Villares se doctora en Riazor
Paso adelante del de Vilalba en el segundo tiempo, generando el tercer tanto y estrenándose como goleador blanquiazul haciendo el cuarto.
No se puede entender la remontada del Deportivo ante el Tudelano sin Diego Villares. El centrocampista de Vilalba, espeso como todos sus compañeros en el primer tiempo, dio un paso al frente tras el descanso y fue capital para llevarse los tres puntos. Primero encontrando a Quiles en el área para que asistiera a Miku en el 3-3. Después marcando el cuarto en el que significaba su primer gol como futbolista blanquiazul.
45 encuentros han tenido que pasar para que Villares pudiese celebrar un tanto con el Depor. Desde que se estrenara con el primer equipo hace año y medio, ha hecho prácticamente de todo. Lateral, mediapunta, mediocentro, interior... le faltaba el gol, algo que no debería resultar tan extraño para un futbolista que en sus inicios era más atacante que centrocampista.
La importancia de Villares está ahora más atrás
A medida que se ha ido alejando del área, Villares parecía haber olvidado el olfato de cara a la portería contraria, pero al mismo tiempo se ha hecho indispensable en la medular. Como a todos los jugadores buenos, su importancia se nota todavía más cuando no está y eso fue lo que sucedió cuando tuvo que cumplir en el lateral derecho ante la falta de efectivos.
La llegada de Antoñito le ha permitido a Borja Jiménez colocar de nuevo al gallego como interior, coincidiendo con varios de los mejores partidos del Depor en la segunda vuelta. Su dinamismo y capacidad para liderar la presión alta han permitido al equipo recuperar su identidad y llevaba varias semanas rondando el gol hasta que lo encontró para poner la guinda a lo que está siendo el año de su consagración.