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Diego Martínez o "el guiño del destino" para llegar al Espanyol

El técnico perico le ganó los dos partidos en Primera a los blanquiazules y en 2012 también le arrebató la Copa de Campeones juvenil.

Diego Martínez.
RCDESPANYOL

El Espanyol cuenta ahora en el banquillo con un fabricante de ilusiones como Diego Martínez, cuya presentación y su etapa triunfante en Granada han aumentado la confianza en el aficionado de que la próxima temporada será mejor que la actual. Pero el técnico perico ha sido en su corta carrera deportiva un verdugo para los blanquiazules, como él mismo se refirió en la entrevista que concedió a los medios del club y que repitió sus mensajes de su conferencia de prensa. "El Espanyol se cruzó en dos momentos importantes de mi vida", se arrancó.

El primero de ellos ocurrió en 2012, cuando el joven técnico, de apenas 31 años, conquistó la Copa de Campeones de edad juvenil a costa del Espanyol de Dani Poyatos y en el que ya lucía un jovencísimo Joan Jordán. "Fue el primer título", dijo Martínez, que se acordaba de que el mediocentro ahora del Sevilla era uno de los mejores de aquel conjunto perico. Después de aquello, Martínez empezaría una etapa como segundo entrenador en el banquillo del primer equipo del mismo Sevilla con técnicos como Unai Emery, mientras después cogió las riendas del filial.

El segundo momento fue más emotivo incluso. El Granada de Diego Martínez logró su primera victoria en la máxima categoría en el RCDE Stadium ante el Espanyol de David Gallego, en la aciaga temporada del descenso. Un 0-3 sin paliativos que empezó a resquebrajar el proyecto del técnico que procedía del filial y a manchar una temporada que acabó en desastre. "Me llena de orgullo haberla conseguido en el RCDE Stadium", concluyó el técnico, quien también en la vuelta logró ganar por 2-1 a los de Abelardo Fernández.

Por todo ello, Martínez, que se mostró muy espiritual en la entrevista, considera que "todo eso me ha empujado a estar aquí, creo que lo que pasa en el pasado cobra sentido en el presente, fue un guiño del destino". Una exposición en la que el entrenador gallego pidió "confianza" a la gente, tanto "en este equipo y en estos jugadores".