Strömberg, el ‘vikingo’ de Bérgamo: “Lo que hacía Maradona no lo hacía nadie”

La primera gran leyenda del Atalanta. En casi cada rincón de Bérgamo dedicado al fútbol, aparece algo que de Glenn Strömberg. En Da Giuliana, en el taller de Andrea Mastrovito, dos de los lugares donde duermen las leyendas del club Bergamasco. Como Gasperini, como Glenn. Llegó a la ciudad en 1984, procedente del Benfica, hasta que se marchó en 1992. Mismo espacio temporal que Maradona en el Nápoles. En una época en la que las estrellas se agolpaban en la Serie A, el ‘Vikingo’ era la de la Dea. A sus 64 años, su larga melena rubia ha cambiado de color, también de longitud. Y su barba luce menos intimidante. Pero su carisma sigue intacto. La histórica semifinal de Recopa del 88 cuando el Atalanta estaba en Serie B, la aniquilación del fair play por parte del Milan de Sacchi en una Coppa de Italia... y mucho presente. “Cuando yo jugaba no hubiéramos tenido ninguna posibilidad contra el Madrid”. Su Atalanta, ahora sí la tiene.

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Entrevista

Le pillo en Mánchester, ¡no para! Imagino que le fastidiaría no comentar el Atalanta-Real Madrid (comenta habitualmente partidos de Champions para un canal de televisión).

Me hubiera gustado, sí. Por alguna extraña razón no hacemos este partido.

En Bérgamo es una leyenda. ¡Una estrella del rock!

(Ríe) Es que llevo viviendo allí los últimos 40 años. Al principio quizá un poco, pero ya están acostumbrados a verme. Ahora es todo el mundo me va saludando: ‘Ciao Glenn’, ‘ciao Capitano’...

Para quien no le viera jugar, ¿cómo era Glenn Strömberg?

Yo no era el mejor en nada, pero no era muy malo en nada (ríe). Cuando era niño tenía talento para los deportes. Jugaba a tenis de mesa. Hasta los 16. No fui a las Olimpiadas, pero jugué en primera división de mi país con 14 años. Para mi edad, era de los tres o cuatro mejores de Europa. Pero llegó Erikson a Gotemburgo y me puso en la dirección correcta. Cuando jugaba en mi primer club, de pequeño, era el más talentoso que habían visto. Pero claro, al irme al Göteborg había otros como yo. Todo el mundo era muy talentoso. Allí fue donde me pilló Erikson, con 17 años, y me dijo: “Deja de jugar a uno o dos toques. Debes usar tu físico, tu capacidad de correr”. Le dije que me gustaba tener el balón y me comentó que si empezaba a correr, tendría más el balón. “Te pasarán más el balón”. Lo hice durante dos o tres partidos y me di cuenta que tenía razón. Y luego, cuando llegué al Benfica, me vino genial. ¡Porque hasta el portero tenía más técnica que yo (ríe)! Fue muy importante para mí eso. Aprendí a usar otras cosas aparte de lo técnico. Y nunca quería perder, eso era clave. Erikson siempre decía que era fácil tener intensidad en los entrenamientos. Me ponía en un equipo y a otro compañero igual de competitivo en el otro e íbamos a muerte.

Si no me equivoco, jugó en el Atalanta los mismos años que Maradona en el Nápoles (1984-1992). Usted que ha jugado contra el Pelusa y que ha comentado tantos partidos de Messi, Cristiano Ronaldo... ¿Hay lugar a la comparación?

Se habla mucho de ello. Que si era antes más lento, que si ahora se entrena más... Si Pelé jugase hoy, sería de los mejores. No va sobre eso. No me gusta comparar. Es un juego de equipo y es casi imposible. Puedo decir que en mi opinión, Maradona es el mayor talento que he visto. Lo que hacía con el balón no se lo he visto hacer a nadie. Él entrenaba unos días, otros no. Ahora Messi y Cristiano entrenan a tope, como se hace hoy en día. Han durado más años y tienen más trofeos. Pero hablando de talento puro, Maradona... y Van Basten. Se lesionó pronto y eso fue un problema, pero era impresionante. Y medía 1,90 como yo, no era algo normal. Tenía mucha técnica y fue de los primeros delantero tan altos que tenían tanta calidad.

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Ahora que el mercado se ha vuelto loco, ¿cuánto costaría fichar a Maradon y a Glenn Strömberg?

(Ríe) He hablado de esto con otros periodistas. Tengo mi marca de ropa y zapatos en Suecia y querían hablar de todo eso, pero terminamos hablando de esto. Creo que fui al Benfica por unos 100.000 euros. ¡Eran otros tiempos! Mira, un ejemplo. Italia era el equipo que pagaba más en aquella época. Dijeron: “Si tú jugaras hoy en día, en cuatro o cinco días ganarías lo que ganabas entonces en un año (ríe)”. Ahí tienes la diferencia.

