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REAL MADRID

Sólo existe París

El Madrid no quería que nada le distrajera de la final de la Champions y ahora deberá redoblar esfuerzos para mantener el foco en el partido del Liverpool.

Los jugadores del Real Madrid saludan a los aficionados del Bernabéu que les animaban para la final de la Champions después del partido contra el Betis.
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

El culebrón Mbappé, casi convertido en affaire, se ha resuelto antes de lo esperado y de la manera más inesperada. Ni la decisión ni los tiempos acompañan al Madrid, que anhelaba el fichaje del astro francés como tanta fuerza como concentración y empeño tiene puestos en la final del próximo sábado. El club no quería que el desenlace se produjera antes de la cita ante el Liverpool para no apartar el foco de la Champions, pero lo que tampoco nadie deseaba en todo el madridismo es que, después de todo el cariño mostrado al jugador y todas las esperanzas depositadas en verle de blanco, acabara rindiéndose a renovar por el PSG.

Del entorno del club no ha habido ninguna reacción al fichaje, salvo por los mensajes que algunos jugadores lanzaron en redes sociales durante la tarde una vez que trascendió el acuerdo que iba anunciarse horas después. Benzema, Modric, Rodrygo, Vinicius, Carvajal, Valverde y, ya pasada la medianoche, Lucas Vázquez publicaron en sus perfiles. Unos, con motivo del final de la Liga, otros más crítpicos. Rodrygo simplemente subió una foto besándose el escudo al final de los 90 minutos del partido de vuelta contra el Manchester City en el Bernabéu. "Inexplicable lo que es ganar con esta camiseta", escribió su compatriota Vinicius. "Ser del Madrid es un privilegio que no todos pueden tener", palabra de Valverde. "Adiós a una liga única. Qué suerte es ser del Real Madrid", celebraba Lucas Vázquez.

La consigna de la entidad es que nada distraiga de lo verdaderamente importante: la final que puede llevar la Decimocuarta al museo del Bernabéu. Los tiempos de Mbappé y del Madrid diferían. El partido contra el Liverpool le hacía entrar en una travesía del desierto entre el final de la temporada del PSG y el del Madrid. Hasta que no pasara ese encuentro el club blanco no iba a hacer (ni lo va a hacer) ningún movimiento en el mercado, ni confirmar los fichajes que llegarán (caso de Rüdiger) ni acometer las renovaciones pendientes (Vinicius, Militao...).

Esa hoja de ruta sigue vigente, aunque el Madrid tendrá que afrontar un trance incómodo este martes. Ese día el club blanco volverá a abrir Valdebebas a la prensa dos años después para el media day con motivo de la final de la Champions. Decenas de medios de todo el mundo acudirán a la ciudad deportiva en busca de las palabras de los protagonistas de la final. Ancelotti y los jugadores tendrán que eludir las preguntas acerca de Mbappé, que serán inevitables. Por poner un ejemplo, tres de las quince preguntas que contestó el técnico blanco en la víspera del partido contra el Betis versaron sobre el astro del PSG.

El Madrid intentará que, hasta la final de la Champions, el foco no se desvíe de la cita de París. El día 30, ojalá ya con la Decimocuarta en las vitrinas blancas, será el momento de acometer los asuntos candentes en la planificación del futuro del equipo a corto y medio plazo y buscar una nueva ilusión con la que quitarse el sinsabor del plantón del jugador más deseado en mucho tiempo por el público del Bernabéu.