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CHAMPIONS (FINAL) | LIVERPOOL 0 - REAL MADRID 1

Del Bernabéu a Cibeles

60.000 gargantas vibraron en las pantallas gigantes del coliseo blanco y miles de personas siguieron la fiesta en la fuente de la diosa. Una fiesta como aperitivo de otra.

Del Bernabéu a Cibeles
EDUARDO CANDEL REVIEJODIARIO AS

La historia se escribió y vivió en París, pero el epicentro de la emoción se sintió en Madrid. Latió el Bernabéu como nunca por La Decimocuarta. Bombeó madridismo desde primera hora del día hasta la explosión final. Puro sentimiento desbordado en el templo blanco. Más de 60.000 gargantas convirtieron el Bernabéu en un Stade de France 2.0. Jolgorio, lágrimas y alegría multiplicada por 14.

Confianza absoluta en la previa. De "¡La Decimocuarta ya está aquí!" a "¡Esta noche el plan está en Cibeles!". Selfies, bufandas, cánticos y bengalas en las calles aledañas para ponerle color a la tarde. Y dentro, el espectáculo total con un cubo gigante con cuatro pantallas ubicado en el centro del campo. Puro disfrute para un estadio lleno. Turno para corear el nombre de los jugadores. Y rendirse con cada plano de Raúl González, Rafa Nadal y Ronaldo Nazario. La grada entregada. Luego llegaría el primer recado a modo de insulto para Mbappé. El segundo, directo para el PSG.

Partido

Música y baile para sobrellevar el retraso en el inicio del partido. Y por fin luces, acción y el carrusel de emociones. Susto con el disparo al palo de Mané y aplausos para Courtois con los paradones. Y más gritos de ánimo: "¡Madrid! ¡Madrid! ¡Madrid!". Luego la grada tan enloquecida como indignada con el gol anulado a Benzema. Y tras un mínimo respiro, las pulsaciones se dispararon al cielo con el gol de Vinicius. Bufandeo y el estadio entero saltando. "¡Que bote, que bote el Bernabéu!". Y de ahí hasta el final un ejercicio de resistencia mental con el temple de las grandes noches. Rendidos a Thibaut Courtois. Paradón tras paradón.

Aficionados en el Bernabéu durante el partido.
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Aficionados en el Bernabéu durante el partido.EDUARDO CANDEL REVIEJODIARIO AS

Y con el pitido final el sueño fue real. Remontada a remontada rumbo a la gloria. "¡Reeeyeees de Eurooopa!", coreó la afición emocionada. Y con el delirio desatado resultó difícil para el aficionado el encargo de tratar por igual a la victoria y a la derrota del inspirador poema ‘If’ de Rudyard Kipling.

En París, Ceferin, el Rey Felipe VI y Florentino Pérez, presidente blanco, estrecharon manos a los jugadores y colocaron medallas. Hasta que llegó Marcelo. A las 23:52 horas sonó el “We are the Champions” y el brasileño levantó su título 25. La Decimocuarta se presentó en avalancha como éxtasis final. Y no hay celebración blanca, por mucho que haya casi 1.300 kilómetros entre París y Cibeles, sin visita a la diosa. Cuatro años tardó el madridismo en festejar en su plaza por antonomasia y lleva dos en apenas un mes. En el alirón de la trigesimoquinta liga se entonó el "¡sí se puede, sí se puede!". Y se pudo.

Cibeles

La diosa vallada, el dispositivo policial colocado. El desfile no tardó en comenzar. Los jugadores en París, la afición les arropó en la distancia. Cibeles era una fiesta. Poco a poco llegaba el goteo. "Hala Madrid y nada más". Padres con hijos a hombros. Torres humanas aferradas a farolas. Mucho madridismo. En vena y en la piel. Camisetas, bufandas y banderas tiñeron la noche madrileña de blanco y azul Real Madrid.

La celebración en Cibeles.
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La celebración en Cibeles.Juan AguadoDIARIO AS

"Hoy es un día muy importante para todos, un día de fiesta. Esta historia de amor del Madrid y la Champions, en la que participamos todos, hay que mantenerlo. Ya lo dijo L'Équipe, 'El Madrid es eterno'", dedicó Florentino a la afición presente en Cibeles desde El Larguero. Miles de madridistas respondían con su cántico de la victoria actualizado: "¡Cómo no te voy a querer, cómo no te voy a querer, si me has hecho Campeón de Europa por decimocuarta vez!". Ese fue el aperitivo, este domingo tocará el plato principal con sus héroes.