Sparta Praga-Atlético de Madrid
Qué fue de Ujfalusi, el checo de corazón atlético: “Si lesiono seis meses a Messi me tengo que ir a Bali”
El checo disputó 133 partidos con el Atlético en tres cursos, 131 de titular. Aguerrido, pasional, fuerte... Rechazó una oferta del Real Madrid.
Melena larga, cinta en el pelo y carácter, mucho carácter. Thomas Ujfalusi tardó muy poco en ganarse a la afición del Vicente Calderón. Desde antes de llegar, cuando rompió su precontrato con el Sevilla para finalmente recalar en el Atlético y convertirse en un fijo en la defensa colchonera. El checo sigue considerado como uno de los grandes fichajes del club en la agencia libre, aunque hubiese que pagar una compensación a los hispalenses por echarse atrás y elegir la vía madrileña. Su destino era el Atlético.
Y la pasión siempre es bien recibida en un club que lleva por bandera el coraje y corazón. Al zaguero se le salía por cada poro de su cuerpo. Tres años fantásticos, aunque la imagen de la patada a Messi quedase en la retina del fútbol español. El checo, que luego recibió también una entrada durísima de Cristiano a su tobillo sin tanto eco, pudo celebrar que la lesión del argentino fuese menor pese al susto inicial: “Me quedé tranquilo cuando estuvo solo lesionado durante dos semanas. Imaginad lo que hubiera pasado si le dejo fuera seis u ocho meses. Me tengo que retirar del fútbol o ir a Bali a jugar. Para el fútbol estaría muerto”, recordaba en su participación en la despedida del Calderón. El checo colgó las botas en el Sparta de Praga, rival hoy de los de Simeone. Pero sigue siendo Atleti, como cuando recibió una oferta del Real Madrid todavía de rojiblanco y su respuesta fue rotunda: “No”.
Inicios en el Sigma Olomouc
La placa de Ujfalusi luce con brillo en el paseo de los centenarios del Metropolitano. 133 partidos y 131 de ellos de titular, con dos goles, cuatro asistencias y una polivalencia entre el central y el lateral derecho que le llevaron a ser imprescindible para Javier Aguirre, Abel Resino y Quique Sánchez Flores. Pero volvamos al inicio. Con orígenes húngaros, Ujfalusi nació en lo que todavía era Checoslovaquia, en Rýmařov, al noreste de la República Checa, el 24 de marzo de 1978, y comenzó a destacar pronto en la cantera del equipo local hasta fichar por el Sigma Olomouc. El zaguero siempre fue un apasionado del deporte, como demuestra en la actualidad participando en partidos de hockey. Pero se decantó por el fútbol y pronto llegó a la élite.
Con el Sigma Olomouc se convirtió en un fijo en la temporada 1998-99, añadiendo un poderío aéreo que le convertía en un peligro en el área rival. Una explosión que no pasó desapercibida hasta que el Hamburgo le firmó en enero del año 2000 por una cifra cercana al millón y medio, una incorporación invernal de calado. Y ese mismo verano acabaría participando en los Juegos Olímpicos de Sídney en una selección encabezada por Milan Baros, delantero de enorme talento. Pero la República Checa solo pudo cosechar dos puntos, los empates contra Estados Unidos y Camerún y cayó ante Kuwait, por lo que ocupó la última plaza del grupo y quedó eliminada. Pese a ello se formaba una gran generación en su fútbol.
En el Hamburgo continuó con su crecimiento partido tras partido. Titular indiscutible durante tres temporadas y media en un equipo que participó en Europa y que le llevó a tener un papel capital en la Eurocopa de 2004 donde se destapó el potencial checo. Victorias contra Letonia (2-1), Países Bajos (3-2), Alemania (2-1) y Dinamarca (3-0) para presentarse eufóricos en las semifinales del torneo. Ujfalusi, que se había podido tomar el lujo de descansar ante los alemanes, compartía plantel con Cech, Nedved, Rosicky, Baros, Koller... Una hornada inolvidable. Sin embargo, la sorprendente Grecia acabó en la prórroga con el sueño checo. El gol de Traianos Dellas en el 105 acabó con el sueño de una selección que pisaba fuerte.
Historia en la Fiorentina
Y que llevó a la Fiorentina a pagar siete millones y medio por sus servicios. En el 2004, un traspaso enorme para un defensa y que se vio amortizado con rapidez. Ujfalusi dejó cuatro grandes temporadas en la liga italiana hasta alcanzar la Champions y ser uno de los jugadores más queridos por la afición que le llegó a nombrar como mejor zaguero de la plantilla. Mientras, con su selección participaría en el Mundial del 2006, donde la República Checa no pudo superar la fase de grupos y Ujfalusi salió expulsado en la segunda jornada contra Ghana y en la Eurocopa de 2008, donde volvieron a perder en grupos. El esplendor checo había caído y la opción de dar la campanada se había escapado en el 2004. Ujfalusi fue expulsado de su selección en 2009 tras un acto de indisciplina, después de que la prensa local inculpara a cinco miembros de la plantilla tras haber sido vistos con prostitutas en un restaurante después del partido clasificatorio ante Eslovaquia.
