ALMERÍA 3 - AMOREBIETA 0
Aprobados y suspensos del Almería: dos jugadas a balón parado y a esperar
Los tres puntos se quedan en un Mediterráneo a reventar al sacarle rédito a dos jugadas de estrategia y a una genialidad de Sadiq. Si el Eibar gana mañana, la UDA subirá venciendo en Anoeta. Ely y Appiah, lesionados
Fernando. Sostuvo a su equipo en un par de ocasiones en la primera mitad, como la de Obi en el minuto 17. Aportó también en ataque, con dos envíos para montar la contra en dos de las oportunidades más claras del Almería en el primer acto.
Pozo. De menos a más, pudo adelantar al equipo almeriense en el tramo final de la primera mitad en un disparo que se le marchó desviado tras recortar en el área y rematar de nuevo con la zurda. Provocó el penalti errado por Sadiq después de que San José le derribase dentro del área.
Ely. Fue clave al abortar una de las ocasiones más claras del Amorebieta, dificultando el disparo de Obi en el minuto 17. A la hora de juego cayó lesionado, siendo sustituido minutos más tarde.
Babic. Mantuvo a raya a Guruzeta y en el 75' logró su primer gol con la elástica rojiblanca al cabecear una falta lateral botada por Lazo. Su remate fue pegado al palo derecho de Unai, que poco pudo hacer.
Akieme. Se incorporó al ataque tanto por el carril exterior como incluso por interiores, sobre todo en los minutos finales. También cumplió en defensa.
De la Hoz. Completó un encuentro más que notable, clave para que el equipo no se partiese sobre todo en las transiciones.
Ramazani. Dispuso de un par de buenas oportunidades en el inicio de la segunda mitad: una tras un pase de su socio Sadiq y otra buscando el palo corto con el interior marchándose el disparo al lateral de la red. Su lesión muscular, la tercera de la temporada, a falta de 16 minutos fue la peor noticia del partido.
Robertone. Fue decisivo en el resultado saliendo de sus botas el gol más difícil: el primero. Botó el saque de esquina que Sadiq remató y que Andoni López se metió en propia muerte. Antes lanzó el balón de un lanzamiento de falta a la barrera y protagonizó una volea dentro del área de penalti.
Samu. De los rojiblancos más destacados, buscó el gol constantemente, acercándose a él en un zurdazo lejano y en un duro disparo en el 86'. Pisó área rival en todo momento. Se vacío, celebró por todo lo alto cada logro de su equipo, aunque fuese un saque de esquina, y fue ovacionado.
Portillo. Erró una de las ocasiones más claras, enviando a las nubes una asistencia de Sadiq cuando lo más fácil era anotar.
Sadiq. El partido de hoy resume a la perfección lo que es: capaz de lo mejor y de lo peor. Cabeceó el saque de esquina que supuso el 1-0, rebotó en Andoni López, y erró su tercera pena máxima de la temporada, que hubiese supuesto el 3-0. Lo siguió intentando y vio portería cuando parecía que iba a enlazar su cuarto encuentro sin anotar. El nigeriano realizó una maniobra de campeonato tras un pase de Pozo para marcharse de Irazabal y perforar las mallas rivales tras regatear a Unai. Antes, en el 85', también la tuvo, en un disparo de primeras. En el minuto 18 desperdició un clarísimo contraataque, un tres para dos, en el que ni pasó ni disparó.
Carriço. Regresó dos meses y medio después disputando la última media hora. No desentonó.
Eguaras. Entró para reforzar la medular, dándole más músculo. Interior izquierdo, también pisó área rival en más de una y dos ocasiones.
Lazo. El primer balón que tocó fue decisivo, botando la falta lateral que remató Babic para el 2-0. Le dio más amplitud al Almería.
Appiah. Entró al final, con el Amorebieta perdido, para aprovechar los numerosos huecos.
Rubi. Puso en liza su once de gala, introduciendo tres novedades respecto a la alineación que se impuso en Burgos: Akieme por Centelles, De la Hoz por Eguaras y Portillo por Appiah. A pesar de que el Almería no terminaba de derribar la puerta, optó por la continuidad en el descanso. Su equipo enlaza tres victorias (dejando la portería a cero) y seis encuentros sin perder, sin encajar en los tres últimos encuentros en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Acaricia el ascenso.