"Muchos jugadores me pedían cigarros, como Osvaldo..."
“El porqué de mi despido nunca me lo han dicho”, expone en 'Perico Que Vola' Jordi Pérez, mítico utillero del Espanyol: “No sé quién me echó, siempre he pensado que Rufete”.
Ha perdido la cuenta de los jugadores que han pasado por sus manos. Centenares, entre 1994, cuando Jordi Pérez de Jesús se incorporó al Espanyol como utillero con solo 19 años en 1994, al día siguiente de acudir a una entrevista de trabajo sin saber ni para qué labor, y hasta su despido a finales de la temporada 2019-20, la del descenso. “Exactamente no sé quién me echó, yo siempre he pensado que fue Rufete, pero él no se puso en contacto conmigo, por lo que no puedo decirlo seguro”, advierte, en el programa ‘Perico Que Vola’.
"El porqué del despido nunca me lo han dicho”, asegura Pérez, quien lamenta que no le dejaron ni siquiera despedirse de los jugadores, de sus compañeros, de los trabajadores del Espanyol. “Ellos argumentaron que por el tema del COVID no se podía entrar a la Ciudad Deportiva”, desvela. Y añade: “Un despido nunca tiene forma buena. Intento pasar página de todo esto”. Eso sí, no se cierra las puertas de un retorno en el futuro: “Me gustaría volver a mi casa, porque nunca dejará de serlo. Si el club me llamara, yo volvería, eso está claro. Hay buenos profesionales trabajando allí”.
En un tono mucho más distendido, el habitual del espacio conducido por David Recasens y Álex Pérez desde el Eixample Teatre, a Jordi Pérez le forzaron a descubrir algún secreto (a voces). Como por ejemplo si él, fumador empedernido que trata de dejarlo, ha compartido nicotina con algún futbolista. “Muchos jugadores me pedían cigarros. Uno, muy conocido, era Osvaldo. ¿Cristian Álvarez? Alguna vez, pero poco”, esgrime el actual utillero del CE L’Hospitalet, donde comparte vestuario con uno de los jugadores más bromistas con quien coincidió en el Espanyol: “Me puteaba mucho Joan Verdú, pero en plan bien, de pedirme cosas que no necesitaba, o así”.
En el reverso de la moneda, se encuentra Óscar Melendo. “A Melendo lo puteaba yo, le ponía camisetas XL”, bromea. En cambio, “Juan Albín me cambiaba la ropa cada día. Yo le ponía una talla M, y me pedía L. Le ponía L, y me pedía M. Al final, tiré la toalla”, reconoce un Jordi Pérez que reflexiona sobre su andadura: “Yo he pasado del fútbol antiguo, donde el vestuario era sagrado, al moderno, donde entran fotógrafos, cámaras… Yo siempre he pensado que el jugador tiene sus cosas en la taquilla y no tienen por qué verse”. Y una sentencia final: “Seguiré siendo perico”.