Se busca el primer campeón
El Racing y el Andorra, primeros en cada uno de los grupos de Primera RFEF, se disputarán el título de campeón en A Malata, a estadio prácticamente vacío
Podría haber sido una fiesta, pero ha resultado un castigo. Las circunstancias y la Federación Española de Fútbol han conspirado para empequeñecer el partido en el que se decidirá el primer campeón de la historia de la Primera División RFEF. Las circunstancias, porque el Racing ya no sabía qué hacer para matar el rato desde que 1 de mayo sentenciara el primer puesto del Grupo I, y el ascenso, mientras que en Andorra, que lleva diez días ascendido, la noticia de la semana ha sido la ascensión, esta en bicicleta, de Eder Sarabia a la cima de un puerto pirenáico. Ni rastro del partido de campeones.
La parte de los clubes y sus circunstancias es más entendible que la gestión que ha hecho la RFEF de este final de su liga señera. Ha vendido los playoffs de ascenso al que tenía dinero para pagarse una ventaja en su lucha por el ascenso y en el paquete iban, además, partidos que en la zona contratante no tenían ningún interés. O sea, un Racing-Andorra en Galicia. No habrá una final a dos partidos en cada uno de los campos o, si parecía demasiado largo, en el campo del mejor clasificado, no. Habrá fútbol pandémico: sin COVID, pero sin público. Volveremos a los partidos en los que se escuchan las instrucciones de los entrenadores y las quejas de los futbolistas. Estarán abiertas las puertas de A Malata, el estadio ferrolano al que han desterrado esta final para disgusto de las autoridades locales, pero sería una sorpresa si se congregaran más de un par de centenares de racinguistas. Si apareciera un seguidor del Andorra sería todo un bombazo.
El premio gordo, el ascenso, ya lo tienen conseguido los dos, pero con el paso del tiempo tanto el Racing como el Andorra, el que lo consiga, valorará el haber inaugurado el palmarés de una competición que ha resultado, eso hay que reconcérselo a Luis Rubiales, un gran salto adelante respecto a la Segunda B. La remodelación del fútbol modesto, Primera RFEF por un lado y Segunda RFEF por otro ha sido un éxito, pero el diseño y venta al mejor postor de la fase final lo ha afeado. Ha sido como la vaca que, después de ordeñada, con la pata trasera derrama el caldero.
El Racing, que ha montado su cuartel general en la localidad lucense de Villalba, ha viajado a Galicia sin Mantilla, recién operado de un hombro, sin Satrústegui, con rotura fibrilar, y sin Isma López, con molestias toda la semana. El resto de los componentes de la primera plantilla están diosponibles y junto a ellos se han despalzado dos laterales del rayo Cantabria, el equipo filial, Jorrín y Simón. Guillermo Fernández Romo quiere acabar el curso, ya de por sí adornado por unos números extraordinarios, con el mejor expediente posible y tirará de su once de gala, con Javi Vázquez por Satrústegui, para intentar alzar la copa.
El Andorra también debe lamentar una baja, la de su central Adriá Vilanova, hijo de Tito Vilanova, mientras que Eder Sarabia dispondrá del resto de la plantilla, además de los juveniles Pau y Eric Cañete. El cuadro pirenaico ha entrenado hoy en Barcelona, en la ciudad deportiva del Barça, antes de viajar por vía aérea a Santiago de Compostela. Vistos los antecedentes, lo más probable es que el equipo de Gerard Piqué sea el que se haga con la pòsesión del balón, algo que no asusta al Racing, que compite perfectamente en ese ecosistema. El partido será el último que disputará Pablo Torre con la camiseta del Racing antes de incorporarse al Fútbol Club Barcelona.