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ATLÉTICO DE MADRID

Orgullo y siete millones en juego

El doble reto de ser tercero mueve a un Atlético que cierra en el Reale Arena el año más irregular del Cholo. En Copa se cayó contra la Real Sociedad.

Los jugadores del Atlético celebran el gol de Giménez al Sevilla.
JUAN AGUADODIARIO AS

Cuando en el minuto 85 En-Nesyri cabeceó esa pelota que había templado Óliver Torres en el córner, el Atlético quedaba condenado a jugar el domingo en la última jornada por algo: ser tercero. Con el 1-0 que en el 84' abrazaba el Atlético no. Ya era tercero, matemático, por delante del Sevilla en la tabla en esta 2021-22. Nunca un Atlético del Cholo ha quedado por debajo de esa posición: primero ha sido dos veces (2020-21 y 2013-14), segundo también dos (2018-19 y 2017-18) y tercero todas las demás, en cinco ocasiones (2019-20, 2016-17, 2015-16, 2014-15 y 2012-2013).

El orgullo está en juego en Anoeta, un estadio en el que, por cierto, el Atlético hincó la rodilla esta temporada en una Copa del Rey en la que Simeone no especuló con el portero. Oblak de inicio. Oblak, incluso, ante el Rayo Majadahonda, equipo de Primera RFEF. Pero la Real le tumbó en San Sebastián, la Real le apeó. Una Real que ya ha atado la Europa League pero que, si el domingo gana en la 38ª jornada, la última, podría arrebatarle al Betis el 5ª lugar. 62 puntos tiene. 64 los andaluces. Como el Atleti y el tercer puesto con el Sevilla. Un punto saca a los de Lopetegui. 68 por 67.

El Real Sociedad-Atlético se seguirá jugando el domingo pero ha modificado su horario: será a las 22:00 horas, en los duelos que le bajarán el telón a esta Liga (como Barça-Villarreal y Sevilla-Athletic). Y el partido para los rojiblancos tiene también un componente económico. Fundamental. Pero además del orgullo de quedar tercero y no cuarto supone en juego una interesante bolsa de dinero. Cuanto más arriba terminas en la clasificación, mayor es el premio económico. En la zona alta, se estima que la diferencia entre un puesto y el siguiente es de siete millones.

Y siete millones no son baladí. El Atlético sufrió fuerte el golpe de la COVID. El verano pasado tuvo que acometer una ampliación de capital, aprobada por unanimidad por su junta general, de 181,8 millones. El rojiblanco ha dejado de ser un club vendedor para asentarse de verdad entre los grandes. Si en 2014, cuando ganó LaLiga, varios puntales de aquel equipo se fueron (Courtois, Filipe, Costa..., al Chelsea), en 2021, todos se quedaron. Y esa plantilla, ya campeona, se reforzó. Con las llegadas de De Paul, Cunha y Griezmann.

La temporada, esta que terminará el domingo en Anoeta, no salió, sin embargo, como se esperaba. Compitió en la Champions, se desinfló en LaLiga. "Todos tenemos responsabilidades en no haber llegado más lejos. Donde hubiésemos querido y, pese a cumplir lo estipulado del club (clasificarse para la próxima Champions), queríamos haberlo hecho", confesaba el técnico al término del Atlético-Sevilla el domingo, el último partido del curso ante su afición. Unas palabras en sintonía con las de la previa. Lo mismo. El haber dado más de todos. "Necesitamos hablar, intentar mejorar, nosotros nos acercamos de vez en cuando a Real Madrid y Barcelona, ganamos dos veces, pero también se acercan a nosotros el Sevilla, Betis, Villarreal, Real, en ocasiones Athletic y tenemos que estar fuertes". Como este domingo. En Anoeta. Y que esta temporada irregular no la cierre otro sin sabor.