De Gallego a la naturaleza
El anterior Aplec de peñas del Espanyol sirvió para presentar en sociedad a David Gallego, nuevo entrenador del equipo. Esta vez, sin técnico, la celebración es poder retomar esta fiesta.
"Esto es un espectáculo, un orgullo y un placer", afirmaba David Gallego, visiblemente emocionado, el 9 de junio de 2019 sobre una tarima en la Plaça de l'Ajuntament de Sant Sadurní d'Anoia. Acababa de ser nombrado entrenador del Espanyol, solo dos días antes, y aprovechaba el club la celebración del Aplec de Penyes, su mayor fiesta social, para presentarlo en sociedad. Para que recibiera un baño de masas y ofreciera un chute de autoestima. Tres años después, una barbaridad, vuelve el Aplec. Y el Espanyol, cinco entrenadores después, no tiene inquilino en su banquillo.
Como si en lugar de tres años hubieran transcurrido tres siglos, la maldita pandemia detuvo los Aplecs, que no se han podido retomar hasta este domingo, cuando desembarquen más de 400 seguidores, más de 70 peñas, en la localidad de Avià, bajo la organización de los Pericos del Berguedà en el bautizado como Aplec de la Naturaleza. La trigésima edición. Con David García, campeón de la Copa del Rey y subcampeón de la UEFA, como pregonero. Y con el CEO, Mao Ye, como máxima representación de un club que aspiraba a llegar a la cita con noticias ilusionantes, con nombres propios, empezando por el entrenador. Pero que deberá mantener la expectativa bien alta, con Diego Martínez y otros candidatos, al menos unos días más salvo sorpresa mayúscula.
"Soy perico, soy uno de los vuestros, y no os vamos a fallar", prometía tres años atrás un David Gallego que asumía las riendas de un Espanyol que acababa de meterse en Europa y que era ajeno al desenlace fatídico tanto de su etapa como técnico del primer equipo como del propio club. Con descenso y ascenso. Con Pablo Machín, Abelardo Fernández, Francisco Joaquín Pérez Rufete y un Vicente Moreno que, a pesar de haber dirigido a los pericos dos temporadas casi completas, no pudo disfrutar de este magno evento de las peñas, por causas sanitarias. Y con Luis Blanco, en última instancia.
Hoy afronta la entidad una nueva etapa, a la espera de todas esas decisiones capitales que conformen una plantilla que aspire a algo más que la permanencia. Pero con mucha incertidumbre, por ahora. Así que, indudablemente y después de tres años de ausencia, sí habrá un motivo de celebración, y no será otro que haber podido retomar esta multitudinaria tradición. El Aplec.