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REAL MADRID

Los otros héroes

Benzema ocupó el trono de una noche heroica con muchos príncipes. Militao, Valverde, Vinicius y sobre todo Modric salieron muy reforzados.

Los otros héroes
SUSANA VERAREUTERS

No hay heroica sin un héroe. Y en la épica del Madrid contra el PSG, pese al inevitable cenital sobre Benzema, también aparecieron otros estandartes. Jugadores que se reforzaron para salir por la puerta grande. Karim, autor de un hat-trick, fue el protagonista de otra remontada para los anales del club. Primero forzó el error de Donnarumma para dibujar el empate de la resurrección; segundo, fusiló en una acción de killer y por último, al primer toque y casi con la puntera, desató el furor de un Bernabéu que vivirá unos cuartos de Champions. Pero pese a llevarse las portadas, hubo otros jugadores de actuación sobresaliente.

Modric

Masterclass en prime time. Una de sus mejores actuaciones de blanco desde que llegase en 2012, y estaba el listón alto. Para el recuerdo, su inicio de contraataque para el 2-1. Cuando el PSG ya había replegado y los espacios se evaporaban, él encontró un túnel entre la maraña de piernas con dirección a Benzema, habilitado por Achraf. Un pase soberbio; medio gol. Levantó al Bernabéu y puso el broche a su partidazo con una segada a Messi cuando todo pendía de un hilo. De no haber sido porque su delantero se llevó el balón firmado a casa, se habría llevado el MVP del partido con total seguridad.

Si bien es cierto que en la primera parte, con Kroos de pivote y Valverde saliendo a presionar, se le vio algo errático y desaparecido, la entrada de Camavinga le liberó, abriéndole la puerta a poder ejercer incluso de mediapunta sin miedo. En esa libertad posicional fue donde más brilló su magia. Donde se echó el equipo a las espaldas. Participó en los tres goles de una remontada para la eternidad. Cada vez que se hable de lo que pasó el 9 de marzo de 2022, también se hará de lo que aquella templada noche de marzo hizo el 10 del Madrid.

Valverde

Era la noche de su sazón. Habitual cuarto en discoria tras el trío intocable (Casemiro-Kroos-Modric), la sanción del brasileño le brindó la oportunidad de ser titular en el partido más importante del año. Y, evidentemente, la gripe que le sacudió con fuerza el pasado viernes no le iba a dejar sin esta oportunidad. Jugó en el perfil derecho y cumplió con nota. Mostrándose valiente con el balón y dejándose el alma en las presiones de un equipo que mordió con fiereza, sobre todo, en los primeros compases. Con su partido demostró no sólo que es un recambio capacitado para jugar partidos de enorme presión, también, cuando sea necesario; sino que tiene calidad más que de sobra para formar parte del centro del campo titular a corto plazo. Está llamado a ello.

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Susana VeraReuters

Militao

Si no es actualmente el central más en forma del mundo, al menos tiene una butaca en ese Olimpo. Fue el líder de una defensa que fueron dos: con Alaba de central y Nacho de lateral; y viceversa. En sendos esquemas se le vio seguro y sin miedo. Duro al corte y hábil para escapar sin ver la amarilla (estaba apercibido y de haberlo hecho, no habría podido jugar la ida de los cuartos de final). Sabedor de que Mbappé sería un trauma para Carvajal, asitió constantemente a su compañero por la diestra, intentando frenar al huracán del XIX Distrito de París.

Su único error, aunque no grave pero sí palpable, fue al desposicionarse en el balón a la espalda que supuso el 0-1. La pérdida de Cavajal le pilló en tierra de nadie y al ver volar el balón hacia Mbappé, intentó cortarlo desesperadamente antes que asumir que no llegaba e intentar correr hacia atrás. Pese a ello, su imagen jugando pese a haber sentido unas muy fuertes molestias en la rodilla enorgullecieron a la afición. Alaba, como si en sus manos tuviese la capacidad de eliminar dolores, le susurró algo en ese momento que le hizo continuar cuando todo parecía apuntar que, ni por asomo, podía seguir.

Vinicius

Pese a fallar una ocasión clamorosa que pudo haber sido el 2-1 (tras no fusilar bien un rechace de Nuno Mendes); su actitud rozó la matrícula de honor. Fue la insistencia personificada. El intentarlo e intentarlo pese a que no esté saliendo. Un dolor de cabeza para Achraf, acostumbrado a incorporarse mucho al ataque pero, consciente de que le tocó bailar con quien le tocó bailar, no podía permitirse esas licencias. El brasileño, exhausto, acabó arrodillado sobre el césped del Bernabéu a punto de saltársele las lágrimas. "Puede ser una noche mágica", dijo en una entrevista en la previa. Lo fue. Sólo el faltó el gol, la pólvora. Además de en el mencionado error, la otra ocasión verdaderamente clara que tuvo fue para hacer el 4-1, pero su derechazo se estrelló en Marquinhos. Asistió a Benzema de manera brillante -y pícara- en el tanto del empate tras la pifia de Donnarumma.

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David RamosGetty Images