GRANADA
Cronología de un descenso
Desde la salida de Diego Martínez, el Granada no ha terminado de cargurar. Tres técnicos, fichajes que no han rendido y cambios en toda la estructura ha llevado al club a Segunda
El 29 de mayo de 2021, Diego Martínez puso punto y final a su etapa en Granada. Se cerraba un ciclo de cuatro años en los que el club nazarí había escrito las páginas más importantes de su historia: alcanzó el liderato, llegó a semifinales de Champions, se clasificó para Europa por primera vez en su historia y peleó hasta los cuartos de final de la Europa League. Un equipo con una filosofía y una seña de identidad propia. El adiós del técnico abría una nueva era con cambios en la estructura y un final trágico casi un año después...
La salida de Diego Martínez llegaba después de la del director general, Antonio Monterrubio, y antes de la del director deportivo, Fran Sánchez. Empezaba una nueva etapa con caras nuevas en todos los puestos importantes del club. Patricia Rodríguez cogía el relevo de la Dirección General con la obligación de sanear las cuentas. La vasca trajo, casi quince días después, el 12 de junio, a Pep Boada como director deportivo tras su paso por la cantera del Barcelona. Seis días después, el 18 de junio, se anunció la llegada de Robert Moreno, exseleccionador, para el banquillo con la idea de hacer un proyecto largo y un contrato de dos años.
Había que configurar una plantilla nueva con salidas importantes. Rui Silva, Yangel Herrera, Foulquier o Roberto Soldado, pilares de los últimos años, decían adiós al Granada. Con ellos otros, no tan importantes, pero que completaban una plantilla competitiva como Jesús Vallejo, Fede Vico, Adrián Martín, Kenedy o Nehuén. En total diez salidas. A cambio llegaron jugadores desconocidos para el gran público como Luis Abram, Monchu o Luis Maximiano, apuestas de veteranos como Carlos Bacca, Rochina o Sergio Escudero y la cesión a última hora de un Santiago Arias que llevaba dos años casi en el dique seco. Con nuevo técnico, una plantilla remodelada y nueva idea de juego empezó la temporada.
No empezó bien el curso. Siete partidos sin ganar, aunque con meritorios empates ante Barcelona o Valencia. Sin embargo, desde el inicio el conjunto nazarí coqueteó con el descenso. La jornada sexta y séptima, de hecho, ocupó la 18º posición. La victoria ante el Sevilla en Los Cármenes a principios de octubre enderezó algo el barco que iba a la deriva seguida de dos empates y otra victoria importante en casa del Levante. El Granada se tornaba irregular, derrotas y victorias que le mantenía en tierra de nadie...
La eliminación copera a manos del Mancha Real era un aviso importante. Sin embargo, ese duro golpe hizo espabilar al equipo que sumó dos victorias más antes de navidad, una ante el Atlético, para irse de vacaciones navideñas en el puesto 12, el mejor de toda la temporada si no contamos la anecdótica primera jornada. Algo pasó en ese parón, porque en 2022 el Granada naufragó. Lo que parecía una resurrección antes de las vacaciones se tornó en pesadilla. Dos empates, frente a Elche y Barcelona, iniciaban un 2022 que se cierra con tres victorias de 20 partidos. Una racha inasumible.
Y eso que en el mercado invernal se movió mucho. Salieron dos de los fichajes, Luis Abram y Monchu, que no terminaron de cuajar. Y llegaron fichajes importantes como Arezo, Petrovic o Uzuni, por los que se pagaron traspasos, el cedido Alex Collado y el libre Raba. Sin embargo, quedó una plantilla muy larga y con la frustrada salida de Machís, un jugador que tenía que ser determinante que no acababa de centrarse.
Cinco derrotas seguidas colocaban a los nazaríes al borde del precipicio. Los fallos ajenos y el colchón de antes de Navidad mantenia al equipo fuera del descenso, pero las sensaciones cada vez eran peores. El empate contra el Cádiz salvó el cuello de Robert Moreno, aunque seguía al borde del precipicio, la derrota en Valencia acabó con su crédito. La dirección le dio el equipo a Rubén Torrecilla, técnico del filial, en un intento de mantener la filosofía del club. Pero el preparador, que lo dio todo en el tiempo que estuvo, no terminó de levantar los ánimos. Debutó con derrota en Elche, pero una victoria in extremis en Vitoria le dio la confianza de la dirección. Era la primera victoria de 2022 y llegaba a mediados de marzo. Fue un espejismo. Un empate y dos derrotas más, el última ante el Levante, rival directo, por un contundente 1-4, provocó que el club de nuevo cambiase al director de orquesta.
Karanka llegó con el equipo al borde del descenso pero teniendo que visitar el Wanda Metropolitano. El vasco logró cambiar el chip del eqiuipo y logró sendos empates ante Atlético y Celta que, aunque mantenían al equipo en la zona roja, se veían mejoras. De hecho, la victoria en Mallorca (2-6) y ante el Athletic (1-0) en la primera alegría en Los Cármenes, daban aliento y esperanza. El Granada dependía de sí mismo a falta de dos jornadas. Tenía que sumar dos puntos de seis. Visitó al Betis y, hasta el minuto 92, de hecho, estaba salvado. Pero el gol de Abdón Prats unida a la derrota nazarí dejaba todo pendiente del último partido.
Y la historia ya la sabemos. Una noche trágica, dramática. Un penalti fallado, goles ajenos que metían al Granada en descenso y un equipo al que pesó la ansiendad y la presión. Era el que mejor lo tenía al empezar la jornada pero ha sido el que ha acabado bajando. El Granada tendrá que luchar por volver a subir después de los mejores años de su historia. Un año que no empezó bien y terminó en tragedia...