Cena y alcohol hasta las 3AM: así celebró el título el City
Descanso, pocas sesiones de entrenamiento y una victoria crucial frente al Aston Villa. Así fue la semana decisiva del Manchester City.
A falta de cinco minutos para el final, Riyad Mahrez tomó la pelota y la plantó en el punto de penalti. El Manchester City había igualado el 2-0 con el que el West Ham se había adelantado en la penúltima jornada de la Premier League. Un gol del argelino haría que la liga inglesa volviese a llevar ribetes celestes por cuarto año en cinco temporadas. Lukasz Fabianski, sin embargo, tenía otros planes. El polaco salvó el envite desde los once metros y el resultado final es de empate a dos. Una victoria en el Olímpico de Londres habría dejado prácticamente solventada la lucha por el título, pero el punto logrado fue lo único que marcaría la diferencia entre los cityzens y el Liverpool antes del último partido del curso.
Los discípulos de Pep Guardiola regresaron al campo de entrenamiento el lunes por la mañana, pero el técnico catalán quiso que los suyos estuviesen relajados. Calma. Fernandinho se implicó también en estos asuntos. El brasileño inició su última semana en el Manchester City invitando a la plantilla, cuerpo técnico y empleados varios del club a una comida en un restaurante italiano de Oldham, a las afueras de Manchester. Pagó el brasileño en una velada distendida que terminó con Ederson detrás de la barra echando una mano al propietario del establecimiento y con los jugadores celestes disfrutando de una tarde noche de tranquilidad.
Tras una temporada ajetreada e intensa, al City todavía le quedaba poner el broche final. El martes y el miércoles hubo descanso. Nada de charlas, ni visualizaciones. Cada uno de los futbolistas ya conocía la importancia del duelo del domingo frente al Aston Villa. De poco serviría insistir en ello. La gran mayoría de ellos ya se había encontrado previamente en una situación similar, como la conquista de la Premier League 2018-19, también decidida a favor de los mancunianos por un único punto.
Tres sesiones de entrenamiento antes del que, al remate, sería el partido más importante de la temporada. El que les brindaría el único título del curso. "Entrenamos como hacemos antes de cualquier partido, no hemos hecho nada especial", explicó Guardiola en la rueda de prensa del viernes. Tranquilidad y buenos alimentos.
Frente al Aston Villa todo fueron buenas sensaciones durante los primeros minutos. Había un ambiente tremendo en el Etihad ("El mejor desde que he estoy aquí", diría posteriormente Guardiola), la pelota la manejaban los jugadores locales y el resultado de Anfield acompañaba: el Wolves marcó al Liverpool a los tres minutos. El escenario cambió abruptamente cuando Matty Cash remató un centro de Lucas Digne. Gol visitante. Nervios. Al descanso, Guardiola pidió a los suyos un gol. Un tanto volvería a cambiar la dinámica del juego. Volvió a marcar el Aston Villa, pero el entrenador catalán tenía razón. Ilkay Gündogan recortó distancias en el marcador, y seis minutos después anotó el tercero. Después del empate de Rodrigo, Gündogan dio la victoria al Manchester City.
La semana decisiva terminó con felicidad. Con fiesta, con una cena y con alcohol hasta las tres de la mañana. Jack Grealish avisó en entrevistas después del partido que no haría otra cosa durante los siguientes días. Celebrar. Estará contento al saber que el lunes le espera otra fiesta. El equipo ofrecerá el título de liga a su afición en el centro de Manchester… y después más fiesta. Como al inicio de la semana anterior, con los empleados del club. Con los campeones de la Premier League.