El Espanyol puede salvar de la guillotina a Sergio y Aguirre
Dos extécnicos pericos, el dueño de la Puerta 87 de Cornellà y el sucesor de Mauricio Pochettino, se lo juegan todo el domingo en Vitoria y Pamplona, pero también en el Granada-Espanyol.
Juega el Espanyol. Sin, aparentemente, nada en liza. Pero también juegan con él tanto Cádiz como Mallorca. O lo que es lo mismo, Sergio González y Javier Aguirre, sus respectivos entrenadores, que tienen en común un innegable pasado blanquiazul, sobre todo el de L'Hospitalet. El resultado de los pericos en Los Cármenes, este domingo en la última jornada de Liga, puede definir el futuro de sus dos extécnicos, que se juegan la permanencia.
| Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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| Próximos partidos |
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Con 37 puntos el Granada, y 36 para Mallorca y Cádiz, en este orden, está claro que una victoria perica allanaría el camino para sus dos viejos amigos. Quien peor lo tiene, porque no depende de sí mismo, es un Sergio que coincidió con el actual entrenador interino del Espanyol, Luis Blanco. Primero, como jugadores –uno ya triunfaba en el primer equipo, mientras que el otro pasaba por el filial– y, después, en los banquillos, ya que la etapa de Sergio en Primera coincidió con el retorno al club de Blanco como ayudante de Lluís Planagumà en el B.
Propietario de la Puerta 87 del RCDE Stadium por su sello de cantera, la Quinta de la Intertoto, una calidad notoria y su papel crucial en la Copa del Rey de Mestalla, en 2000, dirigió Sergio al Espanyol en 62 partidos oficiales. Fue décimo con 49 puntos en la temporada 2014-15, en la que devolvió la ilusión con unas semifinales de la Copa, frente al Athletic, y marchaba decimosegundo, con 17 puntos, cuando en diciembre de 2015 era sorpresivamente destituido. En el Cádiz le ha tocado el rol contrario, el de llegar a un equipo con 15 puntos en 20 jornadas, para sumar 21 puntos en las 17 siguientes.
Algunos encuentros más, 69, dirigió a los blanquiazules un Aguirre que llegó como relevo de urgencia de Mauricio Pochettino, en la temporada 2012-13, donde acabó salvando al equipo holgadamente con 44 puntos y una decimotercera plaza, que no fueron más por su decisión de trasladar al equipo si, una vez asegurada la permanencia, quería luchar por Europa o dejarse ir. En su segundo ejercicio, fue decimocuarto con 42 puntos.
Si el Espanyol de Blanco empata o gana en Granada, igualará uno de esos registros del mexicano, además de echar una mano a sus extécnicos en el caso de que ellos también cumplan con su parte de la faena, ganar el Osasuna-Mallorca y el Alavés-Cádiz, respectivamente. Si pierde, complicará las cosas, sobre todo a Sergio, y concluirá una temporada para olvidar a domicilio, con solo ocho puntos de 57 posibles. El guion está por escribir, este domingo.