“Si el Barça reposiciona el enfoque con Lamine, todo irá bien; pero hay riesgo”
Pocos como el director deportivo del Brujas, Dévy Rigaux, para presentar el partido en el Jan Breydel en Can Barça. Habla de la idiosincrasia de un club saneado, de sus estrellas y se atreve a hacer un diagnóstico de Lamine.


Dévy Rigaux, 37 años, es el director deportivo del Brujas. Lleva 15 años en el club. Empezó como entrenador de la Academia, traductor en la plantilla técnica del primer equipo, secretario técnico y, finalmente, accedió a un cargo que desempeña con éxito. El Brujas es un club saneado, con casi 100 millones de capital propio en la caja. Rigaux le explicó a AS cómo trabajan. Y aparentemente, lo hacen muy bien.
La primera es sencilla. ¿Cómo es el Brujas?
Es uno de los dos clubes más grandes de Bélgica. En las décadas de los 80, 90, y en el inicio de los 2000, la hegemonía fue del Anderlecht. Pero cuando llegó el presidente, Bart Verhaeghe, en 2011, acompañado de Vincent Mannaert como director general, y un poco más tarde con Michel Preud’homme, que llegó en 2013, volvimos a instalar la cultura de ganar, que es la que siempre ha estado en el alma de esta entidad. En los últimos diez años, somos el club que más ganó en Bélgica y hemos dado un salto en Europa. En 2016, jugamos la Champions con jugadores como Tomás Pina, pero nos costó. Ahora no podemos competir, tal vez, contra Madrid y Barça, pero el año pasado eliminamos al Atalanta y llegamos a octavos de final, un gran resultado para el club. Además de por ganar, el club se define por ser una fábrica de talento, un buen club vendedor.
De hecho, los balances ingresos-gastos de las últimas temporadas son espectaculares.
Llevamos once años sin déficit financiero. Al contrario, ganamos dinero. El club gana títulos y además estable económicamente. Una parte clave de esto es que la misma gente lleva muchos años aquí.
¿Se puede decir entonces que el Brujas es una entidad completamente saneada?
Sin duda eso es porque sabemos detectar bien el talento y pagamos salarios dentro de nuestras posibilidades económicas. Compramos productos no finalizados y luego trabajamos con ellos. Nuestro ‘Perfomance Center’ rinde. Tenemos en Segunda un equipo, el NXT, que también nos rinde. Y luego, vendemos bien a la Premier, Italia o Alemania. A España, menos, porque nuestros jugadores no son aún para Madrid o Barça. Creo que tenemos un buen nombre en el fútbol europeo.
¿Podría asemejarse un poco a lo que hizo el Sevilla con Monchi hace unos años?
Sí, pero el Sevilla ganó muchas Europa League y nosotros aún no. De hecho, el año pasado nos trataron con mucho respeto en el Aston Villa. Tanto Damià Vidagany como Monchi. Monchi nos conoce porque compró a Bacca en su día y sabe que trabajamos bien. La clave es vender en el momento oportuno y tener al recambio. Por eso tenemos ese segundo equipo en la Segunda División belga. A Ordóñez, por ejemplo, lo compramos por cuatro millones de euros del Independiente del Valle. Y a Nusa lo compramos del Stabaek. Es cierto que también tienes que firmar jugadores directamente para el primer equipo, como hemos hecho con Stankovic. El Inter dijo que no quería venderlo, pero como nos conocen y saben que trabajamos bien, creen que el jugador puede desarrollarse aquí. No nos gusta incluir opciones de recompra, pero si el Inter lo recupera en dos años, tendrán que pagar 25 millones y tendremos un beneficio económico. Y mientras tanto, intentamos ganar títulos.
Tienen un español en la base, Alejandro Granados….
Sí, es uno de los talentos que fichamos para el equipo NXT. Fuimos a por él a la MLS (Orlando City) y ya ha debutado con el primer equipo. De España ya trajimos a Ferran Jutglá, que jugó muy bien con nosotros, con la noche inolvidable en la que le ganamos al Atlético con un gol suyo. También tuvimos a Víctor Barberá…
Hábleme un poco del legendario Jan Breydel. ¿Qué le espera al Barça allí?
Lógicamente es viejo, pero el ambiente es fantástico, similar al del fútbol inglés. La gente canta, apoya, pone el alma en el campo. Para el rival es una olla a presión porque muchas veces no lo espera. La gente está muy cerca y nos empuja. Eso atemoriza a los rivales. Además, desde 2011 estamos intentando construir un nuevo estadio de 40.000 espectadores que, cruzo los dedos, está ya en la fase final de aprobación.