Justo una final de Coppa contra el Nápoles y Maradona le abrió la puerta a la Recopa. ¡Y llegan a semifinales a pesar de estar en Serie B!

Fue lo más grande en la historia del Atalanta hasta la Europa League del año pasado. Fue algo que todo Bérgamo recuerda. Fue un año duro y necesitábamos ir a tope en cada partido. Recuerdo que en la semifinal jugamos contra el Mechelen y fue bonito, otro club pequeño. Los fans disfrutaron de una gran tarde de fútbol. Tuvimos muy mala suerte en el partido en casa. Y estuvimos por delante hasta el 75′ más o menos, por 1-0, y marcó su central en una falta (terminó 1-2). Me encontré al entrenador diez años después y me dijo: “Glenn, ven a tomar una cerveza”. Hablamos del partido. Y le dije: “Debe ser espectacular tener un central así, que puede marcar ese tipo de goles, ese disparo fue brutal. Supongo que marcaría 10 o 12 goles al año”. Y me contestó: “Glenn, ¡este tipo no había marcado un solo gol en dos años! Ni entrenando, hasta esa falta directa” (ríe).

¿Su mejor recuerdo futbolístico?

Seguro. Pero también recuerdo que estuve lesionado dos o tres meses aquel año. El míster me dijo, aunque no podía ni correr, si podía salir. “Vale, pero no estoy listo”. Salí y necesitábamos ganar al Messina para subir. Íbamos 1-0 y logramos ganar. Fue una felicidad enorme. Esa temporada fue todo muy bien. Creo que hubo invasión al campo a falta de cinco o seis minutos y ya no pudo reanudarse. Y subimos.

Aunque también los hay peores. ¿Hay alguno que le duela especialmente? ¿Lo ocurrido en Coppa contra el Milan de Sacchi quizás? ¿Cómo fue aquello?

Sí, creo que eran semifinales e íbamos 1-0 arriba. Al final del partido, el fair play fue aniquilado. Uno de los chicos del otro equipo estaba en el suelo, por lo que eché fuera el balón. Y luego Rijkaard sacó de banda y creo que le llegó a Massaro. No sabía qué hacer y bajó el balón. Nuestros defensas no entendían por qué no lo mandaba fuera. Y uno de ellos fue a por él y le empujó un poco. Pitaron penalti y recuerdo que fui a Baresi: “Eh, lo tienes que fallar”. Y me dijo, mirando a Sacchi, que no podía. Marcó y les dije que me dieran el balón. Intenté mandarla fuera del estadio, pero no le di tan fuerte (ríe). Y me fui del campo. El árbitro me decía que no podía irme sin su permiso. Y yo, “ok, ok”. Pero me fui. No sé si me echaron roja o no, creo que sí. Me fui a la ducha y ellos siguieron jugando. Años después nos vimos. En una entrevista vino el presentador y me dijeron que Maldini y Baresi querían pedir perdón. Se disculparon en esa entrevista. Fue un momento oscuro para el Milan. Fue algo que pasó de la nada, ellos no querían hacerlo al principio, pero terminó siendo así.

Su Atalanta fue el mejor de la historia... hasta el de Gasperini. ¿Qué porcentaje del éxito de esta Atalanta le da a Gasperini?

Mucho, mucho, mucho. Pero creo que también tengo que hablar del club, los dueños y todos. Atalanta, antes de Gasperini no tenía estos resultados. Pero compraban por dos o tres millones y vendían por diez. Luego, al jugar en Europa y demás, compraban por 20, vendían por 40... Y ahora con Gasperini han tenido casos de vender por 50 o 60 a jugadores que costaron 8 o 10. Y así ha ido creciendo la calidad del equipo. Ahora venden por 50 o 60 y pueden comprar por 30 o 40. Es importante. Este año... No puedo recordar un año en el que hubiera 11 nuevos jugadores. Gasperini ha necesitado un poco de tiempo y aún juega con los que ya estaban. Pero los nuevos han empezado a jugar más. Retegui ha sido una gran inyección para Atalanta.

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Coincidió con la primera etapa de Antonio Percassi como presidente, ¿no? Háblame un poco de él.

Vino con ideas nuevas. Se podía ver la diferencia con la gran familia Bortolotti… Les tengo mucho cariño. Me trataron a mí y a mi familia increíblemente. Y Percassi trabajaba con grandes marcas en América, miraba al fútbol de una forma diferente, más moderna. Ventas, nuevas tiendas... Nosotros teníamos tres o cuatro camisetas y si perdías una tenías que pagarla. Él empezó a traer cosas nuevas. Atalanta era un club pequeño, pero él es un gran hombre de negocios y llevó al Atalanta a un nuevo nivel. En medio estuvo Ruggiero, que era un poco ‘old School’, con el tema familiar y demás. Pero Percassi trajo la modernidad.

