Una obra de arte de Borja Sainz frena en seco al Girona

Justísimo triunfo del Real Zaragoza ante un Girona que llegaba lanzado a La Romareda tras cinco triunfos consecutivos y que desaprovechó una gran oportunidad para recortarle puntos al Valladolid y meter presión al Almería. Una obra de arte de Borja Sainz en forma de vaselina decidió el encuentro y permite seguir soñando a los aragoneses con el playoff de ascenso.

En su primer partido tras la firma de la venta el pasado viernes, el Real Zaragoza, con la única novedad en el once de Bermejo por Álvaro Giménez para pasar a jugar con un 4-2-3-1, no tardó ni tres minutos en generar su primera ocasión. Borja Sainz combinó con Chavarría en la banda izquierda e Iván Azón se adelantó a Juanpe en el área pequeña, pero su remate a bocajarro se topó con Juan Carlos y Bermejo llegó demasiado apurado al rechace y su disparo se marchó alto.

El Girona, por su parte, presentó hasta cuatro novedades en su equipo titular: Santi Bueno, Aleix García, Iván Martín y Nahuel Bustos por Juncà, Víctor Sánchez, Samu Saiz y Stuani. Sin un dominador claro, ambos equipos rondaron el área rival, pero sin la precisión necesaria para crear ocasiones, hasta que a los veinte minutos Juan Carlos tuvo que desviar a córner una falta de Eugeni. A continuación, Bermejo metió un balón en profundidad a Fran Gámez, pero el pase hacia atrás de este último lo cortó Aleix García cuando Vada ya se preparaba para rematar totalmente solo.

El Zaragoza insistía y Fran Gámez intentó sorprender a Juan Carlos desde el centro del campo, para poco después llegar la primera intervención de Cristian Álvarez, que tuvo que despejar un disparo de Baena. Y en un córner a favor del Girona, llegó el gol del Zaragoza. Francés despejó hacia el centro del campo, donde Borja Sainz le ganó la posición a Jairo y Pol Lozano, se fue por velocidad de este último y al llegar a la frontal del área, cuando parecía que el futbolista cedido por el Espanyol había recuperado el terreno perdido y el balón se le había quedado al extremo un poco a la derecha, se inventó una vaselina de cuchara que sorprendió a Juan Carlos. Un auténtico golazo que hacía justicia a lo visto en una primera parte en la que Eugeni pudo hacer el segundo con un remate en el segundo palo que se marchó fuera.

Míchel dio entrada al descenso a Terrats y Samu Saiz por Bernardo y Pol Lozano, pasando a una defensa de cuatro, pero seguía siendo el Zaragoza el que estaba más cómodo sobre el terreno de juego y Juanpe tuvo que cortar un pase de Vada a Iván Azón, totalmente solo en el segundo palo. Poco después, Eugeni, que había recibido un fuerte golpe en la rodilla, probó fortuna desde su propio campo y Míchel dio entrada a Stuani y Pablo Moreno por Nahuel Bustos y el lesionado Terrats.

Narváez, que había entrado por Bermejo, tuvo en sus botas el segundo del Zaragoza, que daba la sensación una y otra vez de que podía ampliar su ventaja en una contra, mientras que el Girona, sin ideas y cada vez más desesperado, se tenía que conformar con algún disparo lejano de Samu Saiz o Iván Martín que apenas inquietó a Cristian Álvarez.

Pero el Zaragoza no sentenciaba y el Girona estuvo a punto de empatar con sendos remates de cabeza de Arnau, en fuera de juego no señalado por el árbitro, y Stuani. La tablilla indicó nueve minutos de añadido y Jairo estuvo a punto de sorprender a Cristian Álvarez con un centrochut, pero esa fue la última ocasión de un partido en el que los aragoneses fueron justos vencedores.