Persecución al juego brusco
Los árbitros españoles han aumentado un 75% las rojas directas por conducta violenta y por acciones de juego brusco grave. Cada vez necesitan menos ayuda del VAR para estos lances.
En las últimas temporadas los árbitros se han marcado un objetivo a mejorar, reducir las acciones violentas y el juego brusco grave. Así lo manifestaban en público Velasco Carballo antes y ahora Medina Cantalejo. Y lo están cumpliendo. Las acciones en las que existe contacto físico grave han caído un 75% respecto a la temporada pasada a estas alturas.
Es recurrente ver todos los años a jugadores lesionados durante varios meses por entradas desmedidas de sus rivales. Los futbolistas son los actores principales de este deporte y el arbitraje busca protegerles. Por ello, se ha perseguido ese tipo de acciones. En lo que va de temporada, los trencillas han mostrado 30 rojas directas, ocho de ellas por conducta violenta y trece por acciones de juego brusco grave. Esto supone un 75% que hace año. No solo es que crezcan las expulsiones por este motivo, cada vez es mayor el acierto de los trencillas sobre el césped en este tipo de lances y precisan de menos ayuda del VAR. De las 26 rojas directas de la pasada campaña a estas alturas, 14 fueron a instancias de su compañero que estaba en la sala del videoarbitraje, en cambio, este curso solo han sido recomendadas por el VAR en 7 de 30 ocasiones.
El mandato a los trencillas fue claro en verano para estos tipos de entradas. "Los árbitros deben proteger la integridad física de los jugadores y sancionar este tipo de acciones con la correspondiente tarjeta roja cuando se realicen empleando una fuerza excesiva o poniendo en riesgo de lesión / integridad física del adversario. En caso de no emplearse con fuerza excesiva y no existiendo ese riesgo de lesión, la acción debe ser considerada como temeraria y deberá mostrarse la correspondiente tarjeta amarilla".
Esta política la ha refrendado Medina Cantalejo, presidente del Comité Arbitral, en Bilbao: "Nuestro objetivo principal es la protección de los jugadores y objetivamente hemos aumentado un 15 por ciento las expulsiones por ese tipo de entradas de la temporada pasada a esta". "No es cuestión de Vinicius ni de nadie. Hay que proteger a todos", añadió el presidente de los trencillas.