Primera final del año para Mbappé
PSG y Milan, un coloso y otro que aspira a serlo, se miden en el Parque de los Príncipes en un partido trascendental para el grupo de la muerte.
La Champions League le ha enseñado, le ha aleccionado más bien, al PSG que cualquier pinchazo se paga caro. El de Newcastle, hace un mes, fue una debacle, por lo que el conjunto parisino no tiene margen de error. Está noche, a las 21:00 horas, se mide al Milan, un coloso del fútbol europeo (sigue el partido en directo en AS.com), con siete Copas de Europa en su haber, que es el espejo en el que siempre se quiso mirar Qatar cuando materializó, allá por 2011, la adquisición del club capitalino.
Todo lo que no sea ganar será una mala noticia para la escuadra que dirige Luis Enrique, confiado en la previa del encuentro y consciente de lo mucho que está en juego. El PSG no se puede permitir otro tropiezo, no puede especular, no puede relajarse, porque de lo contrario, los tres partidos restantes del grupo de Champions serán finales que pueden mermar a un equipo plagado de jugadores jóvenes y sin apenas experiencia en la máxima competición europea.
La principal duda radica en cuál será el sistema que usará el gijonés, si un sistema de cuatro delanteros, que se estrelló en Newcastle, o añadirá un centrocampista para cubrirse ante los peligrosos contragolpes del Milan. El técnico asturiano recupera a Zaïre-Emery, ausente el sábado contra el Estrasburgo, aunque el once se mantiene en suspense hasta el final.
Los rossoneri, que vienen de perder 0-1 ante la Juventus, tienen la obligación de sumar los tres puntos, o al menos que el PSG no gane. Dos empates en dos partidos en el grupo de la muerte no son un desastre, pero una derrota le pondría contra las cuerdas. Privado de Bennacer, Chukwueze y Samuel Okafor a última hora, Pioli deberá introducir novedades en el once, como el joven Tommaso Pobega, que apunta a titular en el centro del campo. En ataque, los lombardos se encomiendan a Leao, un antílope al espacio que se alimenta de cada centímetro que deja su rival en defensa. El duelo en las porterías, con Maignan y Donnarumma contra sus exequipos frente a frente, son otro de los alicientes de un partido de enjundia y determinante en el devenir del grupo de la muerte.
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