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BARCELONA

Un proyecto que nace tocado

El Barça vendió activos por valor de 865 M€ este verano y ahora se ve contra las cuerdas en Champions y su eliminación haría perder 20,2 M€. El proyecto queda tocado.

Un proyecto que nace tocado
Anadolu AgencyGetty

El Barça de Xavi y las palancas, herido de muerte en la Champions en octubre después de vender activos del club por 865 millones y de fichar por 160. El club perdería 20,2 millones de euros presupuestados en Champions, aunque eso es lo de menos. Podría recuperar 14,9 millones en la Europa League. El palo grueso es el deportivo y el del prestigio.

“Hemos mandado un mensaje al mundo”, dijo Jordi Cruyff de manera sorprendente después de caer 2-0 en Múnich en una declaración sorprendente en un post-partido después de una derrota ante el Bayern. “Que todo el mundo se prepare que hemos vuelto”, proclamó meses antes Laporta, el 3 de enero, dos días después de anunciar “una nueva etapa que ya no prolongue más la degradación de una era gloriosa”. Laporta también le dijo esto a los socios el domingo en la Asamblea: “Hemos salvado al Barça”.

Pero de momento lo que hay en el Barça es un proyecto que nace tocado, porque estaba basado en la excelencia deportiva inmediata, los títulos que dieran paso al famoso círculo virtuoso del que siempre presumió Laporta en su primera mandato (inversión-títulos-retorno económico). Y lo que hay es un equipo herido de muerte en la Champions en el mes de octubre. No es que no haya llegado a octavos. Es que es posible que no llegue ni a la última jornada con opciones. Un desastre para un club que ha hipotecado sus activos precisamente para que pasase lo contrario. El Barça ha vendido propiedades por valor de 865 millones de euros para, entre otras cosas, invertir 160 millones de euros en fichajes (Raphinha, Koundé, Lewandowski, Pablo Torre) si no se cuentan los futbolistas que llegaron libres (Kessié y Christensen) y que por supuesto cobran una gran ficha; y las renovaciones de Dembélé, Araújo, Sergi Roberto o Gavi, que vienen a unirse a las de Ansu y Pedri la temporada pasada. Básicamente, un desastre que ni siquiera ha sabido solventar el director de fútbol, Mateu Alemany, dando salida a fichas gravosas como Piqué o Alba. Sin duda, los actuales dirigentes del Barça pueden dar gracias de que el partido contra el Inter se disputase tres días después de la Asamblea. Si no, no hubiese sido una balsa de aceite o, al menos, tal vez Laporta no habría dicho eso de “hemos salvado al club”.

Cabe recordar, aunque ya se entró en ello en estas páginas la pasada semana después de la caída en Milán, el Barça está a punto de perder la opción de ingresar hasta 52,7 millones de euros según los premios que entrega la UEFA en la competición (9,6 millones por pasar a octavos, 10,6 por estar en cuartos, 12,5 por llegar a semifinales, 15,5 por ser finalista y 4,5 al campeón). Para un equipo que ha hecho una espectacular inversión (45 millones por Lewandowski, 50 más variables por Koundé y 58 millones por Raphinha, es un golpe durísimo. Los 20,2 millones de euros por llegar a cuartos estaban, además, estaban presupuestados. El Barça sólo podrá recuperarlos en parte si gana la Europa League, donde el premio, si es campeón, asciende a 14,9 millones de euros, que pueden subir 4,5 millones más si luego gana la Supercopa de Europa.

No se trata, pues, si se mira al peso, de un asunto meramente de dinero. También de prestigio deportivo (eso también significa dinero en relación con los patrocinios) y, sobre todo, y lo que es más importante, de saber si el Barça está en la dirección correcta. Laporta ya deslizaba su enfado con Xavi el pasado miércoles por la noche en el la ‘llotja’ del Camp Nou. En su primera época fue un presidente con paciencia con su primer entrenador. Rijkaard no ganó nada en su primera temporada y se le sostuvo en el cargo. Luego, vinieron los éxitos. Pero este es otro Barça. Lo dijo el mismo Laporta en la Asamblea. Ahora ya no se aguantan cinco o seis años sin ganar. Por ganar, ganó hasta Koeman una Copa que bien celebró Laporta aunque luego lo echase. Arde otra vez el Barça.