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ATLÉTICO

Cholo recupera al Comandante

Giménez regresa al once en San Mamés tras un mes lesionado y en un Atleti, además, con baja de Savic, sancionado. Quedan cinco finales, el charrúa, clave.

De Paul y Giménez en una sesión del Atlético.
PEPE ANDRESDIARIO AS

El dedo de De Paul asoma en la foto como pintado por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Señala a un compañero, señala a José María Giménez. Ante ellos uno de esos calentamientos del Profe que en realidad sirven para unir, hacer piña: fut-mesa. Piques, buen rollo, risas llenan el Cerro del Espino. Por delante cinco batallas para ganar una guerra, esa en la que el Atleti más que contra otros (Sevilla, Barça, Betis, Real Sociedad...) juega contra sí mismo y su irregular temporada. Vuelve LaLiga tras un miniparón (la final de Copa) y lo hace con esa única meta en la cabeza: clasificarse entre los cuatro primeros. Es el título que le queda, el único, al último campeón de Liga. El Comandante está listo. Simeone lo recupera.

José María Giménez. Aquel que emocionó con sus palabras ante el micrófono de Ricardo Sierra al término del Atlético-Valencia, que acabó con remontada en el Metropolitano (3-2) vuelve. Y también emociona sobre el césped, con una entrega que no sabe de heridas ni cicatrices: siempre va con todo. El uruguayo sale de la enfermería para afrontar el final de LaLiga, en un partido en el que falta Savic (sancionado), qué difícil parece esta Liga que jueguen juntos. Lo de siempre le ha lastrado, esos mordiscos en los músculos que le han llevado a jugar poco más del cincuenta por ciento (57%) de los partidos en Liga, que haya formado un 61% sólo del once inicial. 

Junto a Reinildo

Quien lo probó, lo sabe, que escribió Lope de Vega. Y en esta historia nadie sabe como el Cholo. Que el Comandante es fiabilidad, esa contundencia que busca en su área, a los pies de Oblak, mientras Griezmann y Suárez escarban en la contraria. La llegada de Reinildo coincidió con el regreso de esa pareja que es la titular para el Cholo en el centro de su defensa, los guardianes de Oblak: Giménez y Savic. Juntos cerraron la puerta, la sangría, 34 balones en la fondo de la red del esloveno, más que nunca el 16 de febrero, cuando el Atlético tocó fondo ante el Levante. Pero Reinildo, Giménez y Savic pudieron al fin jugar juntos de titulares y el Atlético encajó sólo tres goles en siete partidos. Volvió a levantar un muro. Hasta que regresó ese mordisco, ante el Cádiz, antes de la vuelta de octavos de la Champions, ante el United. Giménez forzó y jugó, pero ante el Alavés otra vez, un dolor más grande, una rotura en su músculo, antes del City, contra el que quiso jugar pero su cuerpo no le dejó. Ahora, recuperado, estará en el once, estará en San Mamés. Para volver a echar la llave. Aunque falte Savic.