Tres huesos para el Madrid
Hay tres salidas con pronóstico complicado para el próximo verano: Mariano, Hazard y Jovic. Los tres, condicionados por sus grandes salarios. El resto, más asequibles.
El Real Madrid avanza en la temporada 2021-22, con buen paso (líder en Liga con nueve puntos de diferencia a falta de nueve jornadas, en cuartos de Champions), aunque lamiéndose las heridas provocadas por el varapalo que se llevó en el último Clásico del Bernabéu (0-4). Y mientras camina hacia un probable doblete (ya ganó la Supercopa de España y tiene la Liga encarrilada, aunque no certificada), trabaja en la planificación de la próxima temporada y del próximo proyecto, ese que liderará Mbappé y, con un poco de suerte, también Haaland.
La idea del club es clara: uno o dos cracks (si el noruego puede llegar en condiciones razonables, se intentará, aunque hay mucha competencia), algunos fichajes más para fomentar la competencia en el resto del campo y reforzar el equipo también con el retorno de cedidos y con algunos canteranos. Pero para ello, hace falta generar espacio en la plantilla, para lo cual el Madrid se dispone a intentar la salida de varios futbolistas. Algunos serán sencillos de colocar; otros, no tanto.
Hay tres salidas certificadas, por finalización de contrato: Bale, Marcelo e Isco. Los tres están ya en su etapa crepuscular, en lo que a rendimiento deportivo se refiere, y prácticamente no han contado esta temporada: entre los tres, no suman ni 1.200 minutos esta temporada. No renovarán, dejarán el club tras haber sido importantes en la etapa más gloriosa de la era moderna del Real Madrid (la de las cuatro Champions en cinco años) y generarán un espacio salarial importante: 60 millones de euros, pues Bale cobra 30 brutos al año, Marcelo, 16 e Isco, 14.
Mariano, Jovic y Hazard
Sin embargo, hay tres salidas que apuntan a ser tres huesos duros de roer para la dirección del club blanco: Hazard, Mariano y Jovic. Cada caso con sus particularidades, pero con un factor común: son tres jugadores de salarios elevados que generarían un ahorro importante, algo fundamental para acometer las operaciones que el Madrid pretende para este verano. Hazard percibe unos 30 millones brutos por temporada, Jovic 10 y Mariano 9. En total, son casi 50 millones de masa salarial para tres jugadores que apenas cuentan: entre los tres no suman ni 1.600 minutos.
El de Hazard es el caso más complicado, por razones obvias: su salario, de 30 millones brutos, espanta a todos los pretendientes. Es difícil encontrar quien pague esas cantidades a un jugador que en los últimos tres años ha marcado solo seis goles y se ha pasado la mitad del tiempo lesionado. El Madrid pagó por él 100 millones de euros al Chelsea en 2019 (más otra cantidad por objetivos, aunque es poco probable que esta parte se haya ejecutado, dado su bajo rendimiento) y tiene contrato hasta 2024. La amortización de su fichaje es de 20 millones al año, por lo que su precio estimado, con dos temporadas aún de contrato, sería de unos 40 millones. Una quimera a día de hoy, en el que su valor para Transfermarkt es de 16 millones.
Lo más probable es que el Madrid deba llegar a un acuerdo similar al que ya alcanzó para Bale en el curso 2020-21: una cesión en la que se haga cargo de parte de la ficha, con la esperanza de que Hazard recupere parte de su nivel y así pueda tener candidatos dispuestos a pagar por su traspaso en el verano de 2023. La mejor baza para el Madrid son las ambiciones deportivas de Hazard, que en el Madrid no han destacado precisamente, pero que sí tienen cierto peso con su selección. El de Qatar será su último Mundial y, si se queda en el Madrid y no juega (lo cual es muy probable con la presencia de Benzema y Vinicius y las posibles llegadas de Mbappé y Haaland), Roberto Martínez podría llegar a no convocarlo. Por ahí puede encontrar el Madrid una salida, si da además con un club que quiera sufragar parte de su enorme salario.
Jovic está en una circunstancia similar, salvando las distancias. Apenas tres goles desde que firmó por el Madrid en 2019 (pasó media temporada cedido en el Eintracht de Frankfurt) tras el pago de 60 millones de euros. Su carácter introvertido y sus continuas polémicas (se saltó la cuarentena, se lesionó cayendo de una terraza en su propio domicilio, se peleó con su seleccionador, en lo peor de la pandemia se trajo a un amigo de Belgrado y se contagió de COVID...) no ayudan a encontrarle equipo. A favor del Madrid está que el salario no es tan desorbitado (cinco millones netos por temporada) y que él parece estar por la labor de cambiar de aires para jugar con regularidad. Tiene contrato hasta 2026 y, para recuperar la inversión por él, el Madrid debería ingresar unos 30 millones, una cantidad imposible a día de hoy. Su tasación es de 20 millones y es complicado que reciba esa cantidad incluso.
Y por último Mariano, que se ha agarrado a su contrato desde que llegó al Real Madrid. El hispano-dominicano aterrizó en 2018 procedente del Lyon, donde pasó una temporada en la que brilló con 21 goles, pero el cese de Lopetegui fue un tiro a su línea de flotación. Solari contó poco con él, Zidane menos aún y Ancelotti tampoco se desvive por su forma de jugar. No le ha ayudado tampoco coincidir con la mejor versión posible de Benzema.
Sin embargo, en ese contexto, se ha negado sistemáticamente a salir del Madrid en tres veranos consecutivos (2019, 2020 y 2021). Su salario, de 4,5 millones de euros netos por temporada, es un freno importante, pero es que además no quiere renunciar a la vida en Madrid. El pasado verano abrió tímidamente la puerta a una cesión al Valencia, pero no se concretó. El Rayo también le propuso un préstamo que ni siquiera hubiese requerido de mudanza y que le hubiese asegurado minutos, pero se negó. En el Madrid volverán a intentarlo este verano, pero se espera una postura similar por parte del jugador. Lo más probable es que termine su contrato en 2023 y se marche libre; de momento apenas ha hecho seis goles en casi cuatro temporadas de blanco.
Ceballos y Vallejo, más sencillos
Esos tres son los casos más complicados; luego vienen otros de resolución bastante más sencilla, por tratarse de salarios considerablemente más bajos y de jugadores más abiertos a marcharse sin poner dificultades. Ahí está Vallejo, que sabe que no cuenta y al que sus agentes le buscan una salida, en la que el Madrid le dará facilidades, teniendo como tiene en la cantera centrales que pueden hacer ese rol de cuarto zaguero de la plantilla, como Marín, Pablo Ramón o Gila.
O Ceballos, al que una lesión le impidió buscar pretendientes el pasado verano, un problema agravado por sus propias ansias de jugar la final de los Juegos Olímpicos. En su caso, parece seguro que el Betis hará una propuesta en verano. E incluso Lunin, con el que el Madrid está contento en ese rol de suplente de Courtois, pero que necesita jugar si quiere volver con su selección. Si pide salir, se estudiará su caso.