“Jimmy” Johnstone, el ídolo católico

El mejor regateador europeo de todos los tiempos, para muchos, era escocés. “Jimmy” Johnstone, extremo derecho, fue uno de los integrantes de los Leones de Lisboa, como se denominó a la generación dorada que llevó la ‘Orejona’ a Glasgow en 1967. “Era absolutamente imparable, de verdad, la más pura definición de imparable. Los equipos rivales le ponían hasta tres defensas encima y él, con un par de toques, se los quitaba como si fuesen chavales”, dice uno de los empleados del museo del club, mientras observa la estatua que recuerda al futbolista en la fachada principal del estadio. Johnstone falleció en 2006, pero su recuerdo en la parroquia católica es imborrable. Estuvo catorce temporadas luciendo las rayas verdes del conjunto escocés, con el que jugó 515 partidos y marcó 129 goles. El club llegó a promover una votación pública, dirigida hacia sus aficionados, para escoger a quien ellos considerasen el mejor jugador de la historia del club. Ganó “Jimmy”.

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Un futbolista cuyo anecdotario es tan grande como su talento. Y en el Bernabéu vivió un capítulo muy recordado por la sociedad escocesa. Inmediatamente después de ganar la Copa de Europa, el Celtic fue el rival escogido para el homenaje a Di Stéfano. La actuación de Johnstone fue tan impactante, que los aficionados madridistas, tal y como recogen las crónicas de la época, comenzaron a gritar “¡Olés!” cada vez que regateaba a uno de los jugadores españoles. Disfrutaba y hacía disfrutar, pero nunca llegó a dar el salto a jugar fuera de ‘su Celtic’. Sólo en la fase final de su carrera hizo las maletas para abandonar Glasgow y jugar, de manera fugaz, en el San José Earthquakes, Sheffield United, Dundee, Shelbourne y Elgin City, donde se retiró. “No era sólo un ejemplo de futbolista talentoso, también compartía la idiosincrasia del club y eso, aquí, vale oro”, añade un aficionado.