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CONFLICTO UCRANIA-RUSIA

La odisea de los futbolistas brasileños en Ucrania: "Un horror; imágenes terribles"

Tras un periplo de dos días en tren y autocar consiguieron salir del país vía Rumania. "La frontera con Polonia era el peor lugar en la tierra", narra Talles Brener.

Marlos, del Shakhtar, contra el Real Madrid.
GLEB GARANICHREUTERS

La invasión de Rusia a Ucrania pilló por sorpresa a la gran colonia de jugadores brasileños que militan en equipos ucranianos. Unos 30 juegan en los diferentes clubes de Ucrania. Cuando Rusia decidió atacar a Ucrania todos ellos iniciaron una odisea contrarreloj para salir cuanto antes del país.

Los 13 brasileños del Shakhtar se refugiaron junto a sus parejas e hijos en un hotel de Kiev, también había varios compatriotas del Dinamo de Kiev. "Todo explotó de la noche a la mañana. El jueves por la mañana estábamos en casa y empezamos a escuchar el sonido de bombas, aviones de combate. Fue el comienzo de la pesadilla", dijo Carlos de Pena, futbolista uruguayo del Dinamo de Kiev. "Escuchábamos explosiones todo el tiempo. La comida empezaba a acabarse. Era difícil mantener la calma", afirmó Marlon, defensa brasileño del Shakhtar.

Tras un encierro de tres días en el hotel de Kiev decidieron que era el momento de salir del país. Se dirigieron a la estación central de Kiev, gracias al apoyo de seguridad proporcionado por la UEFA y la Federación Ucraniana de Fútbol. Tras un viaje de 17 horas en tren y 15 horas en autobús consiguieron llegar a la frontera de Rumanía, desde donde podrían volar a Brasil. "Cuando salimos estaba muy oscuro, no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar en el camino. Viajamos de noche, cuando los conflictos son más intensos", cuenta Maycon, brasileño de Shakhtar, que hizo este difícil viaje de retiro con sus padres, su esposa y sus dos hijos.

Pedrinho.
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Pedrinho.CARLA CARNIELREUTERS

"Lo más duro es todo lo que vimos en el camino, gente que murió y no tuvo nada que ver con toda esta situación", narró Pedrinho ante los medios una vez que pisaba territorio brasileño. "Tenía a mi hija de cuatro meses en brazos y solo quería que estuviera bien. Fue horror, imágenes terribles, ciudades destruidas. Queda grabado en mi mente", narraba todavía sin creérselo el atacante del Shakhtar. Durante esos tres días que estuvieron encerrados en el hotel de Kiev, los jugadores brasileños se temieron lo peor: "Cada vez que hablaba con ellos, me despedía, porque pensaba que podría ser la última vez que escucharía su voz", explicó Pedrinho. Por suerte los brasileños del Shakhtar Donetsk han logrado culminar con éxito su marcha de Ucrania.

"El peor lugar de la tierra"

Talles Brener es un brasileño que militaba en el Rukh Lviv, pese a que vivía en el oeste de Ucrania donde los ataques rusos no han sido tan intensos, también tuvo que salir rápidamente del país."Tienes que irte hoy", cuanta en The Telegraph que le dijeron una mañana en el club. Él no daba crédito.

"La frontera estaba a unos 80 kilómetros de distancia, entonces pensamos que tardaríamos una hora y media en llegar. No podríamos haber sido más ingenuos. Salimos de Lviv alrededor de las 9 de la noche y solo llegamos a la frontera a las 11 de la mañana del día siguiente. El tráfico era tan malo que tuvimos que recorrer los últimos 20 kilómetros a pie. Fue un infierno porque uno de nosotros, el argentino Fabricio Alvarenga, ni siquiera podía caminar bien: se había roto los ligamentos de la rodilla y usaba muletas. Y además de eso, también tenía a su bebé con él. Fue una experiencia brutal".

Pero llegar al paso fronterizo no les aseguraba estar en Polonia. Allí sufrieron un particular infierno de tres días para pasar a Polonia: "Los oficiales de inmigración ucranianos seguían diciendo que solo se permitiría la entrada a Polonia a mujeres y niños. Independientemente de cuánto intentaras explicar tu situación, solo te gritaban. Ese fue el peor lugar en la tierra. Aparte de una comida de pollo y patatas, habíamos pasado tanto tiempo sin una comida decente... Después de eso, dijimos: 'No podemos soportarlo más, volvamos a Lviv'. Así de desesperados estábamos. Incluso reservamos un taxi para encontrarnos en una gasolinera, pero nunca apareció. Parecía que nunca seríamos capaces de salir de esa pesadilla".

Deambulaban hundidos hasta que una ayuda desinteresada les pasó por delante de sus narices: "Entonces vimos un automóvil con una bandera brasileña. Era Clara, nuestro ángel. Ella es parte de un grupo de brasileños de países vecinos llamado 'Frente BrazUcra' que están rescatando a otros brasileños de Ucrania. Nos montamos en el coche y primero intentamos salir por Eslovaquia, pero la frontera también estaba demasiado llena allí. Luego condujimos hasta el Hungría y las cosas se veían mucho mejor. Aunque tuvimos que esperar 15 horas, finalmente, logramos salir de Ucrania el lunes", narra el centrocampista del Rukh Lviv una vez que está a salvo lejos de territorio ucraniano.