Randjelovic, héroe a la sombra
El extremo ha pasado de pichichi del Leganés e ídolo en Butarque, a suplente recurrente sin apenas continuidad. Suma 14 jornadas sin marcar. Nafti lo señaló tras Zaragoza.
Lazar Randjelovic ha pasado de héroe inesperado del Leganés, a futbolista en la sombra. Y todo con la quirúrgica línea que marca el principio y final de la primera vuelta del campeonato. En ese tramo inaugural el de Leskovac se mostró como futbolista incisivo y desequilibrante. Goleador llamativo (anotó cinco dianas después de ser el último -y sorprendente- fichaje del mercado estival), suyos fueron tantos clave como el 1-0 al Amorebieta, el 0-1 al Huesca, el 0-1 al Zaragoza o el 1-1 ante la Real B.
Aquel gol, precisamente apenas comenzada la segunda vuelta del curso (era la jornada 23) fue su último chicharro con la zamarra del Leganés. Poco después, y tras formar parte del once que naufragó en Burgos (4-0) comenzó un declive con un punto de inflexión señalado de manera pública por Mehdi Nafti. El entrenador del Leganés lo alineó ante el Zaragoza, pero lo cambió al descanso tras reconocer públicamente que no le había convencido su actuación y que, por lo tanto, le tocaba ración de banquillo.
En la primera vuelta este extremo perteneciente a Olympiacos (en Butarque juega cedido) también pasó por un proceso similar, pero volvió al once aplaudido por el propio técnico franco-tunecino, encantado con su carácter batallador y trabajador en los entrenamientos. A la segunda el desenlace ya no fue igual.
Zaragoza, principio del fin
Desde aquella noche ante el Zaragoza (en la siguiente jornada, por cierto, no compitió ni un minuto), Randjelovic ha disputado once partidos y sólo tres de titular. Primero, ante el Fuenlabrada en Butarque (74 minutos) y luego, ante el Real Oviedo la tarde que el Leganés perdió definitivamente el tren del ascenso. Lazar, sustituido al descanso de nuevo, fue uno de los perjudicados por la derrota.
En Lugo compitió por última vez de inicio, aunque aquello fue más un paréntesis de su estado recurrente, que un potencial cambio de tendencia. Tanto es así que ante Huesca y Cartagena no completó ni un cuarto de hora desde el banquillo y el pasado fin de semana, contra el Eibar, ni salió. Era, junto con la visita a Alcorcón y Amorebieta, las dos únicas ocasiones en las que el extremo no jugó.
Los vaivenes han acabado por secarle la pólvora. Ya acumula 15 partidos sin ver puerta con la percepción de que, en la pizarra de su entrenador, ya no es el primer extremo derecho. Rober Ibáñez, Bárcenas e incluso Naim parecen haberle adelantado confirmando que el que fue héroe inesperado e ídolo en Butarque, es ahora hombre a la sombra del banquillo del Leganés.