El retorno del capitán
“Quiero disfrutar del día a día, sin pensar más”, esboza, pero los minutos escasean. Afronta una semana clave: jugar ante Braga y Valencia. Sólo suma 6′ en Liga desde su roja en Montilivi.
Sin John Keating ni pupitres, pero el mismo grito: ‘Oh capitán, mi capitán’. Así vuelven los brazaletes, con la tripulación en pie. Es el caso de Nacho esta semana, luminosa entre oscuridad: jugará seguro ante el Valencia (Rüdiger vio la quinta amarilla y cumple ciclo) y tiene muchas opciones de hacerlo esta noche. En la Champions, su oasis particular. Y es que desde aquella roja en Montilivi... noha aparecido en la competición doméstica (con permiso de 6 tenues minutos ante el Rayo). Pero sí en Champions: titular en Nápoles y Braga.
La mirada, en la velada de hoy. Hay una certeza: Rüdiger será titular. Sin Militao, se ha convertido en el kaiser de la zaga: 1.300 minutos, el que más ha jugado esta temporada de todo el equipo, por delante incluso de Bellingham (1.216′) y Kepa (1.170′). Rambo siempre baila y su pareja es la que rota. Mayoritariamente ha sido Alaba (941′), pero durante la lesión del austriaco, ha sumado tablas Nacho. El problema del capitán es que no termina de entrar en los onces. Cuando juega, es porque Alaba no puede. Un escenario difícil de gestionar.
Esa cuestión fue casi el eclipse de su rueda de prensa ayer, cuando dio un paso al frente para tomar la palabra. “Yo nunca he sido como Modric, por ejemplo, una persona habituada a ser titular. Me ha tocado afrontar las cosas de otro modo”, esbozó. Para ampliarlo: “Me encuentro bien, disfrutando del día a día, sin pensar más. Claro que quiero jugar también las noches importantes, ¡quiero jugar siempre! Pero por encima de cualquier cosa, me apetece disfrutar”.
‘Oasis’ League
Casualidad o no, desde su expulsión en Girona ha desaparecido en Liga, pero se ha mantenido en Champions. Nada más verla y con Alaba tocado, jugó los 90 minutos de Nápoles, para inmediatamente después asumir sus dos partidos de sanción (finalmente no fueron tres). Y justo después, volver ante el Braga, también en Champions, otros 90 minutos. Después vino el Clásico, donde finalmente no jugó ni uno y el Rayo, con una tímida aparición en el descuento para suplir a Camavinga, ligeramente conmocionado por un golpe en el ojo derecho. Esa ha sido la vida de Nacho desde Montilivi, cuando hizo una entrada de gravedad asumida: “Disculpas, jamás quise hacer daño”. Una sorprendente mancha en su currículum.
Responsabilidad
El capitán pagó el precio y ya está de vuelta. Ahora, opositando a jugar frente al Braga, a lucir el brazalete de capitán que le corresponde y por el que no siente un peso especial. “Me hace muy feliz, pero no cambia absolutamente nada. Porque la responsabilidad por jugar en el Real Madrid, al final, es la misma y la ilusión, igual”, apuntó ayer en rueda de prensa. Una que sentirá, de nuevo, esta semana. El sábado será titular seguro y esta noche, con mucha probabilidad. Ancelotti alista a su capitán. Vuelve. Y en el vestuario se suben a los pupitres.
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