El centenario agridulce de García Pimienta

En lo que fue la crónica de un despido anunciado, Miguel Ángel Ramírez, máximo accionista y presidente de Las Palmas, ejecutó la rescisión de Pepe Mel a instancias de Luis Helguera, su director deportivo, a finales del pasado mes de enero. El 23º día del primer mes de 2022 se le dio oficialidad a una decisión tomado desde hacía dos meses, anunciándose horas después que Francisco Javier García Pimienta sería el nuevo responsable del banquillo del equipo grancanario.

El objetivo estaba claro: como mínimo, jugar los playoff de ascenso. "Los datos avalaban que con Pepe Mel no nos iba a dar" fue el mantra usado por ambos dirigentes de Las Palmas para justificar el controvertido despido de Pepe Mel. Nada de eso se ha conseguido de momento. De hecho, en el momento en el que el entrenador madrileño fue despedido, tres puntos separaban a la UD de los puestos de privilegio. Ahora son cinco.

En cualquier caso, en estos 100 días en el banquillo de Las Palmas, la trayectoria de García Pimienta ha estado trufado de luces y sombras casi a partes iguales. Tras un ilusionante comienzo, cuatro puntos tras sus dos primeros partidos, ante Real Sociedad B (0-0) y Cartagena (0-2), el equipo empezó a caerse con suma facilidad.

Tras ese duelo en la costa levantina, la hueste grancanaria encadenó cinco seguidos sin catar el dulce sabor de la victoria, dejándose por el camino muchas de las posibilidades de luchar por el ascenso de manera agónica ante Burgos (0-2), Zaragoza (2-1), Lugo (2-2), Huesca (0-0) y Girona (1-3).

Siempre bajo el inamovible 4-3-3 que tan bien maneja García Pimienta desde su fecunda etapa en la cantera del Barça, le costó a Las Palmas cogerle el sentido a un sistema de tantos riesgos en ataque y muchos más en defensa, siempre tan complejo además el juego de posición. Sin embargo, cuando lo hizo, fue a lo grande. Ni que fuera un Ave Fénix, resurgió como nunca tras el descalabro ante el Girona. Empezó ganándole en su casa a uno de los máximos favoritos, el Valladolid (0-1), enganchando cuatro victorias consecutivas para rendir, de una tacada, a Leganés (4-2), Ponferradina (1-2) y Amorebieta (1-0).

Después empató en Eibar (2-2) e Ibiza (1-1) y le ganó al Málaga (2-1). Mas estar en su mejor racha del curso, 17 puntos de los últimos 21, no le ha valido para recortar la distancia con el Oviedo, todo un ejemplo de solidez, mientras el tiempo se agota. Son estos unos rayos de luz que, tal vez, hayan llegado demasiado tarde.

Apuestas.

Sostiene García Pimienta que "cuando uno conoce realmente a los futbolistas es cuando trabaja día a día con ellos". Así, destacan las apuestas del entrenador barcelonés por Álvaro Valles, indiscutible en la portería desde que tomara la alternativa en aquel empate doméstico contra el CD Lugo, o Saúl Coco, inédito antes e intocable en esta racha de Las Palmas de siete partidos sin perder, turnándose ahora con él Curbelo o Navas en el eje de la zaga.

En ataque, probó primero con Mujica y después con Sadiku, que respondió con goles a la confianza depositada por su entrenador. En un once que se recita casi de memoria, apuesta por Jesé en la banda, suplente ocasional, y por darle protagonismo en su esquema de juego a futbolistas tan propios para el mismo como Alberto Moleiro o Kirian Rodríguez, indetectables para los rivales cuando consiguen coordinarse sobre el césped con Jonathan Viera. Sobre el 21, cómo no, gira todo el juego del equipo.