El Atleti recupera el cholismo
Los rojiblancos volvieron a ser un equipo en mayúsculas. Un bloque unido, sin fisuras, con el colectivo por delante de las individualidades. Griezmann, ejemplo a seguir por sus compañeros.
El Atlético recuperó su esencia más pura. Ser un equipo por encima del todo, un bloque inexpugnable donde no hay espacio a las individualidades y cada jugador se desvive por el de su lado. Los futbolistas cumplieron al pie de la letra el plan de Simeone y pese a que los datos puedan indicar que acabó con menos posesión y remates que el Manchester United, el control del partido fue siempre colchonero.
Un ejercicio de compromiso y superación frente a las estrellas del equipo inglés pese a que el Atlético llegaba con la plantilla muy justa y repleta de bajas por lesión (Wass, Vrsaljko, Lemar, Cunha) y sanción (Carrasco). Giménez quiso forzar por el equipo y dejó una actuación extraordinaria convirtiéndose en un muro atrás. Koke, recientemente recuperado de un problema muscular, fue puro compromiso y se dejó el alma hasta tener que pedir el cambio a los 80 minutos para dejar su espacio a Kondogbia, otro de los que tuvo que forzar para estar. Simeone detectó rápidamente el peligro del United, después de que Oblak hubiese salvado el gol de Elanga con la cara, y cerró los huecos trasladando a Griezmann a banda derecha y centrando a De Paul, que mejoró notablemente.
El francés, dos veces Balón de Bronce, no duda a la hora de ponerse el mono de trabajo y fue una ayuda constante para Llorente y el centro del campo, además de dar la asistencia de gol. Y João Félix ya ha comprendido a la perfección aquello de 'el esfuerzo no se negocia'. No hay nada que hable mejor del Atlético y de la base de Simeone que la dificultad para destacar nombres por encima del resto. Todo el equipo estuvo notable, con Lodi como goleador y conductor de las contras, Reinildo demostrando que ha sido un gran acierto invernal en su mejor partido de rojiblanco, Savic secando a Cristiano, Llorente cubriendo con maestría el carril derecho, Herrera haciéndose fuerte en el medio…
Pese a que ya quedan pocos jugadores respecto al último Atlético que alcanzó las semifinales de la Champions en la temporada 2016-17 (Koke, Oblak, Giménez, Savic, Griezmann, Correa y Carrasco), Simeone ha conseguido transmitir a esta nueva generación de futbolistas la capacidad de sacrificio y esfuerzo para saber cuando hay que atacar con balón y cuando refugiarse en su campo. Pese a que la temporada pasada evolucionó hacia un juego más de posesión, este año estaba sufriendo una barbaridad en defensa, algo que invalidaba el buen hacer rojiblanco en ataque.
Y en este último mes se ha refugiado atrás para volver a ser competitivo. Oblak ha mejorado sus números y el balance en los seis últimos partidos es de 12 goles a favor y tres en contra, con cinco victorias y el empate ante el United en el Wanda Metropolitano. La imagen final, con un vestuario unido, es la base que necesita Simeone para que su Atlético rinda. Ver a João Félix y Griezmann intercambiando camisetas, Suárez y Correa celebrando como los que más pese a su escaso protagonismo, los jugadores ausentes animando desde casa, los canteranos integrados y la afición entregada deja muestras de que este equipo está muy vivo.