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ESPANYOL

"En la vida puede ser penalti"

“Le robo el balón, luego es él por inercia quien choca conmigo”, asegura Calero sobre la polémica acción que decidió la derrota del Espanyol ante la Real Sociedad.

Fernando Calero, jugador del Espanyol.
Carlos MiraRCDE

Estaba siendo la actuación de Fernando Calero, la cuarta consecutiva desde su reaparición, en detrimento de Sergi Gómez, digna de manual. Apta para enseñar a cualquier central que se vea obligado, por el plan de su entrenador o por exigencias del guion, a defender dentro de su propia área. Con más despejes que nadie (siete) entre Real Sociedad y Espanyol. Tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió. Y en el minuto 94 señaló sin dudarlo el árbitro, Santiago Jaime Latre, un penalti del vallisoletano sobre Mikel Merino. El que supuso la derrota de los pericos por 1-0. Y la indignación del propio Calero.

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“La última jugada obviamente no es penalti”, clama el central del Espanyol, quien explica así la acción: “Le robo el balón primero, abajo, luego es él por inercia quien choca conmigo”, asegura, lo que le lleva a sentenciar, en los canales del club: “Primero toco balón, así que en la vida puede ser penalti”. Una aseveración tan contundente como la expresada  por su entrenador, Vicente Moreno, en la sala de prensa de Anoeta tras el encuentro: “No es ni un penaltito, no hay nada. Hay una mínima carga”. Y más rotunda que las palabras de su compañero Leandro Cabrera: “Se precipitaron a la hora de pitar penalti porque el VAR no puede entrar, ya que contacto hay”.

El penalti convertido a la postre por Alexander Isak se unía en el imaginario perico a otro que ni Jaime Latre ni el VAR advirtieron al filo del descanso, cuando Robin Le Normand derribó en el área realista a Loren Morón por detrás, primero con la pierna y acto seguido con un agarrón en la camiseta. Una acción que el colegiado justificaba con un “era demasiado light” cuando el delantero le pedía explicaciones en el túnel de vestuarios a la vuelta del descanso.

La polémica final empaña un partido que, en el caso de Calero, resumió así: “Estoy contentísimo con el trabajo del equipo pero es cierto que nos jode (sic.) mucho perder así un punto que luchamos durante 94 minutos”. Lo mejor y lo peor de un Espanyol que en la primera mitad a duras penas conseguía “dar uno o dos pases”, en palabras del central, y que dio “un paso adelante a partir del minuto 65 ó 70, nos atrevimos mucho más con el balón e incluso pudimos meter un gol”. Pero al final llegó en la otra portería.