Hasta llegar al verano de 2008. Toda una eminencia en Florencia que decidía no renovar su contrato y poner rumbo a España... en primera instancia al Sevilla. Un precontrato firmado de puño y letra que rompió cuando recibió la llamada del Atlético y se le presentó el proyecto. Obnubilado por vestir la rojiblanca aunque hubiese que pagar al Sevilla una indemnización de 875.000 euros por incumplir el contrato. Y en el Atlético se convirtió en el mariscal de la defensa. Incorporado a la par que Heitinga, su debut se produjo contra el Schalke en la fase previa de la Champions para remontar el 1-0 en Alemania con su primera gran noche en el Vicente Calderón en un 4-0 inolvidable. En los años duros, la máxima competición europea era un premio que se celebraba muy de vez en cuando.
Muy querido en el Atlético
Tanto como lateral derecho como de central, Ujfalusi fue indiscutible de rojiblanco. Compartiendo plantilla con Forlán y el Kun Agüero y mejorando una defensa que tenía muchos problemas para ser solvente cuando el equipo se volcaba al completo en ataque. Con el checo, el Atlético volvió a ser campeón. De la Europa League y la Supercopa de Europa, con plena participación del checo. También en la final de la Copa del Rey que perdió contra el Sevilla. Mucha fuerza en sus subidas por la banda, zancada, buena colocación, agresividad y hasta una estética que le convertía en uno de los favoritos de la grada. Tres años donde compartió plantilla con Diego Costa, Simao, Reyes, Tiago, Raúl García... y Koke. “El Atlético es el club que más me ha marcado, donde mejor jugué al fútbol y donde primero logré ganar títulos. Aquí me di cuenta cuánta gente te quiere. Viví en Neptuno algo mágico”, reconocía Ujfalusi años después.
También una oferta del Real Madrid rechazada. “Jugando en el Atlético me llegó una oferta del Real Madrid y yo dije no. La dejé sobre la mesa. Eso no podía hacerlo, por fidelidad. Les dije: ‘No, gracias pero solo hay un equipo en el que quiero jugar”, expresaba el defensa, que llegó veterano y libre a la plantilla y se marchó por todo lo alto. Solo aquella entrada a Messi empañó sus años de rojiblanco. “Fue demasiado, fue horrible, yo estaba seguro que toqué la pelota pero también al tobillo de Messi. Al mejor jugador del mundo hay que cuidarlo, menos mal que fueron 15 días (...) Cuando vi las imágenes le pedí al Kun el teléfono de Messi y le pregunté si estaba bien. Me respondió dos días después que estaba bien, que las pruebas habían salido bien. Yo estaba seguro que toqué la pelota, pero Messi siempre está un poco más veloz que el resto”. El checo salió expulsado y tuvo que cumplir dos partidos de sanción.
Paso por Turquía y final en el Sparta
Cerrada su etapa en el Atlético después de tres grandes cursos, Ujfalusi puso rumbo a Turquía. Firmó por el Galatasaray, que pagó unos dos millones al club rojiblanco. Jugó una gran temporada 2011-12, pero ya veterano las lesiones comenzaron a jugarle una mala pasada. Hasta firmar por el Sparta de Praga antes de colgar las botas. “Tengo un problema en el cartílago de la rodilla, y tendría que someterme a una operación, lo que no quiero. La convalecencia duraría además de dos a tres meses, y tras consultarlo con el médico, hemos acordado que lo mejor es acabar”, explicaba antes de despedirse del fútbol. Aunque todavía se vestiría de corto para despedir al Vicente Calderón.
Tras la retirada no se desligó del fútbol. Ojeador para el propio Sparta, hoy en día se dedica a la representación de futbolistas. “Hay que traer un Ujfalusi al Atlético”, bromeaba ayer como cicerone en la visita del Atlético a Praga. “Me encantaría haber jugado con Simeone”, reconocía. En buena forma, todavía disputa partidos de fútbol de veteranos e incluso de hockey, siempre tiene al Atlético en el recuerdo. “Es un estilo de vida y una ciudad impresionantes. Tengo amigos aún en Madrid”, explicaba tras saludarse con Koke, Pedro Pablo, Cristian y el resto de miembros del club que todavía continúan de su época. Un Ujfalusi que siempre tendrá calado en el corazón rojiblanco.
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