Iker Bravo, en 9 segundos

Iker Bravo rompió la barrera de lo común. Hizo historia en un partido que, sobre el papel, olía a lo que huelen las cosas inodoras: marcó el gol más rápido de la historia de la Youth League (9 segundos). No se jugaban nada ni Real Madrid (ya matemáticamente primero de grupo), ni Celtic (colista irremediable). Pero la mañana tuvo un destello que cegó a todos. El equipo de Arbeloa sacó de centro con un balón en largo hacia la banda izquierda, buscando a un Gonzalo García que, como pudo, metió el balón hacia dentro. Y apareció Iker Bravo.

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Porque donde muchos habrían buscado un control y un reinicio, él olió la sangre. Con el pecho, hizo una orientación que le permitió zafarse de Robertson y en un abrir y cerrar de ojos... ya estaba frente al portero. A la obra sólo le faltaba una última pincelada: empeine total y misil a la jaula. El rostro de Oluwayemi, portero de los jóvenes católicos, expresó la más absoluta perplejidad; el de su entrenador, más de lo mismo. Les habían marcado a los 9 segundos; firmado, Iker Bravo.

Llevaba dos partidos seguidos sin rugir en la Youth (desde su show ante el Shakhtar), porque con la clasificación encarrilada, Arbeloa le ahorró los desplazamientos a Varsovia y Leipzig. Esta vez, con la batalla en Madrid, fue reclutado de nuevo y volvió a rugir. Jugó los 90 minutos y cuajó una actuación sobresaliente, como Vinicius Tobias, inamovible en el lateral derecho durante esta competición. Arbeloa hizo varias rotaciones, pero ellos no entraron en la torna.

Rumbo a octavos

El Madrid ya tenía sellado el billete a octavos, donde espera rival. Pero quiso redondear su fase de grupos con una última victoria (ha ganado todo menos un empate... el que le hizo el Leipzig con un gol en el último minuto). Tras el zarpazo de Bravo, llegó el de Yeray. Era sólo el minuto 8 cuando el extremo controló en la frontal, armó la diestra y la puso en la red. El Celtic, sin nada que perder, se echó al ataque y halló el 2-1 por medio de Brooks, su delantero; pero un gol de Pol Fortuny a la media hora devolvió la más absoluta tranquilidad a una mañana sin sobresaltos.

Ampliar

En la segunda parte se redujeron las revoluciones y sólo hubo un balazo más: obra de Nico Paz, que enganchó un zurdazo desde la frontal tras un pase de Iker Bravo. Punto y final. El equipo de Arbeloa finaliza la primera fase de la Youth con 23 goles a favor y sólo cinco en contra. Números que le aúpan al Olimpo de los favoritos al entorchado. No rehúyen la etiqueta los jugadores del juvenil A, que de ambición van sobrados. Eso transmiten. Y con Iker Bravo (participa en un gol cada 45 minutos), el hombre de los 8 segundos, se permiten soñar.