Y de pronto dos derbis canarios
La clasificación coloca un clásico isleño como paso previo a luchar por el ascenso en las eliminatorias por alcanzar la final de la promoción.
El destino quiso que el Día de Canarias abriera la semana del doble derbi de infarto de postemporada en Segunda. Justo en el curso futbolístico de la temporada del centenario del C.D. Tenerife, cuyos actos inauguraron el 2022 con 0-1 en el Heliodoro, con un gol de un extinerfeñista de Candelaria, Kirian Rodríguez.
El mismo jugador que se abrió paso en Las Palmas y que ahora se ha consolidado en el fútbol profesional como pieza fundamental de los amarillos para alcanzar la promoción junto a otros tinerfeños, Clemente, Maikel Mesa y Moleiro. Las derivadas simbólicas de doble sentido de esta promoción se abren a cada paso que se anda.
Hacía varias semanas que se esbozaba en el fondo del camino un clásico canario en promoción, sin embargo, Las Palmas no estaba a rolex sino a setas, y las setas no eran ni más ni menos que conseguir una plaza en promoción que le permitiera, como mínimo, alargar la esperanza de un ascenso a Primera, y subir otra vez vía playoffs, como máximo.
Algo que se veía tan lejano que pocos se podían siquiera imaginar la hazaña. Y es que cuando saltaron a calentar los jugadores grancanarios en la jornada 32 en Valladolid, los amarillos marchaban decimoquintos, de forma provisional, tras la victoria en la jornada adelantada del viernes del Huesca.
Y sin solución de continuidad, los amarillos pasaron de prácticamente desahuacidos a estar a 72 horas de un derbi en la primera eliminatoria de promoción con el factor campo bajo el brazo y el ticket de oro en caso de empate al final de una potencial prórroga. Pero para ello tuvo que pasar por un proceso de metamorfosis, una suerte de ‘Viaje del héroe’ en modo balompédico. En el que la U.D. tuvo que recuperarse de una crisis en 90 minutos, perseguir sombras durante jornadas sin recompensa, convertirse en aspirante, ver cómo se volvía alejar la promoción, recuperar la distancia y fecharse a la posibilidad de depender de sí misma y no soltarla hasta el final.
En la historia reciente más fresca, la que va de agosto a mayo, dice que los amarillos vencieron en las dos ocasiones previas. Con mucha agonía en la primera vuelta, 2-1, con un gol cuando el partido se alongaba al final y no con muchas más holgura en la segunda vuelta, 0-1. Pero dos victorias al fin y al cabo. Partidos que den pistas de cómo muy probablemente será el espíritu de esta eliminatoria. En el que un gol puede que sea lo que marque la barrera de entrada a la final. De ahí el mensaje de Luis Miguel Ramis a la conclusión del encuentro ante el Cartagena, "no sabemos los números que quedan por jugar".
Probablemente este derbi, debido a su carácter semifinalista, no tenga el drama del último que se jugó en Primera, en el que una victoria amarilla dejaba en su mano la salvación de Las Palmas y al Tenerife en Segunda, y una blanquiazul complicaba muy mucho la vida a los grancanarios y abría la esperanza a una carambola para los tinerfeños en la última jornada que no llegó, para ninguno de los dos.
Sin embargo, este será sin lugar a dudas el derbi de esta generación y el que abra la puerta a un posible ascenso. Una promoción a la que ambos clubes llegan con experiencia previa. La cuarta para amarillos, segunda para blanquiazules. Y en el que los dos contendientes llegan en dinámicas totalmente diferentes. Grancanarios con cinco victorias consecutivas y tinerfeños encadenando por primera vez tres derrotas esta temporada.
Curiosamente, a diferencia de los derbis de la temporada, Las Palmas llegará por delante de la clasificación contra el Tenerife, circunstancia que no se vivió en liga. No obstante, García Pimienta advierte: "Partimos desde cero".