AUSTRIA
El modelo RB Salzburgo: la 'cantera' de Mané, Haaland...
En los últimos años, el Salzburgo ha vendido a jugadores como Mané, Keita, Haaland o Szoboszlai gracias a una pulida organización de todas las partes del proceso.
Al Salzburgo es difícil reconocerle hoy en día sin el 'RB' previo. Antes del patrocinio de Red Bull, que llegó en 2005, era un equipo importante en Austria, pero no demasiado ganador. Habitual de Primera (nunca ha descendido), su época gloriosa se limitaba a la mitad de los noventa. Ganó las ligas de 1994, 1995 y 1997 (uno de sus jugadores era Adi Hütter, actual entrenador del Mönchengladbach), además de llegar a la final de la Copa de la UEFA en 1994 frente al Inter de Bergkamp.
En aquella época todavía vestían de blanco y violeta, sus colores originales. La marca Red Bull hizo que el equipo mudase su piel al blanco y rojo. Era el primer club con el que se hacían y los que vinieron después, en Nueva York, Leipzig, Bragança, Campinas y Ghana, también adoptaron los mismos colores.
Ahora se han convertido en los grandes dominadores de su liga, la cual han ganado doce veces desde 2005, con una racha que seguramente amplíen esta temporada de ocho consecutivas. Pero el título que mejor les define es la Youth League de 2017. En aquella edición eliminaron a canteras gigantes como la del PSG, Atlético, Barcelona y, en la final, a un increíble Benfica que contaba con Rúben Dias, Diego Jota o João Félix entre los suyos. No es casualidad que su filial, el Liefering, sea uno de los equipos más fuertes de la segunda división austriaca.
No es fácil ganarse el respeto de Europa con clubes históricos como el Ajax o el Benfica y grandes presupuestos como el City o el PSG, pero la cantera del Salzburgo lo ha logrado. Cualquier jugador que destaque allí merece ser tenido en cuenta por las grandes ligas. Porque los ejemplos sobran: Mané, Keita, Haaland, Sabitzer, Szoboszlai, Kampl, Minamino, Daka y, ahora, Adeyemi.
Este éxito en la construcción de estrellas no es casualidad ni depende de un solo factor. Es la suma de una filosofía clara y un trabajo coordinado desde el primer hasta el último actor del proceso. “Literalmente, todos están alineados”, explica Jesse Marsch, recientemente nombrado sucesor de Bielsa en el Leeds. “Desde la cantera, al scouting y a los entrenadores. En cada aspecto de la organización hay una clara identidad, meta y visión”, explica un técnico que ha estado ligado a los banquillos de Red Bull desde 2015.
Por ello, también es importante la elección de los técnicos. “Queremos encontrar jugadores y entrenadores que estén convenidos de nuestra forma de trabajar. Esa es la decisión más importante, 100%”, afirma Marsch. Por el Salzburgo han pasado Marco Rose (Borussia Dortmund), Roger Schmidt (PSV) o el propio Marsch.
Su sistema de fichajes está censurado por la legislación y también por su estrategia. Solo pueden firmar jugadores menores de 16 años de Austria. Entre los 16 y los 18 pueden extender sus fronteras a los países de la Unión Europea. Y cuando son mayores de edad no hay límite. En cuanto a estos últimos, es clave actuar rápido y también valorar el aspecto comercial.
Al comienzo de cada proceso de scout surge la pregunta de qué quieren fichar, respuesta que aporta el entrenador o el director deportivo. Las capacidades clave para llamar la atención del RB Salzburgo son tener un estilo de juego determinado, talento para las transiciones rápidas y mentalidad positiva. “Tienen que estar completos. Esa es la diferencia con los viejos tiempos. Hace diez años bastaba con tener un solo arma, como la velocidad o el regate”, comenta Frank Kramer, director deportivo de la academia.
Cuando un jugador pasa el corte tras analizar sus vídeos, los ojeadores acuden a verle en persona. Se tiene todo en cuenta, desde cómo calienta hasta la actitud que tiene con los compañeros para terminar colocándole en una lista de jugadores ordenados por prioridad. El producto de este trabajo queda almacenado y cuando el director deportivo da la orden de buscar un perfil en concreto, se acude a la lista y se intenta hacer la transferencia. De esta forma, el proceso se acelera y pueden adelantarse a otras canteras.
Hace tres años, el Salzburgo publicó en su página web un artículo en el que detallaba su sistema de captación y en él contaba que su equipo, en número, era humilde, con una quinta parte de personas contratadas con respecto a otros clubes europeos. Cuando el jugador es elegido, se le intenta convencer mostrándole el estadio y la academia. Su ciudad deportiva fue construida en 2014. Tardó 21 meses en terminarse, pero la espera mereció la pena. Ahora es una instalación moderna que ha servido como ejemplo para inspirar a la que el Liverpool inauguró en 2020.
El director deportivo del club, Christoph Freund, dijo a EFE: “Lo más importante es que nos planifiquemos con tres o cuatro años de anticipación para ver quiénes pueden ser los próximos jugadores y estar un paso por delante”. “Recibimos muchos mensajes de agentes, pero la mayoría no nos interesan porque son mayores o no se ajustan a nuestro estilo, dice Freund, que cree que los estrictos criterios de su sistema excluyen al 98% de los potenciales nuevos jugadores.
Por supuesto, la idea final es venderlos. No llegan a permanecer en el club tantos años como para crear equipos competitivos. “Vendemos jugadores para darles la oportunidad de dar el siguiente paso en su carrera. Ese es el tema. Cuando hablamos con los jugadores jóvenes, sus agentes y sus padres, es importante que podamos mostrarles que muchos futbolistas vienen aquí sin un gran nombre y ahora están jugando en las grandes ligas, explica Freund. “Vender jugadores solo es malo cuando no puedes reemplazarlos adecuadamente”, piensa Christopher Vivell, jefe del equipo de scouting.
Con esta mentalidad y esta forma de proceder consiguen que cada temporada haya un par de jugadores que merezcan la pena observar de su primera plantilla. Este año cayeron en octavos, pero en la ida ya mostraron que a un partido pueden ser temibles hasta para transatlánticos como el Bayern. Un sistema de scouting y cantera modélico.