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REAL ZARAGOZA

“Lo del domingo fue muy duro y estoy muy herido”

JIM prefiere no pensar en su futuro: “No me preocupa en absoluto. Me preocupa ese malestar interno y en Oviedo espero la mejor versión de mis jugadores”.

ZaragozaActualizado a
Juan Ignacio Martínez.
ALFONSO REYES

Juan Ignacio Martínez le resta importancia al hecho de que el Real Zaragoza ya lograra ayer la salvación matemática y asegura que aún continúa enfadado por lo que pasó el pasado domingo contra el Alcorcón. Por ello, únicamente se centra en el partido del lunes y no piensa en su futuro: “No me preocupa en absoluto. Me preocupa ese malestar interno. Estoy muy herido y cuando una persona está fastidiada enfoca toda su energía en eso. Lo del otro día fue muy duro, muy difícil de digerir, y en ese aspecto espero la mejor versión de mis jugadores. Son momentos de hablar muy poco y ganar”.

−El Zaragoza ya logró ayer la salvación matemática. ¿Qué supone?

−El primer objetivo de todos, incluidos los que van a subir a Primera División, es sumar 50 puntos, pero eso no tapa nuestro último fin de semana. Nosotros tenemos ahora mismo un compromiso muy grande por los tres últimos partidos y nosotros vamos a ir a Oviedo con las mismas armas que si no hubiera pasado lo de San Sebastían. Es fútbol y podía darse la carambola, pero te tenías que morir tú y los demás resucitar. La salvación es una consecuencia de lo que pasó ayer, pero nosotros el orgullo lo tenemos muy, muy herido y nos debemos a una ciudad, a una afición que está muy enfadada con nosotros y al honor de una camiseta que han defendido tantos futbolistas prestigiosos. El otro día le hicimos mucho daño a Violeta y a su familia. Son momentos de hablar muy poco y ganar. El enfado no lo voy a perder hasta que termine el partido de Oviedo y recuperemos ese ADN del Real Zaragoza que siempre he pretendido desde mi llegada. No quiero que suceda lo que sucedió en el último encuentro.

−La salvación conlleva que se haga efectivo el cambio de propiedad. ¿Usted va a seguir?

−Ya tuve una reunión bastante distendida con Raúl Sanllehí a su llegada y creo que a partir de ahora también se reunirá con mi persona, pero en estos momentos no me preocupa en absoluto. Me preocupa ese malestar interno. Lo del domingo fue muy duro, muy difícil de digerir, y en ese aspecto espero la mejor versión de mis jugadores.

−¿Pero usted cree que tiene posibilidades de seguir?

−No lo sé. Son momentos que hay que hablarlos y ver toda esa balanza de mi trayectoria en el Real Zaragoza. Me ha sorprendido la pregunta, dentro de que tiene su lógica, pero es que tengo toda mi cabeza en el partido del lunes porque estoy muy herido y cuando una persona está fastidiada enfoca toda su energía en eso. Es lo que hemos hecho esta semana con los jugadores y espero no defraudar. Debemos tener ese respeto profesional ante nuestra afición, ciudad, escudo…

−¿Su futuro va a estar ligado al de Torrecilla o cada uno va a negociar por su cuenta?

−Él tiene su mujer y yo la mía. No somos un matrimonio. Yo le estoy eternamente agradecido porque fue el que me dio la oportunidad de llegar al fútbol profesional en el Salamanca. Tuvimos la oportunidad de volver a juntarnos en el Zaragoza y el año pasado salió muy bien porque estábamos muy tocados. Pero ya lo dije y lo vuelvo a repetir: yo vine al Real Zaragoza a subirlo a Primera División, no a salvarlo. Ya llegará el momento, pero ahora tengo puesta toda mi energía en Oviedo porque estoy muy afectado por lo que pasó el otro día. El futbolista hasta el 0-2 estuvo compitiendo, pero después, no me preguntes por qué, desaparecimos. Y eso al final es el reflejo del entrenador. El máximo culpable y responsable es el entrenador, que es quien está a cargo del grupo.

−El hecho de haber certificado ya la salvación, ¿le lleva a plantearse alguna licencia en el once?

−Yo no soy de muchos premios, soy más de merecimientos. Tengo el tema de Lasure entre ceja y ceja por su profesionalidad y por el día a día. Ya puede competir. Por lo demás, tenemos una plantilla, con los chavales del Deportivo Aragón que nos ayudan, y voy a sacar el equipo más competitivo en Oviedo, con el ánimo de traernos los tres puntos y, sobre todo, de cambiar esa imagen que todos tenemos en la retina.

−Recupera a bastantes jugadores para este partido…

−Ahora tenemos más jugadores disponibles de los que pueden entrar en convocatoria y eso para el entrenador es un quebradero de cabeza. Llegamos al final del campeonato con todos disponibles y, salvo los cedidos, todos tienen contrato con el Real Zaragoza y están siendo seguidos por muchos ojos que han hecho una inversión importante en el club.

−¿Es posible que Vigaray dispute algún minuto antes de que termine la temporada?

−Hablo mucho con él y está haciendo un sobreesfuerzo. No es el mismo caso que Lasure porque Vigaray lleva sólo dos semanas con el grupo después de un parón de casi un año. Él mismo va viendo la evolución de un entrenamiento a otro. Poco a poco va mejorando, quedan tres jornadas y tengo que ser honesto: va a depender mucho de ese salto de calidad física y mental porque ahora mismo aún no está en disposición de poder competir.

−El Oviedo posiblemente sea el equipo más en forma de la categoría y se está jugando en playoff. ¿Qué partido espera?

−Va a haber un ambientazo y el mejor regalo que le puedes hacer al fútbol y en este caso al Oviedo es esforzarte, competir y tratar de ganar los tres puntos. Y si luego son mejores que nosotros, felicitarles, pero que realmente vean que tienen un rival. Eso es lo bonito de la competición y más a estas alturas de la temporada. El Zaragoza tiene que competir para que la afición sienta que su equipo compite. Lo importante es ser honesto y honrado con la competición.