¿Qué fue de Jeffren? Del 5-0 al Madrid a la liga de Tailandia
El autor del quinto gol del Barcelona en el Clásico de 2010 se ha convertido en un trotamundos del fútbol y, con 34 años, juega en la Segunda División de Tailandia.
"¡Que salga Jeffren!", se pudo leer este pasado domingo el tuit viralizado de corrientes barcelonistas. ¿Le recuerdan? Jeffrén Isaac Suárez Bermúdez, por todos conocido como Jeffren, fue claro protagonista del que seguramente fue el último partido en el que el Barcelona mostró un poderío así ante el Real Madrid. Ha habido goleadas de por medio, si bien ese golpe de autoridad, el que dieron los de Xavi Hernández en el Bernabéu, no se recordaba desde la exhibición del Camp Nou, con aquel sonado 5-0 del 29 de noviembre de 2010 en el primer Clásico entre Mourinho y Guardiola. El canterano del Barcelona marcó el quinto en el tiempo de descuento, lo que desató la locura del respetable e hizo agachar la cabeza a un Madrid que venía lanzado. Su tanto fue causa de la histórica foto de Gerard Piqué, con la mano al aire, por el sonado marcador. Aquel Barça de Guardiola fue inolvidable y ahora Xavi quiere coger su testigo. Por el momento, deja buenas sensaciones. Es pronto para saber cuál será su techo. Por lo pronto, al igual que en su día Jeffren tuvo oportunidad, ahora el mítico centrocampista se la da a los Abde, Gavi o Nico.
Por supuesto, todos ellos apuntan a ser estrellas mundiales en un futuro próximo. Jeffren también lo hacía. De hecho, era un indiscutible en España Sub-21, pero nunca le llegó a llamar la Absoluta y acabó defendiendo los colores de su Venezuela natal. En su día, era uno de los principales canteranos del Barcelona, con el que llegó a disputar 34 partidos en el primer equipo, cuatro de ellos en Champions. En 2009, hizo su debut oficial con el primer equipo en LaLiga Santander, ante el Mallorca. Antes Rijkaard ya le había dado unos minutos en Copa. Acabó la temporada y en la siguiente se esperaba más regularidad. Se quedó en un intento. Algunos problemas de lesiones le jugaron malas pasadas. Su técnico recurrió a él incluso de lateral derecho cuando la ocasión lo requería. Empezó a ganarse más opciones. Como extremo marcó al Athletic y al Xerez: dos tantos en cuatro jornadas. Y siendo de la partida.
El hombro le hizo parar de nuevo. A su vuelta, gol al Madrid. Y de nuevo fuera de la lista y con lesiones de por medio. Guardiola premió su trabajo colocándolo en el once en los últimos partidos de la temporada. Pese a todo, no convenció y se acabó marchando en verano de 2011 rumbo al Sporting de Portugal. Quedaba en el recuerdo como ese futbolista que marcó en el Clásico, pero cuyo físico no le permitió ganar más oportunidades. En Portugal, vivió tres temporadas. Llegaba con más cartel que el que pudo demostrar. Jugó, pero menos de lo que le gustaría. Marcó, aunque en bajos promedios. Acabó contrato y volvió a España.
Apareció el Valladolid en su camino. Fue en invierno de 2014. Conocía la Liga, si bien llegaba con el Valladolid luchando por evitar el descenso y apenas aterrizó sufrió una lesión en el muslo que le tuvo un mes fuera. Probó varias veces desde la titularidad y no lo hizo mal. Pero el equipo bajó y en Segunda División se fue diluyendo. La extrema dureza de la categoría le pasó factura. De titularidades a minutos de la basura o como recurso de urgencia. Apenas tres goles y sin salir al césped en el Playoff de ascenso a Primera.
Salió ese mismo mercado veraniego y, desde entonces, ha sido un trotamundos. Del KAS Eupen al Grasshoppers. Escala hacia el AEK Larnaca, meses sin competir como jugador libre, el Slaven Belupo como escapatoria, el fútbol oriental en el Al Dhaid... Ahora, milita en el Lamphun Warrior... ¡de la Segunda División de la Liga de Tailandia! A Jeffren no se le caen los anillos por buscar una competición de menor categoría, pese a que hace más de una década marcara uno de los goles más icónicos de los Clásicos recientes.
