Santander se vuelca con su Racing: las imágenes de la rúa
Miles de cántabros tomaron las calles tras el ascenso del Racing y abarrotaron la Plaza del Ayuntamiento junto a los héroes que saludaron desde el balcón
Pocos clubes en España han celebrado más ascensos (también, obligatoriamente, ha sufrido más descensos) que el Racing en el fútbol profesional. El de hoy, certificado con un empate frente al Celta B, ha sido el 14º, siete a Primera y siete a Segunda, y como todos los anteriores se ha celebrado en la Plaza del Ayuntamiento, saliendo los jugadores al balcón principal para saludar a su afición, que abarrotaba la zona.
Antes de llegar al centro de la ciudad, los racinguistas recorrieron todo el frente marítimo de Santander, desde El Sardinero hasta Puertochico, pasando por La Magdalena, y en el Paseo de Pereda le esperaban un par de millares de aficionados, La Gradona de los Malditos fundamentalmente, que ya escoltaron al autobús hasta la Casona, en donde esperaban el resto de los aficionados y los políticos, muy discretos toda la tarde, sin robar protagonismo, dicho sea en su honor.
Santander se vuelca con su Racing: las imágenes de la rúa
Los futbolistas disfrutaron del balcón del Ayuntamiento y de su afición.
El autobús del equipo llegó al centro de la ciudad escoltado por más de 2000 aficionados.
Tres de los veteranos, Tienza, Sergio Marcos e Isma López, al frente de la expedición.
Alfredo Pérez y Pedro Ortiz, los máximos dirigentes del club, celebraron su segundo ascenso.
Pablo Torre se lleva a Barcelona parte del corazón del racinguismo.
No prometió quedarse, pese a los ruegos de la afición, pero Soko fue uno de los ejes de la fiesta.
Hasta la calva de Unai Medina fue coreada por la afición y por sus compañeros.
Íñigo, aquí con Satrústegui, era el único jugador que subió al balcón tras el ascenso de hace tres años.
Ya en el balcón, con el capitán Íñigo Sainz-Maza como maestro de ceremonias, pasaron por el micrófono la mayoría de los componentes de la plantilla, además, claro del entrenador, Guillermo Fernández Romo, y del presidente, Alfredo Pérez. Todos, como no podía ser de otra manera, fueron aclamados, muy especialmente el míster, Pablo Torre y Patrick Soko, entregado y muy gracioso toda la tarde. Eso sí, a los gritos de ¡Soko, quédate! no respondió. Solo sonreía. Que se agradece.
