A lomos de Jonathan Viera
El capitán, con tres goles y una asistencia en los últimos cuatro partidos, lidera el ataque amarillo en el momento cúlmen de la temporada.
Llega en un gran momento de forma la U.D. Las Palmas al partido ante el Alcorcón. Un encuentro clave para seguir aspirando a seguir peleando por una plaza en promoción en el que ninguno de los equipos involucrados se descabalga.
Los amarillos tras verse obligados a superar un muro de nueve puntos el 12 de marzo, optaron por olvidarse de la promoción e ir planteándose objetivo más cortos, de una semana de caducidad. Se redujo la ansiedad y desde entonces han cosechado una racha de 20 puntos de 24 posibles que le han permitido engancharse a la lucha aunque siempre con la sensación de estar a un resbalón de verse demasiado lejos.
Sin embargo, estas miras cortas han conseguido mantener el espíritu y ahora los ojos apuntan a Santo Domingo. Con el viento en la espalda el ánimo se ve impulsado por las seis victorias y dos empates que hinchan las velas el ánimo antes de la visita a un rival al cual nunca ha ganado en su campo.
Ese espíritu que en su momento tuvo la cara de Sadiku y Kirian, aunque siempre al cobijo del liderazgo del capitán, Jonathan Viera. Quien en los últimos cuatro partidos ha dado un paso adelante cuando el equipo lo necesitaba.
La figura de Viera lo llena todo. A pesar de no haber anotado en jugada desde el 9 de enero, el 21 estaba presente. Ante el Cartagena y el Leganés lo hizo de penalti. Y cuando más lo necesitaba el equipo se reencontró con un gol en jugada. En los tres últimos partidos consiguió el que abría el marcador: ante el Ibiza, ante el Málaga y ante el Mirandés.
Cuando más pesan los minutos, por cansancio acumulado y momento de la temporada, Viera resuelve con la tranquilidad pasmosa de un veterano que se sabe dueño del partido. Marcó con sutileza en Can Misses y en el Gran Canaria contra los malacitanos. A diferencia del que anotó al Mirandés cuando reventó la pelota para marcarle a su excompañero Lizoain por la escuadra.
Pero no solo queda ahí la aportación de cara al gol. Contra el Eibar le dio en bandeja de plata a Sadiku el tanto del 1-1, y contra el Mirandés lanzaría contra la madera otro tiro justo antes de anotar el 1-0. No en vano, es junto a Jesé, el máximo goleador y asistente del equipo.
Jonathan Viera, por tanto, demuestra otro año más su calidad y liderazgo. Parece el dueño de la pelota en cualquier pachanga de playa. Manda a parar el juego cuando nota que el ritmo de ida y vuelta no conviene y le pega a fuego al ataque cuando huele la sangre.
Así pues el capitán, que siempre estuvo, vuelve a ser el protagonista de los resúmenes anotando y siendo la sonrisa que sale en las fotos. Y es que cuando la pelota la trae de casa el número 21, Las Palmas está más cerca de ganar.