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REAL MADRID

Del Castilla a Wembley

El doblete contrarreloj de Joselu ante el Bayern condujo al Real Madrid a la final de la Champions. Junto a Nacho, Lucas Vázquez y Carvajal, con notable cuota de protagonismo en el torneo, lideraron el filial blanco de la 2011/12.

Del Castilla a Wembley

Si las remontadas europeas y ese espíritu indómito son el orgullo del Real Madrid y su afición, sus canteranos son su santo y seña. Así lo evidenció el enésimo milagro blanco acontecido en el Santiago Bernabéu y su idílica relación con la Champions League, con marcado ADN de La Fábrica. Uno perfecto. Hubo noche histórica ante el Bayern de Múnich, el rival europeo por antonomasia y, además, protagonizada por el doblete contrarreloj de Joselu Mato, un hijo del madridismo capaz de pasar de peregrinar a París con su padre para ver ganar la Decimocuarta a enseñar el camino a Wembley y a Londres dos años después. Entre medias, lloró dos descensos con Alavés y Espanyol, para alcanzar a sus 34 años, y todavía cedido por el Espanyol, la cima de la montaña rusa en la que se ha convertido una carrera repleta de capítulos. “En mis sueños, las noches no son tan bonitas como estas”, dijo.

Joselu es un reflejo fantástico de lo que es esta plantilla. Un jugador que ha aportado mucho esta temporada, aunque no ha tenido demasiados minutos. Jamás ha perdido la confianza y siempre ha pensado que podía aportar”, definía Carlo Ancelotti. Entre lo esotérico de otra noche de brujas, como ese error de Neuer antesala de la remontada, el triunfo particular de Joselu abandera la realidad objetiva de la sublimación de la fe y el trabajo. Un denominador común en los Lucas Vázquez, Nacho o Carvajal, protagonistas de una ruta de Champions League con indudable rastro canterano. Casualidad o no, ellos conformaron la tradicional foto de equipo prepartido del Real Madrid Castilla de la temporada 2011-12.

Alineación del Real Madrid Castilla ante el Mirandés, final de ascenso ,temporada 2011-12. De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Jesús Fernández; Casado, Álex Fernández, Mosquera, Joselu, Morata, Carvajal, Jesé, Mandi, Nacho Fernández y Juanfran Moreno.
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Alineación del Real Madrid Castilla ante el Mirandés, final de ascenso ,temporada 2011-12. De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Jesús Fernández; Casado, Álex Fernández, Mosquera, Joselu, Morata, Carvajal, Jesé, Mandi, Nacho Fernández y Juanfran Moreno.FELIPE SEVILLANODIARIO AS

Ese filial blanco, dirigido por entonces por el actual entrenador del Real Madrid femenino, Alberto Toril, contaba con una de las mayores generaciones de talento que se recuerdan, a tenor de los éxitos de ese año y los futuros que llegarían. Así, tras completar un año brillante, con un balance de 27 victorias, nueve empates y seis derrotas que le valieron para dominar su grupo en la por entonces Segunda B, aplastaron al Cádiz y al Mirandés en las eliminatorias finales para ascender a Segunda División, con protagonismo especial para Joselu, que se apuntó siete goles en esos cuatro partidos decisivos. Ahí ya empezaba a exhibir su don del oportunismo el gallego, que a pesar de compartir vanguardia y minutos con Jesé, Morata, Cheryshev, Lucas Vázquez o Rubén Sobrino, acabó como el máximo goleador del equipo merced a sus 27 dianas. Morata se quedó con 17 goles, Jesé, con once, y Cheryshev, con ocho.

