Tello, el revulsivo inagotable
El extremo vuelve a ser decisivo desde su rol secundario en el Betis. Saltó al césped desde el banquillo en 22 duelos. Queda libre este próximo mes de junio.
Minuto 77. Pellegrini elige a Cristian Tello para tratar de cambiar la historia de un partido que el Betis pierde ante el Cádiz. No es una decisión casual. Hasta en 22 ocasiones fue tomada en la presente campaña. Ningún otro jugador del equipo verdiblanco partió tantas veces hacia el césped desde el banquillo. Nadie se le acerca en ese parámetro. Un minuto más tarde, el extremo recibe de Fekir una dejada fuera del área para golpear su primer balón y colocarlo con sutileza en las redes de Ledesma. Una rosca que forma parte de la vida de Tello. Su técnico sonríe. Su equipo cree de nuevo. Fue el anticipo a la remontada en el Nuevo Mirandilla. El catalán fue de nuevo el gran revulsivo del Betis. Parece inagotable en una etiqueta que nunca quiso que fuera suya. Cuestión de números.
Lo acontecido en Cádiz explica en gran parte las últimas campañas de Tello en Heliópolis. Desde que Quique Setién lo movió por infinitas posiciones hasta que Pellegrini le pidió que se quedara en un proyecto en el que debía tener su sitio. El catalán nunca se rindió. Insistió en encarar. En dibujar mapas de velocidad para ganarse un lugar en un once que parece más cerrado de lo que reflejan sus numerosas rotaciones. Pero siempre hay una respuesta en el talento. Su entrada al césped en el Nuevo Mirandilla cambió el caos por el éxtasis y Heliópolis celebra que el equipo tenga respuestas para casi todas las preguntas. El jugador siempre admitió que quiere despegarse de ese rol de revulsivo. Tan necesario y a la vez tan infravalorado.
| Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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| Próximos partidos |
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El futuro llena de incógnitas cada disparo del extremo verdiblanco. Su contrato expira el próximo mes de junio y su brillantez esporádica contrasta con su falta de minutos en el plan de Pellegrini. Se trata del jugador número 19 en tiempo jugado durante la campaña. Un papel alejado de las intenciones del futbolista, que sin embargo encontró siempre la manera de rendir al cien por cien cuando su técnico necesitó que lo hiciera. Casi siempre como pieza que entra en escena para incitar a la revolución. La hubo en Cádiz. Allí reinó de nuevo ese poder que pocos parecen tener. El que Tello lleva dentro casi sin querer.