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REAL MADRID

Valverde abre un debate

El centrocampista uruguayo sigue en el banquillo pese a su buen momento y reclama un sitio en el once de Londres. Ancelotti es contrario a cambiar el sistema, si entra lo hará de extremo.

Madrid
Valverde, jugador del Real Madrid.
Valverde, jugador del Real Madrid.AFP

El Real Madrid llegará a Londres, para la disputa de la ida de cuartos de final de la Champions League ante el Chelsea, con sensaciones encontradas. En Vigo ganó, sumó tres puntos y dio otro paso para llevarse el título de Liga; pero lo hizo sufriendo, siendo sometido por el Celta durante demasiados minutos y mostrando una endeblez en el medio campo que en Stamford Bridge le puede costar carísimo ante uno de los equipos más intensos de Europa, abanderado por un correcaminos llamado N'Golo Kanté.

Ya lo sufrió el Madrid el curso pasado en semifinales; el Chelsea dominó la escena en la ida y en la vuelta, solo su falta de puntería evitó una herida más profunda. Lo hizo a base de ritmo y presión, eso que Carlo Ancelotti intenta incorporar a ratos en el Madrid, aunque de momento no termina de salirle. Y es por eso que uno de los debates que rodean al Madrid en este momento, probablemente el más importante para el desempeño blanco en el resto de curso, pasa por la figura de Fede Valverde, que está pidiendo a gritos un sitio en el once titular y cuyo concurso en Londres se antoja fundamental para que el Madrid iguale la batalla física en el medio.

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El uruguayo llegó del parón inflado de moral. Logró la clasificación para el Mundial de su selección, estuvo a punto de hacer un golazo en el primer duelo y lo logró en el segundo, sacando la potencia de su pierna derecha, esa que Zidane le pedía que soltase más a menudo, a la mínima oportunidad. Quizás por ese desgaste, sumado al que generan los largos desplazamientos intercontinentales, Ancelotti no le incluyó en el once de Vigo, tirando del clásico trío Casemiro-Modric-Kroos, mucho más hecho para tener el balón que para correr detrás de él, sobre todo en los casos del croata y el alemán.

Valverde salió en la segunda parte de Balaídos, dispuso de 16 minutos en los que apenas rascó bola (dio cuatro pases, tres buenos), pues se afanó principalmente en dar oxígeno a la medular blanca, con el Celta apretando en busca del 2-2. Esa es la faceta del Pajarito que mejor le vendría al Madrid en Stamford Bridge, su capacidad para cubrir campo, en defensa y en ataque. No en vano, necesita menos tiempo que Modric y Kroos para recuperar el balón y para entrar en un duelo, entre otros conceptos.

Carletto parece desvivirse menos por Valverde que su antecesor en el cargo. Zidane tenía en un altar al uruguayo, pese a lo cual no terminó de darle la titularidad debido a la vigencia del trío de las tres Champions consecutivas. "Es muy bueno y siempre lo ha demostrado, está creciendo, siempre avanza, siempre quiere el balón. Es un jugador moderno, con un recorrido importante en ataque y defensa y lo está haciendo bien. Me alegro por Fede, se lo merece", decía Zizou en 2019 sobre el Pajarito.

Ancelotti, Valverde y el 4-3-3

Zidane tenía menos reparos a la hora de modificar el sistema para dar encaje a Valverde, y a otros; lo hizo, por ejemplo, para ganar la Supercopa de España 2019-20, cambiando el 4-3-3 por un dibujo con cinco medios. Ancelotti es contrario a ello, apuesta por la formación que le ha venido dando resultados durante toda la temporada. "La idea es clara y este equipo tiene que jugar en un 4-3-3. Luego hay partidos en los que se puede jugar 4-3-3 sin un extremo claro, pero el sistema ideal para esta plantilla es el 4-3-3", dijo en Kiev, antes de jugar contra el Shakhtar.

En París, preguntado por la opción de incluir a un cuarto medio para apuntalar la medular, Ancelotti volvió a ser claro: "El sistema no va a cambiar, la idea podría ser poner un medio a jugar por fuera, pero la concepción de extremos que tenemos nos puede permitir jugar con dos por fuera. Pero el sistema no cambia". Así las cosas, Valverde ya sabe que, si termina entrando en el once de Londres, es muy probable que lo haga como falso extremo derecho, en lugar de Asensio o Rodrygo, para que Ancelotti aproveche sus pulmones en defensa, integrándose como un medio más, y que en ataque se despliegue al espacio, donde él se siente cómodo.