Haaland, marbellí y ‘bético’
El noruego presume de paraíso malagueño y de su amistad con Joaquín Sánchez, al que dedicó uno de sus tres dobletes contra el Sevilla. Se picó con Bono.
Salvo contratiempo (para el City) inesperado, el Sevilla no se librará esta vez de Erling Haaland, al que una lesión privó de sufrir durante el último enfrentamiento entre los mancunianos y el equipo de Nervión, en la liguilla de Champions del año pasado. El noruego se ausentó de aquel duelo de vuelta en el Etihad Stadium pero el argentino Julián Álvarez le tomó la vez con un doblete para el 3-1 final.
Erling vio el encuentro recuperándose en Marbella, el lugar donde posee una mansión y al que se retira casi siempre cuando no anda destrozando defensas rivales. Un paraíso malagueño donde por cierto conoció al bético Joaquín Sánchez para entablar una amistad que ha desembocado en cierta simpatía de Erling hacia el club verdiblanco. En la ida del Sánchez-Pizjuán, Haaland sí que había jugado para anotar dos de los tantos de un rotundo 0-4 al Sevilla... Y después del partido se lo dedicó sin tapujos al recientemente retirado extremo portuense: “Espero que hoy la leyenda esté contenta @joaquinarte”, escribió el gigante nórdico en las redes sociales sobre una foto de la taquilla de Joaquín en Heliópolis.
Lo de maltratar al Sevilla se ha convertido en tónica habitual para el futbolista escandinavo. Casi habría que contar ya (como mínimo) con dos goles suyos en la Supercopa de Atenas si se tiene en cuenta su historia contra los nervionenses. Con el Borussia de Dortmund, en octavos de la Champions 2020-21, Haaland convirtió otro par de dobletes tanto en la ida (2-3) como en la vuelta (2-2).
En un Westfalen desierto debido a la pandemia, Erling mantuvo además un sonado pique con Yassine Bono. Fue tras su segundo tanto de esa noche, convertido de penalti. Haaland había fallado el primer intento pero el colegiado turco Cuneyt Cakir decretó que el meta se había adelantado y ordenó que se lanzara de nuevo. En la revancha, el goleador de Borussia Dortmund sí que marcó y luego le gritó el gol en la cara al portero. “Cuando me gritó pensé: ‘ojalá pueda marcarle otro gol’. Y lo hice. No tengo idea que significa lo que me dijo, pero le grite lo mismo”, declaró tras el partido el entonces delantero borusser. En las imágenes se ve cómo Bono pronuncia el famoso ‘kiricocho’, esa superstición argentina acuñada por precisamente por un exentrenador del Sevilla, Carlos Salvador Bilardo.