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ATLÉTICO

La Unión pide la "dimisión" de Rubiales "por el bien del fútbol"

La agrupación que aúna a un gran número de peñas del Atlético solicita en un comunicado la intervención del CSD y la vuelta de la Supercopa a España.

Actualizado a
Rubiales y Piqué, bajo el foco la semana pasada por la Supercopa en Arabia. La Unión de peñas del Atlético manifiesta su negativa a que el torneo se juegue allí.
EUROPA PRESSEuropa Press

La afición del Atlético ha reiterado su oposición a que la Supercopa de España se siga celebrando en Arabia "en relación con las escandalosas noticias aparecidas a la luz pública durante los últimos días, relacionadas con la bochornosa organización" del torneo, como especifican en un comunicado publicado este mediodía. Pide, además, "la intervención del Consejo Superior de Deportes (CSD)" sobre la Federación Española de Fútbol (FEF) y que la meditación lleve al presidente del segundo "a la dimisión" tras lo acaecido en la última semana. 

A continuación, el comunicado íntegro de La Unión Internacional de Peñas sobre el 'Caso Supercopa':

"Al igual que ya hicimos en el 2019, volvemos a reiterar nuestra más rotunda oposición a que la aludida competición se celebre fuera de España. Ello constituye un absoluto desprecio por los aficionados españoles, a los que se hurta la posibilidad de asistir a una de sus competiciones con el único y repugnante objetivo de obtener un beneficio económico para sus organizadores. Quizás legal, pero muy poco ético y nada estético.

El hecho de que la Supercopa se lleve, además, a un país con graves carencias en materia social y de dudoso respeto por los derechos humanos, hacen que todo ello produzca un rechazo frontal en los aficionados, que ven como, una vez más, se les ignora y ningunea desde una RFEF que parece más preocupada por hacer negocio que por velar por la limpieza e integridad de las competiciones que organiza.

Respecto a si todos los tejemanejes de Rubiales y su socio Piqué son o no legales, dejemos que la justicia haga su trabajo. Sólo cuando los tribunales se pronuncien podremos saberlo.

Mientras tanto, exigimos la inmediata intervención del CSD en su obligada función de control y tutela a la RFEF, investigando hasta sus últimas consecuencias y dando cuenta del resultado a la opinión pública de manera clara y trasparente.

La manipulación y adulteración de la competición en las pasadas ediciones parece evidente.

Se trataba de que los dos de siempre saliesen beneficiados, para así salir también beneficiados los responsables de la organización. Nada nuevo, por otra parte, en el fútbol español, tan acostumbrado a décadas de adulteración de las competiciones en beneficio de los dos mal llamados grandes.

Dice el todavía presidente de la RFEF que a raíz de las declaraciones de Simeone (que suscribimos punto por punto) ha reflexionado. Le animamos a seguir haciéndolo para que de esa manera llegue a la inevitable conclusión de que debe dimitir por el bien del fútbol español.

Nunca menos llegó a más, y las consecuencias las estamos pagando – literalmente- los aficionados. Mientras reflexiona, debería aprovechar el tiempo que le quede entre negocio y negocio para explicar a los aficionados si estas mismas malas prácticas ahora conocidas han sido también realizadas utilizando la imagen, nombre y marca de la Selección Española de Fútbol. Que no se puede descartar.

El fútbol es de los aficionados y no de los que lo gestionan. La afición es sentimiento, y gestionar el sentimiento pensando en el aficionado debería ser el principal, si no único, objetivo a conseguir por parte de aquéllos que, legítimamente o no, lo tienen en sus manos.

Todo lo demás es mercantilismo, trapicheo, negocio e intereses creados que, inevitablemente, acaban produciendo corrupción. Y hay que evitarlo antes de que los aficionados nos hartemos de todo y de todos, y decidamos darle la espalda al fútbol. Entonces, el gran circo en que han convertido este deporte se desmoronará como un castillo de naipes, y los que sólo llegan al fútbol para servirse de él tendrán que abandonarlo por la puerta de atrás, con el rabo entre las piernas y con la Ley pisándoles los talones.

El aficionado es la única parte desinteresada en el mundo del fútbol y, por ello, no se puede demorar ni un sólo día más su presencia -con voz y voto- en los órganos de gestión y dirección de clubes e instituciones. No es una opción, sino un derecho. Derecho por el que nunca dejaremos de luchar desde La Unión; como nunca dejaremos de denunciar la corrupción en el fútbol, se produzca donde se produzca y afecte a quien afecte. Es indudable que el poder y el dinero corrompen, pero sólo a aquellos dispuestos a dejarse corromper. Y es responsabilidad de todos identificar a los corruptos y apartarlos del fútbol.

Por último, pedimos a las autoridades deportivas que intercedan para que impere el sentido común y la Supercopa de España vuelva a jugarse en nuestro país, con la presencia y participación de los aficionados españoles. En igualdad de condiciones y sólo por méritos deportivos. Sin manipulaciones, sin intermediarios y sin comisiones".