling tenía una cláusula de rescisión en su contrato. Solo había que ejecutarla, sin pararse a hablar demasiado con nosotros. En todo caso, y sin tener demasiada constancia de ello, creo que el Madrid ya tenía muy claro por aquel entonces cuál era su objetivo en ataque.

¿Qué hace el Borussia para descubrir a jugadores como Bellingham, Haaland y Sancho antes que el resto?

No es que les descubramos antes, lo que ocurre es que les podemos ofrecer una perspectiva bien diferente al resto. Nosotros les aseguramos minutos y les explicamos que todo lo demás depende de ellos. En el City, por ejemplo, no creo que sea tan fácil. Con el paso de los años, los jugadores también fueron dándose cuenta de que no eran palabras vacías y que se podía crecer a pasos agigantados en Dortmund. Esto ha provocado que, a día de hoy, estemos en la pole con respecto al talento joven. Si queremos a un futbolista entre 18 y 20 años solemos tener buenas cartas para llevárnoslo.

¿Se llegó a fijar en Xabi Alonso para el banquillo?

No, por el simple hecho de que no hubo una vacante en nuestro banquillo. Pero hace poco le dije a Fernando (Carro, CEO del Leverkusen) que el fichaje de Xabi me recordó al de Klopp por nuestra parte. Lo han bordado.

Por cierto, ¿qué le pareció la despedida de Kroos?

Excepcional y merecida. Porque ha logrado algo de lo que solo los grandes son capaces: retirarse en la cima. Entrará en la historia como uno de los jugadores más grandes de Alemania y del Madrid. Nunca quiso acaparar los focos como pudo hacer Cristiano y eso le otorga aún más mérito. Alguien como Beckenbauer, por ejemplo, marcó una era y también quiso marcarla. De ahí que no sea justo entrar en comparaciones, pero estamos hablando de un campeón del mundo y un pentacampeón de Europa. Sobran las palabras.

¿Qué tienen en común Dortmund y Real Madrid, aparte de estar a un paso de ganar la Champions?

Madrid y Barça son como Bayern y Dortmund aquí, siempre están peleando por ser el número uno y son los dos con más tirón a nivel internacional. También somos dos equipos que llevan sus economías con mucha cordura. Y así seguirá siendo mientras Florentino mande. Tenemos una relación de mucha amistad, lo único que nos separa son nuestras opiniones con respecto a la Superliga. Está claro que no estoy en su barco como miembro del comité ejecutivo de la UEFA, y tampoco lo estaría si solo hablara como director general del Dortmund, pero nuestra relación personal debe soportar este tipo de debates. Tuvimos nuestras rencillas, no lo voy a negar, pero siempre actuó con respeto como caballero que es. Sobre todo en la mesa de negociación. No existen negociaciones más respetuosas y limpias que con el Real Madrid.

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¿Teme que la Superliga vuelva a un primer plano?

La verdad es que no. Pero si tengo clara una cosa es que jamás subestimaría a Florentino dada su perseverancia. No en vano ha logrado ponerse a la altura de alguien como Bernabéu. El Madrid, tal y como es hoy en día, es su gran obra. Ningún club que siga siendo de sus socios cuenta con un presidente tan influyente y poderoso como él que, evidentemente, lo subordina todo al bien del Madrid. Es una persona especial.

¿Qué es más probable: la llegada de la Superliga o una victoria del Dortmund en la final?

(Risas). A pesar de que el Madrid parte como claro favorito, creo que vernos con la copa el sábado es más factible que el éxito de la Superliga.

¿Cómo se explica lo especial que es la Champions para el Real Madrid?

Desde mi punto de vista, el Madrid se define sobre todo por la Champions. Tengo la sensación de que quizá tenga más importancia para ellos que los títulos nacionales. En Inglaterra o en Alemania, por ejemplo, la liga está casi a la misma altura que la Champions. Siempre habrá equipos que logren arrebatársela, pero haberse mantenido en la senda de la victoria durante tanto tiempo y sin haber vendido su alma a nadie es muy elogiable. Pero se les puede ganar. Y más en un solo partido.

¿Cómo?

Es muy simple. El Madrid es favoritísimo, pero precisamente eso es algo que nos encanta. Mire lo que acaba de ocurrir en Dublín. De diez partidos contra el Atalanta, estoy bastante seguro de que el Leverkusen gana ocho. Pero el Atalanta jugó como si fuera el último partido de su vida. Es lo que hay que hacer para ganar. ¿Quién daba un duro por el Dortmund contra el PSG? Nadie. Y no les ganamos una vez. Les ganamos dos. Si somos capaces de eso, también somos capaces de ganar una final si todo lo que nos proponemos surte efecto. Entregarle al Madrid el cartel de favorito no es que sea una estrategia, es una verdad histórica. Cabe recordar que nunca ha perdido una final de Champions. Pero siempre hay una primera vez.