Paulista se salva de un nuevo drama
El central, que se retiró en muletas de San Mamés, solo padece un esguince y aunque tiene difícil jugar más este curso, se salva de una lesión de gravedad.
El temor se adueñó de todo el valencianismo cuando Gabriel Paulista se retiró de San Mamés entre lágrimas tras sufrir una torcedura de tobillo que le dejó sin poder apoyar el pie y obligado a andar con muletas. El drama estaba a la vista: otra vez una posible lesión grave, en un año donde apenas ha podido jugar por precisamente otra dolencia de gravedad, de nuevo ausente del grupo siendo un hombre importantísimo para el mismo...Pero esta bala Gabriel la ha esquivado.
No porque no tenga lesión, nada más lejos. El central padece un esguince de tobillo y difícilmente pueda volver a jugar este curso, como mucho el último partido liguero frente al Celta. Pero dentro de los presagios que existían con el hispanobrasileño, el del esguince era el más optimista y afortunadamente ese ha sido el diagnóstico oficial.
Tanto es así que el jugador hoy ya podía apoyar la maltrecha articulación hasta el punto de que ha estado presente en la charla de Bordalás, luego sobre el terreno de juego en los 'pasillos' de collejas a sus compañeros y aunque no ha trabajado con el grupo, sí ha podido hacerlo en el gimnasio y sin ningún vendaje aparente. Gabriel está lesionado, pero dentro de lo malo, lo más bueno.