¿Vio en directo la Supercopa de Europa contra el Madrid? ¿Qué le faltó a la Atalanta para llevarse la Copa a casa?

El Atalanta estuvo muy bien y se nota que puede competir con los mejores del mundo. La primera parte fue buena, aunque luego el Madrid tiene más experiencia, mejores jugadores... Pero viendo cómo están ambos equipos, es un partido muy parejo. Han ganado 12 partidos y un empate en los últimos 13. Y estuve comentando el Madrid-Milan y no fue un gran partido por parte del Madrid. El Milan tiene problemas este año y nadie pensaba que ganaría allí y lo hizo. Me sorprendió el partido que hizo el Madrid... Ahora, el Madrid y los jugadores deben dar un paso adelante, porque están en una situación complicada en Champions. No será fácil. Pero siguen siendo favoritos. Es el Madrid, el club más grande de la historia. Y es como el City, al principio no están bien y llega la primavera y lo ganan todo.

¿Puede ser el momento en el Atalanta y Real Madrid estén más cerca en lo deportivo?

Sin duda. Cuando yo jugaba no hubiéramos tenido ninguna posibilidad contra el Madrid. Perdimos los cuartos contra el PSG en Lisboa y lo tuvimos ahí. Saben que pueden competir. Y que pueden hacerlo contra el Madrid. Quizá se pueda ganar uno o dos partidos de diez, pero si eso pasa el martes...

¿Ha comentado muchos partidos de este Real Madrid esta temporada? ¿Qué cree que ocurre?

No muchos. Es muy difícil porque no les veo cada día. Tienen uno de los mejores entrenadores del mundo. Los jugadores deben dar un paso adelante, porque son buenísimos. Jugar a su nivel, no hay más. No creo que hayan cambiado tantas cosas en los entrenamientos, no debería.

No estará Vinicius, pero sí Mbappé. Aunque el francés no encuentra su mejor nivel. Imagino que espera que no despierte contra la Atalanta...

Es lo que digo. Es uno de los mejores del mundo y necesita empezar a hacer goles y ser el jugador que cambia partidos, el que los gana. No es fácil cuando acabas de llegar, pero creo que volverá a su nivel. Creo que es un pequeño problema ahora mismo, que los jugadores blancos no están a su nivel.

Tampoco está Kroos.

Si tuvieran buenos resultados, nadie hablaría de eso. Pero si no ganas, siempre tratas de encontrar problemas y quieres la respuesta para todo. Es un gran jugador, universal, que puede hacer de todo, pero tienen grandes jugadores y podrían haber hecho mucho más estos meses, especialmente en Champions. Kroos es un gran jugador, pero no es suficiente para explicar la mala situación del Madrid en Champions.

¿Quién es su jugador favorito de este Madrid?

De todos los tiempos. ¿Recuerdas un defensa que marcaba muchos goles? (Sonríe).

Ramos.

(Ríe) Creo que ha marcado más de 100 goles. Estoy sorprendido que nadie haya hablado más de él todos estos años. Era un capitán increíble, un defensa espectacular, el que nunca decepcionaba al equipo... Pero marcar esa cantidad de goles, siendo defensa... Nadie lo ha hecho. Y apenas se habla de ello. Cuando lo vi... ¡Wow! No podía creerlo. Luego tienes a Zidane. Que era más callado que otros, no tenía tanto eco mediático (como merecía). Un poco como Erikson. Zidane era un poco tímido, pero un magnífico jugador. Pero para mí, Sergio Ramos.

Y por último, ¿qué porcentajes daría para el partido?

(Piensa mucho) Antes del inicio de la temporada hubiera dicho 30 para el Atalanta, 70 para el Madrid, pero ahora mismo es 50-50. Atalanta está jugando de manera maravillosa. Y eso que empezaron de una manera complicada. Perdieron en casa ante el Como... Y se empezó a hablar... Pero empezaron a ganar y todo ha cambiado. Jugarán este partido llenos de confianza. No va a ser el partido más grande del estadio, porque creo que ese fue el del Liverpool, en cuartos de final del año pasado. Un poco antes del partido gané un premio organizado por la marca de agua San Pellegrino. Trajeron casi a todos los jugadores que jugamos contra el Mechelen. Les dije: “Creíais que éramos grandes y ¡no somos nada! (ríe)”. Creo que el partido contra el Liverpool fue el más grande en casa en toda la historia, pero que el Madrid juegue este partido en este estadio es algo que nadie podía haber imaginado hace diez años. Y ahora jugarán en un nuevo estadio, con una atmósfera impresionante. Va a ser un partido complicado para el Madrid.

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