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LEGANÉS

El Leganés quiere bajar la tensión

Al club le preocupó la imagen del incidente entre Sandoval y Nafti y la pelea tras el banquillo del Fuenlabrada. Se ha trasladado mensaje de calma.

El Leganés quiere bajar la tensión
Juan AguadoDiario AS

El Leganés ya trabaja para que incidentes como el sucedido el lunes entre Nafti y Sandoval, entrenador del Fuenlabrada, no se repitan en el futuro. Durante el partido (remontada 3-2 del Leganés tras ir 0-2) la tensión entre ambos banquillos se fue disparando hasta alcanzar punto culmen al final del encuentro, cuando, según la versión de Sandoval, Nafti le amenazó con pegarse en el túnel de vestuarios. Nafti dio una traslación diferente de los hechos (“Sólo le he dicho que lo que tengamos que hablar, lo hablamos luego en el túnel de vestuarios”) después de abandonar el terreno de juego por la lavandería del estadio, para evitar “turbulencias” con Sandoval, como el propio técnico del Leganés admitió en sala de prensa.

En el rosario de altercados de una noche aciaga en lo extradeportivo se incluye, además de lo acontecido sobre el verde, la pelea que se produjo detrás del banquillo visitante y que acabó involucrando a familiares de Sandoval con hinchas del Leganés. La seguridad privada y Policía Nacional tuvieron que intervenir para evitar males mayores. Tal fue el follón, que el partido estuvo parado varios minutos por el incidente.

Imagen mancillada

La imagen de esta mezcla de acontecimientos preocupa al Leganés, siempre esforzado por transmitir una sensación de equipo cargado de buen rollo, sin diferencias con otros clubes y defensor del fair play institucional y deportivo. Sin embargo, sucesos así mancillan esta identidad global y, de paso, desvían el foco de lo realmente importante: el fútbol. El partido, el triunfo, acabó siendo noticia no tanto por la magnífica victoria blanquiazul, sino por este asunto.

En lo que tiene que ver con el entrenador pepinero, con Nafti, en Butarque gusta el perfil pasional que transmite, pero no se quiere caer en episodios similares como rutina de un final de campeonato que promete más duelos de alta tensión, campo abonado para los roces. Es por ello que, siempre dentro de un ambiente de normalidad, el club ya ha le ha trasladado un mensaje de calma.

El entrenador siempre ha transmitido al club que su personalidad es la de ser un técnico de sangre caliente al que, en ocasiones, le pueden ciertos arrebatos, pero al que tampoco le duelen prendas de pedir perdón o rebajar el tono si entiende que sus actos le han podido llevar a traspasar alguna línea roja.