Como ciudad pequeña que es, la ciudad también vivirá mucho el club…
Sí, pero, además, la ventaja que tenemos desde siempre es que, como Bélgica es un país pequeño, puedes estar en Brujas en dos horas y media como máximo desde la otra punta del país. El Brujas es el orgullo de un país entero. Sinceramente, creo que tenemos una buena reputación.
Flick ya les habrá estudiado, ¿pero qué jugadores pueden sorprender al gran público?
Hans Vanaken, que ha sido Bota de Oro (mejor jugador de la liga belga) tres veces y juega en la selección de los Diablos Rojos, es nuestro jugador 10. Ha tenido ofertas, pero fue fiel al club y nunca ha querido irse a la Premier. Y luego, hay tres o cuatro jugadores que están en las agendas de muchos clubes. Tziolis, que marca goles con facilidad; Ordóñez, por el que hemos rechazado 32 millones de euros más variables este verano porque queríamos que el equipo siguiera siendo competitivo, Stankovic, y el lateral izquierdo, Joaquin Seys, un producto de nuestra academia. Son cuatro o cinco jugadores que, de verdad, están en las agendas de muchos equipos.
¿Qué le está pareciendo en el Barça, cree que está cayendo?
Flick construyó un gran colectivo la temporada pasada. Tiene jugadores excepcionales, pero lo que hizo con la presión alta, y la verticalidad con la que jugó, fue imponente. Tenemos pocas opciones de sacar un buen resultado. Pero hay que creer siempre. ¿Por qué no? Sabemos que esa noche todo tiene que encajar.
¿Y cómo juega el Brujas?
Con mucha intensidad. Siempre intentamos dominar el juego. No va a ser fácil contra el Barça pero es lo que intentamos siempre, estar en campo del rival. Y, ya lo dice nuestro eslogan, “si no sudas, no hay gloria”. Los futbolistas del Brujas van a full. Fútbol ofensivo, crear ocasiones. Nos gusta tener características que nos hagan reconocibles. Y no vamos a cambiar nuestra filosofía. No vamos a jugar con nuestra puerta abierta, claro, pero ya empatamos en el Bernabéu hace unos años jugando así. Todo tiene que encajar, pero hay que creer.
El año pasado alcanzaron los octavos. ¿El objetivo vuelve a ser ese este curso?
Primero tenemos que clasificarnos entre los 24 primeros. No va a ser fácil porque tenemos un calendario duro, pero hay que creer. Podemos sacar puntos ante el Kairat, el Marsella en casa o incluso el Sporting de Portugal. Y luego, a ver si podemos dar alguna sorpresa contra el Barça o el Arsenal. Si llegamos a 10 puntos, hay opciones de clasificarse entre los 24 primeros. Y luego, a ver cómo queda el sorteo.
¿Cómo ve todo lo que rodea a Lamine desde fuera desde el prisma de alguien que trabaja con muchos jóvenes?
Es difícil de opinar cuando no estás cerca. No lo conozco personalmente. Con respeto, lo que veo desde la distancia es que es un gran talento del fútbol. Va a ser importante que tenga un entorno que le proteja de todo lo que le pasa. Si el Barça, que además estoy convencido de que sí lo hará, le puede reposicionar en el enfoque que debe tener, que es jugar al fútbol, todo saldrá bien. Pero ahí está el riesgo. Hay muchas tentaciones y nunca sabe cómo cambia la vida de un jugador cuando está ahí, porque todos esperan algo de ti. Y pasas de ser un niño a una gran figura con repercusión mundial. Nosotros, a otro nivel, lo que intentamos es construir una familia alrededor del jugador. Construirle un entorno profesional con un equipo de expertos que se preocupen de todo y que permita que el jugador se dedique solo al fútbol. Y salgan bien o mal las cosas, el enfoque sea ese.
Su carrera en el Brujas es espectacular. De entrenador de la Academia a director deportivo. Pero tiene también un máster en comunicación multilingüe…
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Así es, quince años en Brujas. Traductor de Víctor Vázquez o Bacca cuando estuvieron en el club, scout, secretario técnico… Es una experiencia bonita porque he crecido en mi club de siempre. Hemos conseguido estar en el top-20 del fútbol europeo. Acabamos de romper el récord de ventas del club con el traspaso de Jashari al Milan. Y con un nuevo objetivo. Queremos obtener la segunda estrella. Si ganamos este año el campeonato, sumaremos 20 campeonatos de Liga belga en Brujas. Y yo, pues con ganas de continuar porque estoy en un gran club y quiero ayudar con mi experiencia en todo lo que sea posible.
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