Doce años después, el futuro ha deparado destinos, en su mayoría distinguidos, para ese once tipo de Toril. En cuanto a equipos, éxitos e incluso posiciones. Mejías (actualmente en el Cartagena) y Jesús Fernández (Voluntari) rotándose bajo palos, Carvajal (Real Madrid) y Jorge Casado (Rayo Majadahonda) como laterales y Nacho Fernández (Real Madrid) e Iván González (retirado) como centrales. El centro del campo se lo repartían Álex Fernández (el hermano de Nacho, ahora en el Cádiz) y Omar Mascarell (Mallorca) o Pedro Mosquera (Alcorcón) para dar paso a los Joselu (Real Madrid) Jesé (sin equipo, pese a ser el adalid de aquella generación), Morata (Atlético de Madrid), Cheryshev (Venezia), Lucas Vázquez (Real Madrid) o Juanfran Moreno (retirado), por aquel entonces extremos, en el cuarteto ofensivo. Pedro Mendes, ahora en el Estrela Amadora, Pablo Gil, retirado, o Ríos Reina (Eibar) conformaban la base de la segunda unidad.

La Champions de La Fábrica

Algunos se marcharon y volvieron sin hacer ruido. Es el caso de los cuñados, unidos premonitoriamente en su elección alemana como ‘Erasmus’. Joselu, llegado ese verano del Celta a cambio de 1,5 millones de euros -tres cuartas partes (500.000 euros) de lo que le costó el pasado verano al conjunto blanco su cesión- se marchó al Hoffenheim. Doce años después regresó, se quedó para siempre en el imaginario madridista ante el Bayern de Múnich y tiene la oportunidad de ganar su primer Champions League a sus 34 años. Su cuota de protagonismo en el camino blanco no es baladí para su frecuencia de participación, con cinco goles en diez partidos. Aunque brilla más su promedio, con un gol cada 53′. Cuando muchos piensan en el ocaso, en la retirada, Joselu rezuma ilusión competitiva.

Carvajal, que eligió Leverkusen, no tuvo que esperar tanto como su cuñado para regresar a su casa. Tan solo un año. Cinco Orejonas, camino de la sexta, ha levantado entre los 23 títulos celebrados por el niño que puso la primera piedra de Valdebebas ante los ojos de Alfredo Di Stéfano y que está completando una de sus mejores temporadas, como prueba el algodón de la Champions. Respetado por las lesiones, profundiza como acostumbra en ataque (proyectó a Brahim en su golazo en Leipzig) y ha dado una vuelta de tuerca a su fiabilidad defensiva. Su ascenso de rango a tercer capitán también se refleja en el campo. Es líder y se siente líder.

Como Lucas Vázquez, al que el club le ha ofrecido la renovación anual. También líder. Pero, en su caso, en la sombra. 372′ y cuatro titularidades para el de Curtis en la competición, en los que le ha dado tiempo a evidenciar que no ha perdido un gramo de consistencia, picardía y competitividad y, además, a repartir una asistencia para que Vinicius anotase el 2-0 ante el Sporting de Braga en el Bernabéu. Todo ello sin obviar su penalti anotado en la tanda ante el Manchester City en la vuelta de los cuartos de final, en el que volvió a lucir gestualmente esa convicción inquebrantable, o su actuación ante el Barcelona en el último Clásico liguero, que sirvió para sellar LaLiga.

Nacho Fernández, que también tiene la propuesta del Madrid sobre la mesa, es otro que colecciona momentos para la posteridad en esta Champions, que también puede significar su sexta entre los 25 títulos desde que debutara por gentileza de Mourinho. Como ejemplo, su pluscuamperfecta exhibición defensiva en el Etihad Stadium, una de esas “noches mágicas con las que sueñas de niño”, como él mismo dijo. Junto a Rüdiger, el primer capitán blanco fue una roca para las inacabables embestidas del equipo skyblue. Con todo, la brillante generación de los Modric, Kroos, Rodrygo, Vinicius o Valverde, y a la que se han sumado recientemente los Bellingham, Rüdiger o Lunin, tendrá el próximo 1 de junio en Wembley ante el Borussia Dortmund la enésima ocasión de reescribir la historia. Y, para ello, se antoja de nuevo clave ese componente genético labrado en Valdebebas y orgullo del madridismo que vertebra el férreo nexo blanco sobre el que se sustentan los éxitos recientes del madridismo. Una medalla más para La Fábrica, la cantera de Europa.

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