Christensen deja dudas
El central danés fue señalado tras la debacle del Chelsea ante el Madrid. Olocip no estima una gran adaptación al Barça. Vinicius le desbordó.
Aquellos aficionados que no fueran habituales en el consumo del Chelsea pudieron quedar algo perplejos con Christensen, ese defensa tan codiciado por todos los grandes de Europa, que acaba contrato en junio y que todo apunta a que vestirá la camiseta del Barcelona la próxima temporada. El danés salió de inicio como central derecho en una línea de cinco. Le escoltó por su derecha Reece James, que se centró en adoptar una vocación más ofensiva. No solo fue culpa del pretendido blaugrana, ni mucho menos. Pero se mostró falto de contundencia ante Vinicius, que remató al larguero, asistió a Benzema y generó el mano a mano que erró el francés, entre otras muchas acciones.
Christensen no supo frenar al brasileño y tampoco anduvo fino en el segundo tanto de Benzema, en una falta de entendimiento llamativa con su compañero Thiago Silva. Sí estuvo en su sitio en la jugada de Dani Carvajal, cuyo rechace hubiera transformado Vinicius si no es por la presencia del danés. Un central notable en colocación y sobresaliente en salida de balón, pero que no supo achicar aguas ante las embestidas blancas. Xavi busca precisamente a un artista con la pelota, un engrasador de su maquinaria. Por ello Eric García es de su agrado y trabaja tanto con Ronald Araújo en la elaboración. Del uruguayo ya ha dicho en alguna ocasión que se encuentra en un proceso de aprendizaje, pero que la contundencia la tiene. ¿Podrá interiorizarla Christensen con el paso de los meses?
¿Cómo se adaptaría Christensen?
El central, de 25 años de edad, no llega para ser testimonial. Todo apunta a que Xavi formará un 4-3-3. Ahí debe ganarse el hueco ante el titán Araújo, que renovará salvo sorpresa, el baluarte Piqué y la proyección de Eric García. Según datos de Olocip y de la Inteligencia Artificial (IA), Christensen perdería fuelle en la construcción de juego, aunque ganaría en términos ofensivos y defensivos. No obstante, se estima incluso una bajada en su valor de mercado una vez llegue al Camp Nou. La IA no es demasiado optimista con la contratación: considera que decenas y decenas de futbolistas, también de un rango accesible, encajarían mejor. Por ejemplo, el español César Azpilicueta, que también está en la órbita del Barcelona, si bien parece existir una cláusula que ha renovado su contrato automáticamente por una temporada más.
Pese a su altura, tiene problemas de contundencia. Es brillante en colocación, de gran inteligencia táctica, con buen juego de pies y que incluso podría jugar de pivote defensivo en caso de urgencia. Desde luego, adquiere un valor fundamental su condición de futbolista libre y que no tenga el cartel de su compañero Rudiger, que pide más dinero y provoca más movimiento en todos los colosos continentales. Un cartel que le facilita la operación a Mateu Alemany y la secretaría técnica, en un verano en el que buscarán un hombre de ataque de primer nivel y en el que podrían asumir renovaciones de alto coste como la de Araújo y, sobre todo, la de Dembélé.
Un elegido de Guardiola
Cabe recordar que en el libreto de Xavi y la filosofía del Barcelona, sacar el balón jugado es un requisito indispensable. De hecho, es uno de los condicionantes que hicieron a Eric García volver a casa, pese a que aún no contaba con la suficiente experiencia en la élite para ser una garantía desde el primer día. En Can Barça, no tener cualidades en la elaboración no es una opción. El técnico ya ha insistido públicamente en la adaptación de Araújo a ese rol y el propio central relataba entre risas cómo sufría en sus primeros entrenamientos en el club cuando no se encontraba cómodo con los ejercicios. A Christensen no le haría falta un esfuerzo extra.
De hecho, Pep Guardiola también ha desvelado que, en un pasado, charló amablemente con Christensen para preguntarle por su situación. El vínculo es evidente. A obreros del fútbol como Thomas Tuchel les ha costado más interiorizar su papel. De hecho, la pasada campaña solía ceder su puesto en favor de un tridente defensivo formado por Azpilicueta como central, Rudiger y Thiago Silva. Esta temporada, el danés se ha hecho más habitual en el flanco derecho, aunque fue el primer señalado del desastre de primera mitad ante el Real Madrid.
Ahí se le vieron las cosquillas. Vinicius explotó sus flaquezas, su falta de contundencia y le exigió una responsabilidad que le superó. Christensen es rápido, pero no anda sobrado en el duelo individual. Puede ser un problema para el Barcelona cuando su defensa está en campo rival participando en la creación, si bien lo soluciona con su velocidad y con la confianza que otorga su precisión. Otra posibilidad es su polivalencia: es capaz de jugar como lateral derecho, precisamente la posición que más flaquea para Xavi con la veteranía de Alves y la inconsistencia y lesiones de Sergiño Dest. Tras la Champions, el posible nuevo fichaje del Barcelona deja dudas, pero sigue siendo un enorme jugador a explotar.