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ATLÉTICO DE MADRID

La cabeza de Giménez

El uruguayo festejó por todo lo alto un gol que le libera. Reconoció tras el encuentro los problemas psicológicos que le provocan tantas lesiones.

Giménez celebra su gol al Sevilla.
JUAN AGUADODIARIO AS

José María Giménez era un jugador liberado tras finalizar el encuentro contra el Sevilla. El uruguayo se reencontraba con el gol desde noviembre de 2020 y veía puerta en Liga por primera vez desde el 29 de noviembre de 2017. Y lo celebró con rabia, un gran testarazo cruzado tras un buen córner de Carrasco que por fin encontraba portería tras ser un rematador habitual en estrategia, pero al que se le estaba escapando el premio final.

El Atlético no pudo cerrar finalmente el triunfo que tantos minutos había acariciado gracias al central uruguayo y tendrá que pelear en San Sebastián por la tercera plaza con el propio Sevilla. La defensa del Atlético es otra cuando puede contar con Giménez y Savic cerrando la meta de Oblak, pero esta temporada las lesiones de ambos lo han impedido durante gran parte del curso. En el caso del uruguayo, los problemas musculares le han impedido poder participar en once encuentros.

Y al acabar el duelo, Giménez se desnudó en sala de prensa. Un jugador que siempre habla claro, se expresa muy bien y ha crecido mucho en el vestuario colchonero con el paso de los años, donde ya es uno de los capitanes. El central habló de la despedida de su compatriota Luis Suárez y de Herrera, hacia los que tuvo palabras de elogio. También opinó de la situación arbitral y la presión a la que se ven sometidos (“me gustaría que se les deje tranquilos para que tomen la mejor decisión para el juego y el espectáculo”). Pero, especialmente se explayó en la temporada del equipo y en su situación personal, confesando los problemas psicológicos que le provocan esas lesiones.

“Fue una temporada irregular, compleja para nosotros, donde nunca encontramos la estabilidad de competencia. Bajamos el nivel. Creo que pasa también por ser campeones el año pasado. Pensamos que íbamos a seguir sobre la ola y creo que nos relajamos un poquito en algunas situaciones, partidos… en momentos que era cuando más fuerte había que estar. Nélson (Vivas) nos decía el otro día que hay años que se gana y otros que se aprende, creo que hay que aprender de todo. En Champions competimos como leones y en Liga no encontramos esa estabilidad para pelear el campeonato. Mirando cada uno para adentro, hay que afrontar la temporada que viene con ganas de mejorar y hacer memoria del que sí fue bueno, el de LaLiga. Muchas ganas, ilusión por conseguir cosas importantes”, analizaba sobre el curso 2021-22.

Y, Giménez también comentó las dificultades que le provocan esas lesiones a la hora de competir. “La verdad es que necesitaba una alegría así, porque lo he pasado mal. Necesitaba un desahogo interno así (…) Yo creo que no hay cosa que pueda hacer ya para intentar evitar las lesiones. Este año tuve dos, la del isquio por intentar estar en Oporto y la del sóleo, que esa no me la esperaba al volver del último parón. Pero te aseguro que he intentado todo, desde fisioterapia, cámara hiperbárica, hielo seco… es cuestión de la cabeza. No es fácil para un jugador entrar en un partido, hacer un sprint de 60 metros sin pensar en lo que ocurrió partidos anteriores y con la ayuda profesional se intenta trabajar sobre eso y trabajar la cabeza, que es parte muy importante de los problemas que uno pueda tener”.

El central de 27 años se merecía una alegría tras los enormes disgustos que le ha provocado tanto problema físico. Ese poso de competir con un miedo en su cabeza a recaer, una losa mental que impide cualquier continuidad. Cuando Giménez puede estar, la defensa del Atlético es otra. Esta es la tercera temporada que el uruguayo consigue superar los 30 partidos (suma 33) como rojiblanco. Tres de nueve desde que llegó al club en el verano de 2013 (en la primera únicamente participó en dos encuentros por ejercer como un jovencísimo cuarto futbolista en el puesto). Giménez es Atleti, y su sufrimiento afecta a todo el equipo. El gol supone una pequeña recompensa al sufrimiento y frustración acumulada durante meses. Ahora, el uruguayo sueña con que sea un punto de inflexión de cara a lo que viene la próxima temporada.