Tailandia
El pasado verano apostó por vivir una nueva experiencia en un país como Tailandia. Desde luego, allí ha recuperado sus cifras goleadoras. En 22 partidos en lo que va de temporada, acumula siete goles y dos asistencias y es un jugador importante dentro del grupo. A sus 34 años, vive sus últimas temporadas en el fútbol y quiere disfrutarlas. Qué le queda mejor que eso para un futbolista que ha ganado Copa del Rey, Liga Santander en tres ocasiones, Supercopa de España en dos, la Champions de 2011, la Supercopa de Europa de 2009, el Mundial de Clubes de 2009 y el Europeo Sub-19 y la Eurocopa Sub-21 con la Selección Española.
La Selección
Quién sabe qué hubiera pasado con Jeffren a día de hoy. Ahora, los equipos nacionales se pelean por ser el primero en convocar a un futbolista que duda entre diferentes países. Ha pasado con Abde, que parece que jugará con Marruecos. En ese entonces, el extremo era un habitual en las categorías inferiores de España. En 2006, dudó. El seleccionador Richard Páez le puso sobre la mesa una plaza en la siguiente convocatoria de la absoluta de Venezuela. Decidió rechazarla. Continuó con España y se asentó con la Sub-21.
Fue en el año 2009 cuando algo le cambió. FIFA suprimió el límite de edad para decantarte por una selección u otra. Y Jeffren, pese a todo, se mantuvo firme: "Tomé una decisión hace tiempo, decidí jugar con España. Ya puede venir el entrenador, pero yo no voy a cambiar". Una vez su carrera deportiva perdió fuelle, se lo pensó de nuevo. En 2013, cambió el rumbo de su pasado. En 2014, Venezuela le volvió a tentar. En 2015, fin de la historia: debutó con su país natal. No obstante, finalmente su carrera internacional ha quedado en dos partidos de fase de clasificación para el Mundial y otros dos amistosos.
El Jeffren del 5-0
El caso de Jeffren puede resultar similar al de otros como Miguel Palanca. En definitiva, su trayectoria en la élite es recordada más por lo que pudo ser y no fue y por su experiencia en grandes partidos. El quinto gol al Madrid acompañará toda la vida al actual extremo del Lamphun Warrior. Así lo recordaba hace años en una entrevista en 'El Periódico': "Lo recuerdo como si fuera ayer, y con mucha nostalgia. Aquel Barça era un equipo perfecto, maravilloso, impresionante, y aquel partido fue una locura. Fue una de las obras maestras de aquel equipo. El que no disfrutó ese partido es porque no le gusta el fútbol... Y marqué, sí, y mientras nos abrazábamos todos sentía una felicidad increíble, imposible de explicar. Fue muy especial. Fue indescriptible. Nunca lo olvidaré".
Tras aquella hazaña, tuvo que lidiar con la parte oscura del deporte rey. De lado a lado, sin continuidad, con más expectativas que realidades... Un complejo que le fue comiendo poco a poco y le dificultó disfrutar de la que había sido su gran pasión desde pequeño: "Estar en el Barcelona es como estar en una burbuja en la que lo tienes todo. Lejos del Camp Nou hace frío, mucho frío. Cambia todo, incluso la forma de jugar. Ese cambio fue difícil para mí. Te acostumbras a ganar desde niño, a ser muy superior. Cuando sales, aunque pases por buenos clubes, es como aterrizar en el mundo real".
Aun así, vivir del fútbol es un sueño en el que tantos se quedan por el camino... Jeffren tuvo la suerte de poder dedicarse a su máxima ilusión. Quién sabe que hubiera sido de él si no hubiera marcado ese quinto gol... Sea como fuere, nunca pierde la ilusión: "Estoy cumpliendo mi sueño. Lo hice y sigo haciéndolo cada día. Soy feliz. Me da igual que me hayan dicho que estoy acabado porque yo me siento bien. Que digan que es un fracaso continuar aprendiendo y seguir disfrutando... Opinar es gratis y la gente dice muchas cosas. Me siento mejor ahora que con veinte años".