Aprobados y suspensos del Pucela: Inferiores al talento amarillo

El Real Valladolid cosechó su segunda derrota seguida en un mal partido, en el que Las Palmas fue superior, con mucho, en cuanto a volumen de juego. El cuadro pucelano no dio con la tecla de su fútbol en ningún momento, más allá de un tramo del primer tiempo y del arreón final, en los que el juego exterior y la necesidad le llevaron a mejorar ligeramente.

Masip: Sacó el primer tiro, de Viera, fuerte abajo. Salvó con un paradón el gol de Jesé cerca del descanso. Pudo evitar el gol en primera instancia, pero no en la segunda, debido a que el rechazo le cayó al propio Sadiku.

Luis Pérez: Fue creciendo y se mostró incisivo subiendo la banda, y el equipo creció a partir de sus galopadas en la primera parte. No pudo darle continuidad en la segunda y se cayó al suelo en la jugada del 0-1, sin ser capaz de recomponerse a tiempo.

Javi Sánchez: Ni se inmiscuye en el gol, en el que Sadiku llega a encontrar su propio rechazo sin que él vuelva a su zona. Demasiado desubicado demasiadas veces, corrió serios riesgos en una contra con Rober.

El Yamiq: Envió al limbo una falta lateral botada por Monchu. Buscó la de Alexanco con dos remates tardíos. Sus centímetros sirvieron para crecer, pero fue todo demasiado aparatoso. Atrás, mejoró a su compañero, aunque sin alardes.

Nacho: Su primera gran incursión casi se salda con un gol de Plata. A continuación, salvó un remate de Jesé casi de debajo de los palos. Le costó empastar con Morcillo, aunque acabó encontrándose.

Plata: Los mejores minutos del primer tiempo se dieron cuando Luis Pérez subía y él andaba cerca. Poco preciso en lo técnico, desperdició unas cuantas acciones. Disparó al muñeco en el reinicio del encuentro.

Roque Mesa: Rozó el gol con un zurdazo tras un '1-2' en la frontal. Sin embargo, ya van varios partidos en los que no está. Se le vio mandón, pero incapaz de frenar cuanto sucedía cerca de él, donde Kirian y Viera se gustaron.

Aguado: A su alrededor pasaron muchas cosas, pero muchas también sin su control, sin el cuero en sus botas. Las Palmas encontró mucho a jugadores a sus espaldas, en zonas interlineadas, y le costó un mundo ajustar.

Morcillo: Buscó varias veces posicones interiores en el inicio, sin tino. Se entonó de nuevo en el tramo previo al descanso, pero su voluntad no se vio correspondida con acciones técnicas limpias.

Sergio León: Se le marchó alto el primer remate claro. Pese a sus buenos movimientos, tal pareciera que no había jugado apenas con Weissman hasta ahora, pues no se entendieron y no fueron capaces de encontrarse.

Weissman: Erró de manera incomprensible su primer conato de remate, en un centro desde la derecha. Personificó la frustración del plantel con la amarilla que vio y abriéndose de brazos como suele cuando marca gol, efectivamente, sin saber qué pasaba.

También jugaron en el conjunto de Pacheta:

Monchu: Con permiso de Hervías, tiene el mejor pie para el balón parado de todo el plantel, aunque no le acompañó la fortuna. Volvió a mejorar a los blanquivioletas, aunque sin alardes. Aun sin ellos, llama a las puertas del once.

Anuar: Fue la voluntad, y como siempre, aportó cosas. Jugando en la banda, profundizó por esta varias ocasiones, aunque al jugar a pie cambiado en una se le hizo de noche. Pasó al mediocentro y participó del arreón final.

Iván Sánchez: Su calidad dio brío al equipo, uno del que había carecido durante muchos minutos, en los que jugó al ralentí. Le sucedió, sin embargo, que buena parte de esas participaciones fueron en zonas inofensivas.

Cristo: No replicó lo que se veía enfrente, con jugadores apareciendo en pasillos y alturas que favorecieran la fluidez del equipo.

Narro: Buscó el empate en un golpeo de primeras a falta de dos minutos. Revolucionado, pero no revolucionario debido a la apuesta por los envíos directos del final.