Al Atlético se le escapa la primera plaza en una tarde de pesadilla

El Atlético vivió una tarde de pesadilla en Alcalá. Había hecho lo más difícil en Róterdam, ganar al Feyenoord para tomar la cabeza del grupo y llegar a Madrid como líder ante una Lazio que no se jugaba nada, con su eliminación certificada hace semanas. El equipo italiano era colista y no había ganado ningún partido en la competición en su debut europeo. Ganar aseguraba evitar el playoff por los octavos. Igualar el resultado del Feyenoord en Escocia también. E incluso empatar si los neerlandeses ganaban por menos de tres goles.

Todo de cara para morir en la orilla. El Feyenoord, que jugaba una hora antes, remontó un partido que perdía por 2-0 con dos goles en los últimos instantes y el Atlético cayó en su casa. La ley de Murphy dice que si algo puede salir mal así será. Pues al equipo de Torres le salió todo mal. Antes de cumplirse el segundo minuto Napolitano ya había dejado patente que la Lazio no había viajado a Madrid de vacaciones. Una larga conducción y un zurdazo que se marchaba fuera era el primer aviso.

Respondería rápido Frey con un buen zurdazo repelido por el guardameta. Pero, a cada minuto que pasaba, al equipo rojiblanco se le iba complicando el panorama. Si las noticias desde Escocia eran del todo halagüeñas, con el cómodo 2-0 del Celtic ante el Feyenoord, una pérdida en la salida se convertía en el centro al área y la carambola que desembocaba en el gol romano. Spina repelía la primera intentona, Bigotti recogía el balón en el área y, pese al desvío de Mestre, acababa tocando en Boñar y colándose en su portería. Tocaba reaccionar, más por orgullo que por necesidad, con la primera plaza todavía a salvo.

El Atlético comenzó a activar la maquinaria ofensiva. Con disparos lejanos como el de Boñar, a balón parado, encontrando a Caste por dentro y especialmente en una doble ocasión con la gran combinación entre el medio y Rayane que acabó con Renzetti evitando un golazo y el larguero privando a Niño de un nuevo tanto en Europa. El partido llevaba al descanso con el Atlético apretando, pero sin saber como encontrar el camino al gol ante una Lazio muy metida atrás. Lo que nadie esperaba en el vestuario rojiblanco era el cambio de guion en Escocia. El Feyenoord había remontado del 2-0 al 2-3 con dos tantos en los últimos instantes y era obligatorio marcar. El empate era suficiente, pero la derrota conllevaba la pérdida del liderato.

Salió a por ello y Niño estuvo a punto de conseguirlo de falta directa, pero la Lazio contraatacó con una contra que obligó a Mestre a dejar un paradón para evitar el 0-2. Un disparo de Cuzzarella a bocajarro y que exigió al guardameta poner una mano dura y tener al palo de su parte. Era el segundo partido de Mestre en la competición cubriendo la ausencia de Esquivel, que sufrió un episodio de taquicardia contra el Celtic.

El Atlético se lanzó al ataque, pero demasiado acelerado y sin la iluminación que sí tenía Caste en la primera mitad. Rayane y Niño anulados, los cambios sin el efecto esperado y la necesidad de marcar se apoderaba de las piernas y la cabeza de los jugadores de Torres. Se buscaba el gol, pero no se trabajaba en la forma de cómo llegar a ello. Spina, rematando un córner, estaba a punto de conseguirlo. La Lazio se defendía como gato panza arriba, celebrando cada acción defensiva pese a que su eliminación llevaba tiempo certificada.

Tuvo la última Niño, una ocasión clarísima bien rematada en el área pequeña, pero un paradón de Renzetti confirmó el drama rojiblanco. El guardameta festejó por todo lo alto una victoria totalmente intranscendente en la clasificación para su equipo, pero la primera en la Youth League para los italianos y todo acabó con una tangana tras la conclusión del encuentro. Y al Atlético se le complican las cuentas. Estaba hecho, pero se le escapó en casa de la forma más dolorosa. Y ahora tendrá que jugar fuera de casa una eliminatoria previa para poder estar en octavos. Ya lo decía Murphy, si algo puede salir mal...

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