Ambiente de ascenso en Almería
La UDA encara el tramo final de curso en buena dinámica y con el vestuario mucho más unido que en temporadas anteriores. "Ganar en Valladolid sería un golpe de autoridad fortísimo", apunta Rubi
La goleada ante la Ponferradina (3-0) permite encarar al Almería las últimas jornadas de competición en ascenso directo. Pero más allá de la situación clasificatoria, en el Mediterráneo reina el optimismo por el ambiente que se respira en el vestuario y en lo que rodea al conjunto de Rubi. La dirección deportiva y el cuerpo técnico hicieron mucho hincapié durante la pretemporada en cortar malas hierbas de cursos anteriores, incluso con disputas 'públicas' entre algunos exjugadores rojiblancos. La situación ahora es totalmente otra, con una plantilla mucho más unida que las anteriores, aceptando todos sus roles y sumando como buenamente pueden. Por ejemplo, tras el encuentro ante la Ponferradina, un Iván Martos con muletas esperaba en la puerta del vestuario a sus compañeros minutos antes de que ese vestuario fuese una auténtica fiesta, con cánticos como hace tiempo que no se escuchan desde ese espacio sagrado para los futbolistas, con directivos presentes (destacó la presencia de Mohamed El Assy), conscientes de que habían dado un paso de gigantes, destacando la alegría de un Carriço que apenas ha sido protagonista sobre el verde.
"Valoramos mucho cada victoria. Es la veinte, pero cuestan y mucho. Esta ha sido holgada. Estamos contentos si vemos a la afición feliz. La comunión con la grada es total. La gente llega eufórica al vestuario. Yo lo corto porque ya hay que pensar en el partido del sábado", comentó Rubi minutos después en la provisional sala de prensa del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Que se haya vuelto a la normalidad en el aspecto socio-sanitario también provoca que también se respire otro ambiente, si bien la ausencia de público influyó de manera similar en los diferentes favoritos al ascenso en los dos últimos ejercicios. "Es maravilloso estar en el banquillo y ver cómo cantan, bailan y hacen la ola. Ojalá todo esto pueda acabar como nos merecemos todos. Cuesta mucho ganar, nuestros rivales son muy duros, pero ojalá pueda acabar esto de manera positiva", destacó el técnico de Vilasar de Mar.
La situación en la clasificación es totalmente diferente a las de las dos últimas campañas. Con 66 puntos, los de Rubi están a un solo punto del líder, mientras que en el ejercicio anterior a estas alturas, con 61 unidades y tercer clasificado, al líder, el Espanyol, se le veía a una decena de puntos, por los siete de más que tenía el Mallorca. La diferencia está en los seis puntos de diferencia en el Estadio de los Juegos Mediterráneos (39 este curso por 33 del pasado). La UDA se plantó en la jornada 36 después de haber conseguido apenas una victoria en las últimas siete jornadas, lo que provocó que tras el empate en Miranda de Ebro (1-1) en la trigésimo sexta fecha, el club apostase por un cambio de técnico. Precisamente esa ha sido otra causa de la mejoría: cabeza fría en lo que respecta al banquillo en las malas rachas. De hecho, en la primera campaña del jeque, hubo hasta cuatro entrenadores diferentes, uno de ellos (el propio Gomes) sólo para la promoción.
En esa 19-20 el Almería era tercero a estas alturas de la temporada. Con 56 puntos, el líder, el Cádiz, estaba a seis, y el segundo, el Zaragoza, a cinco, lo que provocó que Guti fuese destituido justo en esta jornada tras un 0-1 ante el Alcorcón, tomando el mando el por aquel entonces director de cantera, Mario Silva. Los números como local (apenas 27 unidades en la jornada 35, menos incluso que los 29 como foráneos) terminaron siendo decisivos a pesar de que el ascenso estuvo más barato. En esas últimas siete fechas, el Almería hizo apenas siete puntos en la 19-20 y doce en la 20-21, cifras que no le serviría (salvo sorpresa) este curso. De momento, el siguiente reto es mayúsculo: visitar el José Zorrilla el próximo sábado (18:15 horas), un encuentro que podría terminar por decidir el ascenso. "Pase lo que pase ese partido no va a ser definitivo, pero si somos capaces de ganarlo, va a ser un golpe de autoridad fortísimo", apunta Rubi.