"He tenido el orgullo impagable de dirigir a un equipo de prestigio internacional"
JIM se ha despedido del zaragocismo a través de una emotiva carta: "Este tiempo va a ser muy difícil de superar en lo profesional, e imposible en lo personal".
Juan Ignacio Martínez ha querido despedirse del zaragocismo a través de una emotiva carta después de que el Real Zaragoza haya hecho oficial que no va a continuar como entrenador del equipo aragonés: "He tenido el orgullo impagable de dirigir a un equipo de prestigio internacional. Este tiempo va a ser muy difícil de superar en lo profesional, e imposible en lo personal".
La carta de despedida completa de JIM es la siguiente:
"Queridos zaragocistas:
Una vez finalizada la temporada, ha llegado el momento de decir adiós. Que más que un adiós quiero que sea un hasta luego, porque jamás voy a renunciar a esta tierra ni a todos vosotros; me habéis ganado con vuestro cariño sincero a lo largo de todo este tiempo que he permanecido en Zaragoza. No es fácil despedirse después de todo lo que hemos vivido juntos: llegué a uno de los clubes más grandes del fútbol español en una situación muy delicada; complicadísima, es verdad. Y entre todos conseguimos rescatarlo para ponerlo en disposición de pelear por lo que merece: el ascenso a Primera.
Ese era mi reto –el reto de nuevo de todos juntos- en esta temporada en la que no hemos podido luchar por ese objetivo irrenunciable. En varias ocasiones me he disculpado por no haber sabido guiar esta nave a buen puerto; que es mi verdadera pena. Porque el Real Zaragoza lo merece por su historia y por su afición. A vosotros, zaragocistas, quiero especialmente daros las gracias por cómo me habéis tratado a lo largo de este año y medio, en el que me he convertido en un zaragozano más. He sentido vuestro afecto en cada momento y ese impulso ha sido el motor que me ha llevado hacia adelante –a mí y a todo el equipo- en los momentos más comprometidos.
He tenido el orgullo impagable de dirigir a un equipo de prestigio internacional. Este tiempo va a ser muy difícil de superar en lo profesional, e imposible en lo personal. Conservaré por siempre el recuerdo cariñoso de todos cuantos trabajan en ese club, de quienes me dieron la oportunidad de entrenar a ese gran conjunto y que me han hecho la vida mucho más fácil. Y guardaré en un hueco de mi corazón, el amor a nuestra Virgen del Pilar, que siempre me ha arropado.
Sabéis que solo os puedo desear lo mejor. Y que quienes asumen ahora la responsabilidad de gestionar el Real Zaragoza acierten en la toma de decisiones para lograr el objetivo que se merece el club, la ciudad y su afición: el lugar entre los mejores del fútbol.
Un abrazo muy fuerte para todos. Muchas gracias y, sobre todo ¡aúpa, Real Zaragoza!".